El presidente Donald Trump ordenó desclasificar documentos relacionados con los primeros días de la investigación del FBI sobre la trama rusa. Lo hizo respondiendo reclamos de sus aliados en el Congreso, según los cuales la investigación estuvo contaminada desde el inicio por prejuicios anti Trump actuantes en el FBI y el Departamento de Justicia. El anuncio se produce, además, cuando Trump sigue tratando de socavar la investigación del Robert Mueller después de la declaración de culpabilidad de Paul Manafort y en medio de la investigación de un Gran Jurado sobre Roger Stone.
El resultado es su orden de publicar mensajes de texto y documentos que involucran a varios altos funcionarios del Departamento de Justicia y del FBI a los que Trump ha atacado repetidamente. El presidente tuiteó: “Realmente estaban pasando cosas malas, pero ahora están siendo expuestas. ¡Gran cosa!”
La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, anunció la decisión en una declaración escrita: Trump había ordenado a la Oficina del Director de Inteligencia Nacional y al Departamento de Justicia desclasificar los documentos “a petición de varios comités del Congreso, y por razones de transparencia”. Ayer lunes por la noche, el Departamento de Justicia y la oficina del Director de Inteligencia Nacional, Dan Coats, dijeron que estaban trabajando de manera conjunta para cumplir con la encomienda, que desencadena una revisión de desclasificación por parte de varias agencias “para garantizar la seguridad de los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos”.
Según el texto, Trump desclasificó 21 páginas de la solicitud de 101 páginas de junio de 2017 para renovar una orden judicial obtenida bajo la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera. Esta permitió monitorear las comunicaciones de un ex asesor de su campaña, Carter Page, en 2016. Tres de esas páginas desclasificadas incluyen información sobre “los esfuerzos coordinados del gobierno ruso para influir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos”.
Las otras 18 páginas parecen relacionarse con información proveniente del ex agente británico
Christopher Steele antes de las elecciones presidenciales. Steele fue un informante del FBI durante mucho tiempo. Su investigación sobre los vínculos de Trump con Rusia se compiló en un dossier, un verdadero parteaguas partidista desde su publicación en enero de 2017 por Buzzfeed.
Trump también ordenó al Departamento de Justicia divulgar los mensajes de texto de funcionarios como James Comey, Andrew McCabe, Lisa Page y el ex agente especial del FBI Peter Strzok.
La medida se produce después que un pequeño grupo de republicanos en el Congreso, aliados incondicionales de Trump, celebrara una conferencia de prensa pidiéndole desclasificar los documentos. Los demócratas lo criticaron sosteniendo que estaban tratando de desacreditar al Departamento de Justicia en un esfuerzo por proteger a Trump de la investigación de Mueller.
Trump hizo lo mismo en febrero pasado, cuando la Casa Blanca –a pesar de las objeciones del FBI y la comunidad de inteligencia– despejó el camino para que el Comité de Inteligencia de la Cámara, dirigido por los republicanos, emitiera un memorando partidista sobre la orden de vigilancia de Page. Después los demócratas lanzaron su propio memo.
Las desclasificaciones casi no tenían precedentes. Las órdenes de vigilancia obtenidas del tribunal secreto (FISA Court, por sus siglas en inglés) están altamente clasificadas y no destinadas a ver la luz pública.