¿Quién gana en mis simpatías? ¿Quién, en mi admiración o mis afectos?
El voleibol de hoy es infinitas veces más acelerado que el que yo veía en los años noventa. Las reglas de competición han facilitado el cambio –el rally point es algo así como correr cien metros lisos-, pero igual han habido ciertas “evoluciones naturales” en los jugadores.
El servicio es unos diez kilómetros más rápido, y cada vez se ejecuta más ‘adentro’ de la cancha, en vez de con el salto estrictamente vertical de antaño. Y como ya la pelota puede golpear la red, el sacador tiene la opción de correr mayores riesgos.
Los ataques también son más veloces. Si antes el armador prefería las trayectorias lentas y altas, ahora mueve la pelota por lo bajo y a ritmo supersónico, empeñado en burlar el muro enorme del bloqueo.
Encima de eso, los voleibolistas son distintos, cada vez con superiores estatura y corpulencia. Y hay un líbero que solo se dedica a defender. Y hay más automatismos en el juego, porque el entrenamiento se mejora a diario.
Sin embargo, yo me quedo con el voli de hace par de décadas. Aquel donde, pese a su inevitable limitación creativa de origen, la belleza primaba sobre la (¡qué torpe palabra!) cientificidad. Aquel donde los duelos eran más personales que de colectivo, a la manera del salvaje oeste.
El voleibol que a mí me da nostalgia es el que colocaba frente a frente a Andreas Zorzi con Joel Despaigne. Una cinta en blanco y negro que sacudió al planeta, matizada por la rivalidad acerba de dos tipos que parecían odiarse hasta la muerte. Eran Billy The Kid y Jesse James. Tom Mix y Gary Cooper. Cada partido entre ambos, un nuevo tiroteo cerrado en Tombstone.
Al cubano, que le decían El Diablo, lo caracterizó un salto descomunal (3,72 metros con los brazos en busca de las nubes). Le pegaba al balón de manera sobrehumana, y después celebraba con la furia de un cosaco herido en el orgullo.
Toda Cuba saltaba con Despaigne. Ganó la Copa Mundial de 1989; se proclamó subcampeón de varias Ligas acompañado por sus lugartenientes Idalberto Valdés, Abel Sarmiento, Ihosvany Hernández, Rodolfo Sánchez y Raúl Diago; lo eligieron mejor voleibolista del universo en la campaña 89-90…
Fue un capitán de lujo que al calor de los choques iba sacando brincos cada vez más impactantes; pregúntenle si quieren a Marcelo Negrao y compañía. Curiosamente hoy reside en Italia, país natal de su peor enemigo en los terrenos, el gran Zorzi.
Lo del Zorro era increíble. El Zorro, que rebasaba los dos metros, se agenció par de coronas orbitales y tres Ligas. Acostumbraba a ser el Más Valioso, y su grueso expediente da cuenta de 325 desafíos con la Azzurra.
Muy completo, en él se habían juntado la categoría, el temperamento y la potencia. Atacaba con plena destreza lo mismo desde zonas delanteras que con penetración, y su pelambre se sacudía como polvo al viento cada vez que remataba, extendida la diestra sobre el número 11 de la camiseta.
“¡Tanto para Italia!”, decía René Navarro, y Zorzi vociferaba con los ojos inyectados de rabia, clavados en el lado opuesto de la net. “¡Responde Cuba!”, se oía al poco rato, y uno veía a Despaigne gritando palabrotas.
Era un juego de hombres aquel juego.
MI VOTO: Nacionalismo aparte, me quedo con El Diablo. Los bloqueadores de esa época lo entienden.
El voleibol de hoy es mas dinamico,menos aburrido,los juegos de ante de los cambios que ocurrieron en este.deporte demoraban mucho,llegaban a aburrir,despues de estos cambios todo fue mejor,obligo a los jugadores a ser mejores, mas rapidos en fin…… mi voto en este caso es para despaigne,siempre recuerdo cuando atacaba en penetracion,lo duro q lo hacia y los gritos q daba
¡Y me quedo con el diablo! La pelota se oía llorar cuando El Terrible Joel le pegaba. Nunca se adaptó a sacar con salto, jamás fue un dechado de virtudes defendiendo la cancha, pero cuando el juego estaba malo, cuando hacía falta un punto de todas todas si los Chicago Bulls buscaban al 23, ¡Cuba entera descansaba en Joel, Diago, los contrarios y todos los demás lo sabían! Y aún así…
Si tuvimos la gran suerte de verlos jugar a ambos y al igual que al periodista yo tambien me decanto por Despaigne. Recuerdo cuando estaba en la zona de saque y volaba casi desde esa zona hasta casi la mitad de la cancha y luego golpeaba la pelota desde una altura increible. Disparaba cohetes hacia la zona contraria. No recuerdo cual era el nombre de un jugador italiano que se trago varios remates de Despaigne y cuando eso ocurria la situacion se ponia tensa.
De los dos me quedo con despaigne, de esa epoca con kiraly, mas completo y elegido el mejor jugador del siglo 20.
EL italiano ayudo mucho al cubano, fuera de la cancha eran grandez amigos, Le abrir Los Ojos de su valor.
Que manera de sufrir cada vez que Italia nos ganaba en las finales! Y nos gano muchas veces… Ahora entiendo que nos ganaban porque ellos dependian del oficio, de la maña, de la tecnica… Nosotros dependiamos del fisico, de la potencia… De aquella epoca me impresiono mucho Despaigne, A Zorzi, quizas por ser el enemigo y yo ser un niño, no le dedique mucha atencion, en general siempre preferi los jugadores polivalentes, totales, que hacian todo bien… Años despues vi jugar a Lorenzo Bernardi me deslumbro como jugador polivalente, lo mas cercano a ese jugador total que tuvimos, fue, en mi opinion, Ramon Gato, quien para mi superaba al otro jugador que podia compararsele aqui, Rodolfo Sanchez… Mas tarde debuto en Brasil Nalbert Bitencourt vi de nuevo otro jugador que lo hacia todo bien, mas tarde llego a jugar Bitencourt con su sucesor natural, Gilberto Godoy Filho, aun esta Murilo Endres, pero me parece que no llega al nivel de sus dos ilustres antecesores… Luego nosotros tuvimos a Osmani Juantorena, y muy rapidamente lo perdimos… Luego parecio que Wilfredo Leon seria ese jugador total.. Y ya no lo vemos tampoco… En fin…
Por Joel Despaigne, me incliné yo hacia el Volleyball, práctica que duró 21 años. Esta clase de atletas, tanto Zorzi como Despaigne, valorizan el deporte, lo llevan a una dimensión extraordinaria, y hace que ames el deporte por encima cualquier cosa.
Verlos en la cancha, hacía que, desde mi patriotismo (influenciado directamente por lo íconos de nuestro deporte de esa época) infantil, cada juego fuera como una batalla, necesaria, disfrutable, e imprescindible de ganar.
Me preguntaba donde estaba Joel, sobre el que no hay ni una confesión de grande, ni un reportaje en le TV Cubana, ni referencia en la prensa escrita, la respuesta la ha dado Michel, que absurdo nuestro movimiento periodístico, que falta de visión para hacer grandes programas con grandes estrellas que engrandecieron nuestra vida durante un periodo no muy corto de tiempo, solo por emigrar.
Gracias Michel.
muy buenos jugadores d los mejores,en estos dias vi a Leon jugando por un club ruso y es un jugador completo remata,bloquea d manera increible y es muy joven va camino d hacer historia en el volley mundial,q pena q represente a otro pais y no a Cuba
Respetando, como siempre, tu reporte/opinión, los propios resultados sobre la necesidad de que prime, arriba de todo, el colectivismo del juego (tanto del actual volley como del juego de la Italia de Zorzi y Julio Velazco) te quitan la razón en ese punto, Michel. Sobre la rivalidad Despaigne-Zorzi, OK, pero la Cuba de Despaigne no ganó mucho más que aquella copa del mundo de 1989 (y una Liga en el 94 creo). La Italia de Zorzi de los años 90 fue, junto con el Brasil de los años 2000 (y actual) de los mejores equipos de todos los tiempos. Una (Italia) con el juego “a la antigua” y otro (Brasil) a la dinámica actual que no prefieres. Ok, tal vez hasta sea verdad que se perdió en muchas cosas, pero ni en el volley actual ni en el otro, la escuela cubana (masculina) ha sido superior a ninguno de esos dos equipos que, diferente de Cuba, tenían/tienen un juego mucho más colectivo y MUCHISIMOS más resultados.