El presidente Donald Trump ordenó este martes un bloqueo total de los “buques petroleros sancionados” que entren o salgan de Venezuela, una medida que Caracas calificó de “grotesca amenaza” y que analistas consideran podría acercar la región a un escenario de guerra abierta.
La decisión del mandatario estadounidense, acompañada por un despliegue militar sin precedentes en el Caribe y el Pacífico, intensifica la presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro en nuevo golpe al derecho internacional y la estabilidad hemisférica.
Para suma gravedad, en su mensaje en la red Truth Social el republicano acuñó como “organización terrorista extranjera” al gobierno venezolano, lo que en la práctica se traduce en una mayor liberad punitiva contra Caracas.
La orden de Trump llega días después de que fuerzas estadounidenses incautaran el buque cisterna Skipper, con crudo por unos 95 millones de dólares, frente a las costas venezolanas, en un operativo que Washington justificó como parte de su campaña contra el narcotráfico.
Sin embargo, el anuncio del bloqueo naval fue más allá: el mandatario estadounidense aseguró que Venezuela “está rodeada por la armada más grande jamás reunida en la historia de Sudamérica” y que la flota “solo seguirá creciendo” hasta que Caracas devuelva “todo el petróleo, la tierra y otros activos que nos robaron previamente”.
El Pentágono evitó dar detalles sobre cómo se implementará la medida, pero fuentes militares confirmaron que al menos 11 buques de guerra, incluido un portaaviones, operan en la región junto a aeronaves de patrulla marítima.
La presencia militar ha coincidido con más de dos docenas de ataques contra embarcaciones civiles, descritas como narcolanchas, en aguas internacionales. Estos ataques han dejado al menos 95 muertos, según reportes de legisladores estadounidenses, que cuestionan la legalidad de dichas acciones.
Venezuela denuncia “amenaza temeraria”
Tras el anuncio de Trump, el gobierno de Maduro reaccionó con firmeza. En un comunicado oficial, Caracas acusó a Washington de violar el derecho internacional, el libre comercio y la libre navegabilidad.
La vicepresidenta Delcy Rodríguez calificó la medida como “una amenaza temeraria y grave” y aseguró que el objetivo de Washington es “robarse las riquezas que pertenecen a nuestra patria”.
Rodríguez subrayó que Venezuela denunciará la situación ante Naciones Unidas y ratificó que el país “jamás volverá a ser colonia de imperio ni de poder extranjero alguno”.
Maduro, por su parte, convocó a un “poderoso congreso bolivariano” para enero, con participación de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, en lo que describió como un esfuerzo para preparar la defensa integral del país.
Además, llamó a trabajadores de la industria petrolera y gasífera a organizar “una gran protesta mundial” contra la Administración Trump y por la defensa de la “libertad de comercio de Venezuela y del mundo entero”.
El mandatario bolivariano pidió a la “clase obrera petrolera” defender el “derecho a la libertad de comercio” del petróleo venezolano en “todos los escenarios internacionales” y también “hablar con los armadores de todos los puertos del mundo” para preparar la protesta contra Washington y su pretensión de “imponer otra vez la patente de corso en todo el mundo”, señala EFE.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, llama a la industria petrolera y gasífera a organizar “una gran protesta mundial” contra el Gobierno de EE.UU. y por la defensa de la “libertad de comercio de Venezuela y del mundo entero”.https://t.co/M9hQ5FM1RA
— EFE Noticias (@EFEnoticias) December 16, 2025
Impacto en el mercado petrolero y en Venezuela
Como era de esperar, el anuncio de Trump sacudió los mercados internacionales. Los futuros del crudo estadounidense subieron más de un 1 % en operaciones asiáticas, ante la expectativa de una reducción de las exportaciones venezolanas.
Venezuela, miembro de la OPEP y poseedora de las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, produce cerca de un millón de barriles diarios, de los cuales alrededor de 850 000 se exportan.
La mayoría de esas exportaciones se dirigen a China, mientras que una parte menor llega a Estados Unidos a través de la empresa Chevron, que mantiene operaciones autorizadas pese a las sanciones de Washington.
Analistas advierten que un bloqueo efectivo podría obligar a Venezuela a detener parte de su producción por falta de capacidad de almacenamiento.
De hecho, reportes de prensa que citan a sitios de rastreo naval, aseguran que buques petroleros que se dirigían al país sudamericano a abastecerse han dado la vuelta ante el temor de ser incautados por fuerzas estadounidenses.
Esta situación de bloqueo agravaría la crisis económica interna, en la que el salario mínimo llegó a medio dólar por mes, según el tipo de cambio del Banco Central de Venezuela (BCV). Ese monto se complementa con bonos gubernamentales de hasta 160 dólares, pagados a la tasa del día del organismo emisor a empleados públicos y sin incidencia en el cálculo de beneficios laborales.
El salario mínimo, que sí incide en beneficios laborales como vacaciones, liquidación y utilidades, se mantiene en 130 bolívares desde marzo de 2022, cuando equivalía a unos 30 dólares al mes.
Riesgo de guerra abierta y un escenario incierto para Venezuela
La gravedad del momento radica en que el bloqueo naval anunciado por Trump se acerca peligrosamente a los límites de un conflicto armado, tras el amplio despliegue militar en la zona.
Históricamente, Estados Unidos ha reservado la designación de “organización terrorista extranjera” para actores no estatales, pero Trump afirmó que el “régimen venezolano” encaja en esa categoría, una declaración que expertos consideran, como mínimo, jurídicamente cuestionable.
La jefa de gabinete de Trump, Susie Wiles, confirmó en una entrevista que los ataques a embarcaciones forman parte de un plan para forzar la rendición de Maduro. “Quiere seguir volando embarcaciones hasta que Maduro admita su derrota”, dijo sin ambages.
Por su parte, el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, advirtió que la creciente presión militar estadounidense podría empeorar la situación humanitaria en Venezuela y pidió una desescalada inmediata.
Mientras Washington insistía en un principio en que la campaña buscaba frenar el narcotráfico, ahora se habla sin cortapisas de un cambio de régimen y de que Venezuela devuelva a Estados Unidos el petróleo y otros activos que Trump considera fueron robados previamente.
Aunque no está del todo clara la referencia del mandatario estadounidense, analistas señalan que podría apuntar incluso a nacionalizaciones realizadas décadas atrás, mucho antes de la llegada al poder del chavismo. Ello apuntala el discurso del Gobierno de Maduro de que el objetivo real de Washington es el saqueo de los recursos venezolanos.
Caracas, que no goza de un mayoritario respaldo regional que enfrente la agresividad estadounidense, denuncia que se trata de un intento de colonización y la incógnita ahora es cómo se aplicará el bloqueo y si se extenderá a buques no sancionados.
De mantenerse el cerco naval, la pérdida de casi un millón de barriles diarios de crudo podría alterar el equilibrio energético global, con una China golpeada, y empujar a Venezuela a una crisis aún más profunda, toda vez que su PIB está montado sobre la renta del combustible en cerca de 90 %.
Entretanto, la oposición, aunque dividida, alega legitimidad ante las urnas de julio de 2024, unos comicios que el oficialismo asegura haber ganado sin documentar su triunfo mediante unas actas que nunca mostró a la opinión pública.











