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El papa Francisco no presidirá la misa del Domingo de Ramos, pese a que ha experimentado mejorías en sus movimientos, su respiración y su voz desde que el pasado 23 de marzo recibiera el alta médica tras estar 37 días ingresado en el Hospital Policlínico Gemelli de Roma por una grave infección respiratoria.
Según la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Francisco delegó en el cardenal Leonardo Sandri la celebración de la misa del Domingo de Ramos el 13 de abril, informó este viernes el portal oficial del Vaticano, Vatican News.
Además, la fuente indicó que por el momento no hay previsiones ni indicaciones sobre los ritos de Semana Santa, ni sobre la presencia del Papa durante las celebraciones, que dependerán también de las condiciones meteorológicas.
Según las últimas informaciones de la Oficina de Prensa del Vaticano, el Papa continúa su convalecencia en la Casa Santa Marta y su cuadro clínico es “estable con mejorías graduales en su motricidad y respiración”.
Las mismas fuentes precisan que Francisco consigue no utilizar oxígeno durante periodos prolongados y solo lo usa “de forma residual” y “con fines terapéuticos”. De hecho, añaden que el encuentro de unos 20 minutos con el rey Carlos de Inglaterra y Camilla, el pasado 9 de abril, tuvo lugar sin la ayuda de oxigenación.
Los análisis de sangre también fueron positivos y se observaron mejoras en la auscultación pulmonar.
Encuentro con ejecutivos vaticanos
Dada su mejoría, el Obispo de Roma sorprendió el jueves último al realizar a las 13:00 hora local una visita a la basílica de San Pedro para rezar ante la tumba del papa Pío X, destacó un despacho de la agencia Prensa Latina.
Por otra parte, Francisco, de 88 años, ha continuado su trabajo al frente del Estado Vaticano revisando documentos y reuniéndose con sus colaboradores.
En concreto, según informa la Oficina de Prensa, en los últimos días se ha reunido con el sustituto de la Secretaría de Estado, Edgar Peña Parra; con el secretario para las Relaciones con los Estados y las Organizaciones Internacionales, el arzobispo Paul Richard Gallagher; y con el secretario para las Representaciones Pontificias, Luciano Russo.
También ha mantenido encuentros con algunos responsables de dicasterios y superiores de la Curia Romana.
Mesurado optimismo
Un mesurado optimismo sigue reinando en los corrillos de la Santa Sede, desde donde destacan que el estado de ánimo del pontífice sigue siendo “bueno”, tal y como quedó demostrado, según indican, en su “paseo” sorpresa de este jueves por la Basílica de San Pedro.
Este viernes, dos restauradores de arte que estaban dando los toques finales a una restauración de meses a la tumba del papa Urbano VIII, quien en 1626 consagró la Basílica de San Pedro, cuando el convaleciente Francisco apareció, sin previo aviso, en una silla de ruedas en su tercera aparición sorpresa en menos de una semana.
“Nos agradeció muchas veces por el trabajo”, señaló Michela Malfatti. “Luego me preguntó si podía tomar mi mano porque las suyas estaban frías. Fue muy dulce con nosotros”. Ambos, a su vez, le dieron sus manos, narró un despacho de la agencia estadounidense Associated Press.
Además de los restauradores, Francisco saludó a los fieles que habían asistido a la misa o acudido a pasar por la Puerta Santa para el Año Jubilar.