El papa Francisco reconoció el martes que los escándalos de abuso sexual que sacuden a la Iglesia católica han alejado a la gente y dijo que la institución debe cambiar sus caminos si quiere mantener a las futuras generaciones.
Francisco se refirió directamente a la crisis que convulsionó a su papado en el cuarto y último día de su peregrinación por países bálticos, que coincidió con el lanzamiento de un nuevo informe sobre décadas de abuso sexual y encubrimiento en Alemania.
El pontífice dijo en una reunión de jóvenes en Estonia, considerado como uno de los países menos religiosos del mundo, que sabía que muchos jóvenes sentían que la iglesia no tenía nada que ofrecerles y que simplemente no comprenden sus problemas.
Esas quejas llegaron al Vaticano recientemente a través de encuestas encargadas antes de una gran reunión de obispos a partir de la próxima semana sobre cómo ministrar mejor a los jóvenes católicos.
“Sabemos, y ustedes nos lo han dicho, que muchos jóvenes no recurren a nosotros porque no sienten que tengamos algo significativo que decirles”, dijo Francisco en una reunión con jóvenes católicos, luteranos y ortodoxos. “Están molestos por los escándalos sexuales y económicos que no conllevan una clara condena, por nuestra falta de preparación para apreciar realmente las vidas y las sensibilidades de los jóvenes, y simplemente por el papel pasivo que les asignamos”.
Dijo que la iglesia quiere responder a esas quejas de forma transparente y honesta.
El papa Francisco terminaba así su peregrinación por los países bálticos. En Estonia se reunió con el presidente Kersti Kaljulaid al llegar a la capital, Tallin. Más tarde, presidió la reunión con jóvenes antes de celebrar una misa en la Plaza de la Libertad para una comunidad católica que solo cuenta con 6,000 personas.
Entre la mitad y dos tercios de los 1,3 millones de habitantes de Estonia no profesan ninguna afiliación religiosa, y las iglesias luteranas y ortodoxas rusas cuentan con la mayor cantidad de seguidores de quienes sí lo hacen.
Estonia es la última escala en la visita de cuatro días de Francisco que lo llevó a Lituania y Letonia. Su objetivo es alentar la fe cristiana en los países bálticos, que vio cinco décadas de represión religiosa impuesta por los soviéticos y el ateísmo patrocinado por el estado.
AP / OnCuba