Israel sigue bombardeando aldeas libanesas a las que describe como bastiones de Hezbolá, en tanto la formación islamista responde disparando proyectiles contra infraestructura israelí.
Tal es el escenario bélico de los últimos días que, lejos de atenuarse, parece ir cada vez a más, aun con los llamamientos al alto al fuego y esfuerzos internacionales para que ambas partes detengan al menos temporalmente el conflicto, paralelo y fuertemente conectado al de Gaza.
El primer ministro Benjamin Netanyahu declaró el jueves que Israel está atacando al grupo libanés Hezbolá “con fuerza total” y no cesará hasta que se cumplan sus objetivos de permitir el regreso de unos 100 mil israelíes a las ciudades y localidades del norte del país levantino.
Rodeado de un imponente servicio de seguridad, ante las airadas protestas por su visita, Netanyahu habló al llegar a Nueva York para asistir a la Asamblea General de la ONU y cuando funcionarios estadounidenses y europeos están enfocados en lograr un cese al fuego de 21 días.
Los ataques de este jueves mataron a 92 personas y otras 153 resultaron heridas, puntualizó un parte del Ministerio libanés de Salud.
Desde el lunes, los feroces bombardeos israelíes han matado a más de 700 personas, incluyendo numerosos civiles, y han forzado a 90 000 a abandonar sus hogares en Líbano, según la ONU. De ese total, más de 30 000 huyeron a Siria.
Por su parte, Tel Aviv informó que había ejecutado al jefe de la unidad de drones de Hezbolá, Mohamed Srur, en “bombardeos de precisión” en el sur de Beirut, una acción confirmada por el grupo chiíta, que a su vez disparó más de un centenar de cohetes contra las ciudades de Safed y Haifa, en el norte de Israel.
En la jornada, Hezbolá notificó el golpe con descargas de cohetes contra el cuartel general de reserva del Cuerpo del Norte, la base de reserva de la División de Galilea y sus almacenes logísticos en Amiad.
Asimismo, el grupo libanés atacó con andanadas de cohetes el Cuartel General del Comando de la Región Norte en la Base de Dado y los complejos militares-industriales de la compañía Rafael en la zona de Zvulun, al norte de Haifa.
En otro comunicado citado por la prensa, el movimiento chií detalló que sus unidades de defensa aérea interceptaron dos aviones de guerra y los obligaron a abandonar el espacio nacional al acercarse desde el mar hacia Adloun.
A primera hora de este viernes, el ejército israelí informó que sus sistemas de defensa aérea interceptaron un misil disparado desde Yemen, en otro intento de los hutíes por impactar Tel Aviv.
21 días de tregua
Ante la escalada israelí y el peligro de un desborde de la guerra a toda la región, Estados Unidos, Francia, la Unión Europea y algunos países árabes lanzaron un llamamiento conjunto para un alto el fuego de 21 días, a fin de “dar una oportunidad a la diplomacia.”
El plan está diseñado para conseguir un arreglo de la guerra en ambos frentes; la liberación de los rehenes israelíes y los presos palestinos, así como el retiro de Israel de la Franja de Gaza.
El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, advirtió que “una guerra total sería devastadora” para todas las partes involucradas y aseguró que un alto el fuego en Líbano podría contribuir a alcanzar un acuerdo de tregua en Gaza.
La apreciación de Austin se produce a seguidas de que el jefe del Estado Mayor del ejército israelí, Herzi Halevi, pidió a sus soldados que se prepararan para una “posible” ofensiva terrestre en Líbano.
En este contexto, y luego de negar públicamente la aceptación de un alto al fuego, Tel Aviv abrió una mínima puerta, en una jugada que pudiera buscar calmar un tanto la presión externa, en particular la de Washington y otros aliados, mientras continúa su campaña bélica.
La oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu anunció esta madrugada que en los próximos días funcionarios de su gobierno se reunirán para discutir la propuesta liderada por Estados Unidos, refiere la agencia EFE.
“Nuestros equipos se reunieron (el jueves) para analizar la iniciativa estadounidense y avanzar en el objetivo compartido de que las personas regresen de manera segura a sus hogares”, detalló un comunicado israelí.
“Continuaremos esas conversaciones en los próximos días”, añade el texto, en el que Israel dice apreciar los “esfuerzos” de Estado Unidos para “promover la estabilidad y la seguridad en la región”.
Gaza
Entretanto, Tel Aviv no quita hierro a su ofensiva en Gaza y continua bombardeando el enclave palestino, incluida sus escuelas gestionadas por la ONU.
La Defensa Civil de Gaza afirmó que 15 personas murieron en el bombardeo de una escuela que acogía a personas desplazadas en el campo de Jabaliya, en el norte de la Franja.
Hasta el momento, el ejército invasor ha provocado la muerte documentada de más de 41 500 personas, la mayoría civiles, según datos del Ministerio de Salud del gobierno de Hamás, considerados fiables por la ONU.
Por su parte, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, exigió a la comunidad internacional adoptar sanciones contra el Estado de Israel por su genocidio contra la población palestina en la Franja de Gaza y Cisjordania.
Al intervenir durante el periodo 79 de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Abbas manifestó la decisión de los palestinos de no protagonizar otro éxodo.
“Si alguien tiene que abandonar la patria, el hogar de nuestros padres y abuelos, son los usurpadores ocupantes”, enfatizó Abbas, quien volvió a demandar la suspensión de Israel como miembro de Naciones Unidas y un alto al fuego permanente en Gaza y el fin de los ataques de los ocupantes en Cisjordania.