Con el mundo aún recuperándose del funesto impacto de la COVID-19, la amenaza de una nueva pandemia sigue planeando sobre la humanidad. Y la ciencia no deja de alertar al respecto.
Un equipo científico confirmó esta semana que el virus de la gripe aviar altamente patógeno, que lleva meses invadiendo las granjas lecheras de Estados Unidos, logró saltar de vaca a vaca, y del ganado vacuno a gatos y a un mapache.
“La transmisión eficiente y sostenida de mamífero a mamífero no tiene precedentes”, advirtieron los investigadores de la Universidad de Cornell, en Nueva York.
“Es preocupante porque puede hacer que el virus se adapte, mejorando su infectividad y transmisibilidad a otras especies, incluidas las personas”, consideraron.
En su estudio, publicado de manera urgente en la revista británica Nature y citado por el periódico español El País, los autores piden medidas estrictas para evitar el contagio a vacas y “disminuir el riesgo de una pandemia en humanos”.
La pesquisa se suma a otra publicada el pasado 8 de julio en el mismo medio, que también constataba que el virus puede transmitirse entre mamíferos desde leche de vaca contaminada, y que demostró la transferencia desde ratonas lactantes infectadas a sus crías.
El medio español confirmó que el mundo está padeciendo la peor crisis de gripe aviar conocida. Se trata de un subtipo del virus H5N1, denominado 2.3.4.4b, que emergió en 2021 en aves silvestres y, desde entonces, ha provocado la muerte de cientos de millones de aves a nivel global.
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Hasta ahora se han notificado 11 casos humanos en Estados Unidos, el primero en abril de 2022, todos con síntomas leves: cuatro relacionados con explotaciones ganaderas y siete con granjas avícolas, incluido un brote de cuatro casos notificados en las últimas semanas en Colorado, explica un comunicado de la Universidad de Cornell.
Estos pacientes recientes enfermaron con la misma cepa que, según el estudio, circula en las vacas lecheras, lo que llevó a los investigadores a sospechar que el virus probablemente se originó en granjas lecheras del mismo condado.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) todavía considera que el riesgo para las personas es “bajo”, aunque sus registros muestran que el virus H5N1 ha saltado desde las aves a al menos 889 personas desde 2003, matando a 463 de ellas, lo que representa un alarmante 52%.
Eventual trasmisión humano-humano
La peor pesadilla de los científicos es que un virus con esa letalidad mute y sea capaz de transmitirse de humano a humano, cosa que por el momento no ha ocurrido, apunta El País.
Dirigidos por el virólogo brasileño Diego Diel, los investigadores de Cornell han observado que este subtipo del virus tiene una gran capacidad para infectar las células de las ubres y concentrarse en la leche, aunque también aparece en los pulmones de las vacas.
Se especula que el patógeno podría transmitirse por vía respiratoria u oral, pero también que el virus penetre por el orificio del pezón desde el suelo contaminado o las máquinas de ordeñar.
En cuanto a los gatos y el mapache, la hipótesis es que se contagiaron al beber leche infectada. Hace dos meses, un experimento en ratones demostró que la leche cruda puede contener virus capaces de transmitir la enfermedad.
“Es muy preocupante, porque implica que las vacas constituyen un nuevo reservorio de la gripe aviar —al menos de este genotipo concreto— y que pueden actuar como fuente de infección para otras especies, tanto de aves como de mamíferos”, alertó la viróloga española Elisa Pérez.
La investigadora del Centro de Investigación en Sanidad Animal, en la localidad madrileña de Valdeolmos, hace ver que las vacas de una granja de Ohio se infectaron tras la llegada de reses asintomáticas procedentes de otra instalación en Texas.
“Esto confirma que vacas aparentemente sanas pueden transmitir el virus. Es decir, que no todas las vacas desarrollan sintomatología clínica tras la infección. Esto tiene implicaciones muy importantes en los sistemas de vigilancia”, explicó la viróloga.
Según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), el 60 % de las enfermedades infecciosas humanas son zoonóticas, es decir, se encuentran en primer lugar en otro animal.
Ese porcentaje sube incluso a 75 % para las enfermedades infecciosas nuevas, según un estudio británico publicado en 2001, considerado una referencia en el tema.
Entre los agentes patógenos responsables de estas enfermedades, uno de cada seis sería un virus, un tercio una bacteria y otro tercio parásitos. El 10 % son hongos microscópicos, indica el estudio.
A día de hoy, la búsqueda del animal que transmitió el coronavirus Sars-Cov-2 al hombre sigue abierta después del último estudio de expertos chinos y de la OMS. Esa investigación no deja claro cuál animal actuó de vector en la enfermedad que mató a más de 15 millones de personas en el mundo y que aún continúa contagiando.