Getting your Trinity Audio player ready...
|
Dos activistas del movimiento civil Futuro Vegetal lanzaron hoy pintura roja biodegradable sobre el cuadro “Primer homenaje a Cristóbal Colón” en el Museo Naval de Madrid, en una acción que remite al profundo malestar y la condena en algunos sectores de la sociedad española hacia la conquista y colonización de América a partir del siglo XVI, un proceso que se extendió hasta finales del siglo XIX.
La acción, que ha generado controversia y debate, buscaba visibilizar las heridas históricas de los pueblos originarios y denunciar el neocolonialismo extractivista que persiste en la actualidad.
El cuadro de José Garnelo, que representa el primer homenaje a Cristóbal Colón, quedó parcialmente dañado en su mitad izquierda, precisó un reporte del periódico El País.
Las personas presentes en el museo fueron desalojadas por los funcionarios, mientras las activistas eran retenidas hasta la llegada de la policía.
Las militantes, que portaban una pancarta con el lema “12 de octubre, nada que celebrar. Justicia ecosocial”, fueron detenidas por la Policía Nacional y acusadas de un delito contra el Patrimonio.
Según un comunicado del colectivo climático, esta acción busca poner en evidencia que, para muchos pueblos originarios de América, el 12 de octubre de 1492 simboliza “el despojo y el sufrimiento colectivo”.
Opresión y explotación
Futuro Vegetal denunció que la celebración de esta fecha ignora las heridas históricas y la opresión que continúa hasta hoy. “Es la celebración de siglos de opresión, explotación y genocidio de la población originaria de Abya Yala”, afirmó Luna Lagos, portavoz del movimiento, quien instó a la población a manifestarse contra la celebración de la efeméride.
El autor del óleo dedicado al navegante genovés, José Garnelo y Alda (Valencia, 1866-Montilla, 1944), fue un pintor cosmopolita, incansable viajero y activo académico. Con los “Primeros homenajes de Colón” obtuvo la Medalla de Oro en la Exposición Universal de Chicago, de 1883.
Futuro Vegetal ha vinculado esta protesta a las reivindicaciones históricas de los pueblos originarios por la reparación de la ocupación de sus territorios.
Además, el colectivo ha denunciado el neocolonialismo extractivista que explota los recursos naturales de América Latina y otras regiones del mundo. Victòria Domingo, otra portavoz del movimiento, instó a la ciudadanía a no aceptar la efeméride tal como la presentan las autoridades y la historiografía oficial.

El Guernica y la causa palestina
En paralelo a la acción de Futuro Vegetal, el Museo Reina Sofía fue escenario de otra protesta significativa.
Una veintena de activistas de Marea Palestina realizaron una sentada frente al icónico Guernica de Pablo Picasso, portando carteles con la frase “Stop genocidio”.
Esta acción buscaba llamar la atención sobre la situación crítica del pueblo palestino y exigir un alto al fuego efectivo, así como la apertura de corredores humanitarios.
Tras unos 20 minutos de protesta, los visitantes pudieron retornar, pese a que los participantes en la protesta seguían sentados frente al cuadro. Con esta acción de protesta, Marea Palestina quería expresar su “exigencia de detención del genocidio contra el pueblo palestino”, aseguró la organización por medio de un comunicado.
Para el grupo, la inminente firma de un alto el fuego auspiciado por Estados Unidos, “aun siendo una buena noticia para el pueblo palestino, es un espejismo de paz vergonzantemente aceptado por nuestro gobierno”.
El colectivo manifestó que “el genocidio no se ha detenido, ya que los efectos de la hambruna continúan y la entrada de ayuda humanitaria aún no es efectiva”.
Ese escenario, consideró el grupo protestante, hace que sea necesario mantener la movilización social, la exigencia de un embargo de armas permanente, la apertura de corredores de ayuda humanitaria y de evacuación y reagrupamiento de los gazatíes que lo han solicitado.
Tras unos 40 minutos, el grupo terminó la protesta y desalojó la sala tras gritar “Viva Palestina libre”, relató el periódico.
El gobierno de Pedro Sánchez en España ha mantenido una postura que busca equilibrar el apoyo a los derechos del pueblo palestino, incluida la existencia de un Estado palestino, con las garantías de la seguridad de Israel.