Cientos de palestinos huyeron este jueves del campo de refugiados de Yenín, en Cisjordania, como consecuencia de una operación del ejército israelí contra grupos armados de la resistencia.
Codificada con el nombre de Muro de hierro, la ofensiva militar incluye además buldóceres, aviones y vehículos blindados que actúan bajo el mismo principio de tierra arrasada con que Israel devastó la Franja de Gaza en 15 meses de guerra contra Hamás y otros grupos palestinos.
La operación, que hasta el momento ha cobrado la vida de más de 10 palestinos y la destrucción de numerosos inmuebles, comenzó un día después de la investidura del presidente estadounidense Donald Trump, cuyo secretario de Estado, Marco Rubio, prometió el “apoyo firme” de Estados Unidos a Israel en una llamada telefónica con el primer ministro Benjamín Netanyahu.
Desde octubre de 2023, al menos 850 palestinos han muerto en Cisjordania a manos del ejército o de colonos israelíes, según el Ministerio de Salud de los territorios administrados por el gobierno interino que preside Mahmut Abbás, fuertemente cuestionado por sus políticas de seguridad asociadas a Israel.
Este jueves, el gobierno palestino condenó la nueva ofensiva contra la Cisjordania ocupada. Su cartera de Asuntos Exteriores y Expatriados criticó en un comunicado la campaña militar, el desplazamiento de la población, la destrucción de infraestructura y los castigos colectivos practicados contra los palestinos.
Un comunicado advirtió que la operación forma parte de un plan destinado a perpetuar la ocupación, imponer la ley israelí y anexar gradualmente la Ribera Occidental, incluida Jerusalén Este.
Por su parte, el Ministerio de Exteriores de Emiratos Árabes Unidos instó a la comunidad internacional a detener las hostilidades israelíes en el territorio palestino de Cisjordania y llamó al mundo a “unificar esfuerzos para detener la escalada y evitar un baño de sangre”.
El organismo sugirió también apoyar las gestiones regionales e internacionales para reanudar el proceso de paz e instó a detener los actos ilegales que obstaculizan el logro de una solución pacífica al conflicto palestino-israelí dentro de la fórmula de dos Estados.
Entretanto, la nueva arremetida de Israel en suelo cisjordano, intensificada tras el alto el fuego en Gaza, amenaza la frágil situación en los territorios palestinos, alertó este jueves la ONG Consejo Noruego de Refugiados (NRC por sus siglas en inglés).
“Las operaciones militares de Israel y un aumento en los ataques de los colonos han acrecentado la inseguridad y los desplazamientos” de residentes palestinos, subrayó en un comunicado la ONG dirigida por el excoordinador humanitario de la ONU, Jan Egeland.
NRC alertó en especial sobre la campaña militar israelí lanzada el martes pasado en el campo de refugiados de la ciudad cisjordana de Yenín y sus alrededores. “Vemos preocupantes patrones de uso ilegal de la fuerza en Cisjordania de forma innecesaria, indiscriminada y desproporcionada, que recuerdan las tácticas usadas por las fuerzas israelíes en Gaza”, subrayó NRC.
Citada por un despacho de la agencia española EFE, la NRC recuerda que 75 % de los 13 400 habitantes de Yenín están desplazados debido a las campañas por la toma de control de la ciudad, en las que también participa la Autoridad Palestina.
Tiendas de campaña en el norte de Gaza
Los palestinos del norte de Gaza prepararon este jueves campamentos de tiendas de campaña para las familias desplazadas dos días antes de la fecha prevista para que regresen a sus lugares de origen, de acuerdo con el calendario del alto al fuego acordado entre Israel y Hamás.
En un descampado rodeado de edificios en ruinas, un grupo de hombres empezó a levantar hileras de tiendas blancas para acoger a las familias que tienen previsto regresar al norte este sábado, cuando Hamás libere a un segundo grupo de rehenes a cambio de decenas de palestinos encarcelados por Israel, describió un despacho de la agencia británica Reuters.
Muchos de los cientos de miles de palestinos que se espera regresen al norte de la Franja de Gaza volverán a sus hogares en ruinas luego de 15 meses de una ofensiva militar israelí que ha asolado el enclave y matado a cerca de 48 000 gazatíes.
Hamás publicó este jueves un comunicado en el que adelantó que el retorno de las familias desplazadas comenzaría una vez finalizado el intercambio del sábado y una vez que las fuerzas israelíes se hubieran retirado de la carretera costera del norte. Se espera que al menos cuatro rehenes sean entregados a Israel el sábado.
En medio de una frágil tregua, un tanque israelí mató a dos gazatíes en Rafah, en el sur del enclave, lo que pone de manifiesto la preocupación de muchos palestinos sobre la solidez del alto el fuego escalonado, según informó el servicio civil de emergencias local.