En un juego de golpes y contragolpes, México y Estados Unidos parecen deslizarse hacia una deriva de confrontación cada vez más ostensible y peligrosa.
Este jueves, la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum advirtió que no tolerará una “invasión” por Estados Unidos y que ampliará una demanda contra armerías de ese país, luego de que su homólogo Donald Trump designara como terroristas a los cárteles de la droga.
El hecho ahondó la crisis bilateral tras la vuelta de Trump a la presidencia, la cual ha tenido ya varios episodios en apenas un mes del republicano en la Casa Blanca, con los aranceles, el tema migratorio y el enfrentamiento al narcotráfico como puntos de conflicto.
Sheinbaum sostuvo en su conferencia diaria que aunque la declaración sobre los cárteles es una decisión autónoma de Washington, no debe constituir una “oportunidad (…) para invadir nuestra soberanía”, de acuerdo con reportes de prensa.
“Pueden ponerle el nombre que quieran (a los cárteles), pero con México es coordinación, nunca subordinación, no injerencismo y menos invasión”, afirmó la mandataria. “No negociamos la soberanía”, sentenció.

La etiqueta de Washington
Esta semana la Administración Trump designó a ocho grupos criminales de Latinoamérica como organizaciones terroristas.
Se trata de seis cárteles mexicanos —incluidos los de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación—, el Tren de Aragua (Venezuela) y la Mara Salvatrucha (El Salvador), acusados de tráfico de drogas y de migrantes.
De hecho, la etiqueta de terroristas indexadas a tales grupos abre la puerta a acciones punitivas que van desde congelar cuentas y cancelar visas hasta operaciones militares extraterritoriales con todos los riesgos para las soberanías de los países implicados.
Canadá, como parte de sus compromisos con Washington para combatir el narcotráfico, también declaró este jueves como terroristas a las mismas organizaciones que Estados Unidos, salvo al Cártel del Noreste.
Medios estadounidenses, entre ellos The New York Times, sostienen que desde el regreso de Trump al poder, el pasado 20 de enero, aumentaron los sobrevuelos de drones estadounidenses en México para recabar información contra los cárteles.
Musk amenaza
Ahora esas organizaciones “son elegibles para ataques con aviones no tripulados”, escribió este miércoles por su parte el supermagnate Elon Musk, convertido en mano derecha del presidente republicano.
México, que perdió más de la mitad de su territorio en el siglo XIX a manos del expansionismo estadounidense, ha emprendido una batida contra los cárteles, si bien no han faltado acusaciones —históricamente y en la actualidad— sobre vínculos entre los narcos y el estamento político.
Como parte de la reciente batida, las autoridades mexicanas han capturado a importantes operadores de seguridad y finanzas de una facción del cártel de Sinaloa.
Igualmente, la gobernante mexicana confirmó que existe comunicación directa entre responsables de la secretaría de Defensa de México y oficiales del Comando Norte de Estados Unidos para gestionar la seguridad en la frontera de más de 3 mil kilómetros.
10 mil soldados en el lado mexicano
De momento, hay 10 mil soldados mexicanos en la zona limítrofe, donde operan los cárteles, una decisión tomada como parte de acuerdos alcanzados con Trump para que retrasara por un mes — hasta inicios de marzo— la entrada en vigor de aranceles de 25% a las exportaciones mexicanas.
Trump acusa a México y Canadá —sus socios en el tratado comercial T-MEC— de no hacer lo suficiente para detener la migración ilegal y el tráfico de fentanilo, una droga fulminante asociada a decenas de miles de muertes por sobredosis en Estados Unidos cada año.
Desde que México declaró la guerra al narco en 2006, con participación militar, el país acumula más de 480 mil homicidios y unos 110 mil desaparecidos, la gran mayoría atribuidos a acciones del crimen organizado, de acuerdo con datos citados por la prensa.