Con la primavera ya en el horizonte, la Unión Europea estudia nuevas formas de impedir que los inmigrantes lleguen a sus costas, pese a las grandes divisiones internas sobre cómo compartir la responsabilidad sobre las personas con derecho a quedarse.
Los ministros del Interior de los estados miembros abordaron el jueves medidas para reforzar las fronteras exteriores del bloque, ante la insistencia de Alemania y Austria de que se prolonguen las comprobaciones de identificación y se controle mejor el movimiento de los inmigrantes dentro de la zona de libre circulación de pasajeros.
Las llegadas han caído de forma significativa desde que más de un millón de inmigrantes sin permiso de trabajo o residencia llegaron a Europa en 2015, pero se espera que el flujo aumente en primavera y los ministros europeos son muy conscientes del efecto que tuvo la inmigración en las elecciones del fin de semana, en las que dos partidos euroescépticos fueron los más votados.
Sin embargo, la cuestión de si Europa necesita un sistema cuotas para redistribuir a los refugiados que están en los países más afectados por los flujos migrantes– principalmente Italia y Grecia– sigue siendo tan sensible que ni siquiera estaba sobre la mesa.
El reparto de los refugiados, conocido como reubicación, es “un gran rompecabezas que tenemos que resolver”, dijo el ministro holandés de Migración, Mark Harbers.
Harbers advirtió que sin un sistema que asista a los países en primera línea, “cada vez que haya una crisis como la que tuvimos hace dos o tres años, veremos a todos los estados miembros tomar medidas contraproducentes”.
Hungría, Polonia, Eslovaquia y República Checa se oponen con vehemencia a las cuotas de refugiados. Consideran que es un sistema impuesto contra su voluntad por burócratas de la UE e insisten que lo mejor es gestionar la inmigración combatiendo sus causas.
Los líderes de la UE han reclamado que el reparto de la carga que suponen los migrantes, que conecta con el corazón de los valores europeos, esté resuelto para principios del verano.
El sistema de cuotas está paralizado y la idea de organizar campos de inmigrantes en torno a las fronteras exteriores de la UE está ganando fuerza. La idea es popular en Francia y en Austria, que tiene un partido antiinmigrantes en su coalición de gobierno.
El ministro austriaco del Interior, Herbert Kickl, ha planteado la posibilidad de retener a los solicitantes de asilo “en un solo lugar concentrado” para que las autoridades puedan acelerar los trámites. También impediría que los migrantes cambiaran de país.
Por su parte, la Comisión Europea estudia formas de asegurarse de que los migrantes que no cumplen los requisitos para recibir asilo son devueltos con rapidez a sus países. Solo en torno a la mitad de los que ven rechazada su solicitud son repatriados.
Se cree que la ejecutiva de la UE está abierta a permitir que los estados miembros restrinjan el número de visas asignadas a algunos países africanos que se niegan a recibir a sus ciudadanos repatriados.
AP / OnCuba