La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, pospuso su boda luego de anunciar hoy domingo nuevas restricciones por la COVID-19 y ante el descubrimiento de nueve casos de la variante Ómicron en una sola familia.
La respuesta del país al virus incluye medidas ahora reforzadas como el uso obligatorio de nasobucos y límites de personas en las reuniones. Estas restricciones entrarán en vigor el lunes.
Ardern enfatizó que “no es un encierro”, señaló que las empresas pueden permanecer abiertas, que las personas pueden visitar a familiares y amigos y moverse libremente por el país.
“Nuestro plan para gestionar los casos de Ómicron en la etapa inicial sigue siendo el mismo que el Delta, realizaremos pruebas rápidamente, rastrearemos los contactos y aislaremos los casos y los contactos para frenar la propagación”, dijo Ardern a los periodistas.
La funcionaria de 41 años planeaba casarse el próximo fin de semana. “Me uno a muchos otros neozelandeses que han tenido una experiencia como esa como resultado de la pandemia y a cualquiera que se haya visto atrapado en ese escenario, lo siento mucho”, dijo.
Nueva Zelanda había sido uno de los pocos países que había evitado el brote de la variante Ómicron, pero Ardern reconoció la semana pasada que era inevitable, dada su alta transmisibilidad.
El país ha logrado contener la propagación de la variante Delta, con un promedio de unos 20 nuevos casos diarios. Ha experimentado un número creciente de personas que llegan al país y entran en cuarentena obligatoria que están infectadas con Ómicron.
Alrededor del 93 % de los neozelandeses mayores de 12 años están completamente vacunados y el 52 % ha recibido una vacuna de refuerzo.
El país acaba de empezar a vacunar a niños de entre 5 y 11 años.