Repartidos desde el oriente hasta el occidente de Cuba, tres eventos naturales nos han hecho mucho daño. Dos ciclones y un sismo se han combinado para hacer más difícil estos dos meses finales de un año que nos dejará muchos malos recuerdos y sinsabores.
Los daños son difíciles de cuantificar, pero, sin duda, el costo de estos tres eventos para la economía nacional es muy alto. Y todavía mayor porque las condiciones económicas y físicas del país “facilitaron” que la destrucción sobrepasara la imaginación.
Estos eventos hicieron más evidentes esas falencias de la infraestructura —agua, electricidad, telecomunicaciones, viales, etc.— que ya conocíamos y padecemos y también aquellas asociadas a procesos en los que se ha perdido la sistematicidad, como la poda de árboles, la recogida sistemática de desechos sólidos, etc. En estos servicios está demostrado que las empresas a cargo no han cumplido con la encomienda que el dueño —el pueblo— les dio.
Son múltiples las causas, algunas ajenas y externas —como las limitaciones que impone el bloqueo— pero otras no, y esas están asociadas a errores de gestión, de conducción y, sobre todo, a la falta de decisión en asuntos que, al menos en teoría —los Lineamientos, la Conceptualización—, estaban aparentemente consensuados.
¿Cómo es posible que carguemos por años con tantas ineficacias y carencias de un servicio de recogida de deshechos que no garantiza la higiene de pueblos y barrios? ¿Cómo es posible que no se realice de forma adecuada el servicio de poda preventiva, a pesar de que son varias las empresas encargadas? ¿Por qué, si las empresas estatales no pueden, no se recurrió e incentivó la creación de empresas no estatales en opciones como las alianzas público-privadas?
Hoy, una parte no menor de las afectaciones en la red de trasmisión se deben a la caída masiva de árboles sobre las redes. Los gobiernos y las empresas locales que tienen que ver con esos servicios carecen de la capacidad de respuesta adecuada para devolver a la población esta especial normalidad que padecemos en un tiempo razonable, a pesar del enorme esfuerzo que han hecho sus trabajadores, los funcionarios, las organizaciones y el ejército.
El ciclón Rafael nos sobrepasó, por su fuerza devastadora y por la acumulación de debilidades de las cuales se aprovechó.
No ha terminado la temporada ciclónica y acaba de formarse la depresión tropical número 19 en el Mar Caribe, al sur de Cuba, con grandes posibilidades de convertirse en ciclón. Hasta ahora puede ser que este no llegue a afectarnos —hay que estar atentos—, pero todos estamos muy preocupados.
Ante estas circunstancias, poco podemos hacer como no sea prepararnos mejor y aprender de lo que nos pasó con Rafael, tal cual aprendimos de lo ocurrido con Oscar en Guantánamo pocos días antes. Con Rafael la información llegó a todos y fue posible evitar la pérdida más costosa y dolorosa: la de seres humanos.
El otro ciclón, que sí amenaza directamente a nuestro país, durará al menos cuatro años. Afectará a toda la isla, desde un extremo hasta el otro, desde la costa norte hasta el último de nuestros cayos en la costa sur. No hace falta especular sobre su trayectoria ni tampoco sobre la fuerza de sus vientos. Ese otro ciclón estará manejado por el mismo equipo que diseñó la política de Trump hacia Cuba (2017-2021), y que Biden mantuvo casi a pie juntillas.
En los últimos días me he atiborrado de comentarios post-morten sobre el triunfo de Trump y la derrota del aparato político de los demócratas, que es mucho más que Kamala Harris. Y sobre el significado de un triunfo tan arrollador en tanto expresa los valores de esa parte mayoritaria de la población norteamericana que votó por las ideas que Trump supo vender aprovechando el desencanto y el hastío con la gestión demócrata.
La indecisión, la incoherencia, las promesas incumplidas, son de las peores enfermedades que puede padecer un gobierno. Suelen ser mortales y los demócratas hoy lo pagan y es probable que lo seguirán pagando por mucho más tiempo.
Lo positivo de la elección de Trump para nuestra Cuba de hoy es que ya sabemos lo que de ese Gobierno podemos esperar. Van a “modernizar” / “actualizar” la política diseñada hace ocho años para ejercer mas presión sobre el país, y cumplir con aquel memorando de la administración de Eisenhower de hace más de sesenta años que ha sido un mandato para cada una de las administraciones norteamericanas desde entonces. Que, como los ciclones recientes, van a aprovechar todas y cada una de nuestras muchas debilidades, no es noticia. Ya lo venían haciendo.
Estamos en lo que Acemoglu llama una “coyuntura crítica”. Esto es, “grandes acontecimientos que perturban el equilibrio político y económico existente en una o muchas sociedades”.
No está escrito ni predeterminado cuáles serán los resultados, no sabemos hoy si esta nueva temporada terminará en un éxito que prolongue la estancia de este “nuevo” partido republicano —quizá con Marco Rubio a la cabeza como posible próximo presidente— o si, por el contrario, conduzca a Estados Unidos a procesos que hagan peligrar hasta la propia esencia de la unión.
Lo que sí sabemos es que, en cualquiera de sus variantes, esta coyuntura crítica es decisiva para nuestro país.
Pensar que aparecerá una mano salvadora que nos permitirá seguir sobreviviendo es tan ingenuo y peligroso como renunciar a luchar todos los días contra esa política que viene ahogándonos. Nos hace falta fortalecer los músculos del cuello.
Necesitamos profundos cambios institucionales que le permitan a nuestro país adaptarse a esa “coyuntura crítica”, reducir sus impactos, aprovechar los espacios que pueda dejar, fomentar, incentivar, el crecimiento inclusivo, hacer la reforma que necesitamos y, sobre todo, empezar ya, porque el tiempo no está a nuestro favor.
Por el momento, solo estamos en el ojo del huracán. Pronto comenzarán los vientos destructores.
En un país con tantos renglones de la vida en “estática milagrosa” como se refieren los urbanistas cubanos a esa condición de muchísimas edificaciones viejas, corroídas por el tiempo, pero milagrosamente funcionales, entonces que se puede esperar Profesor, milagros o mentiras. Veamos algunos ejemplos con información pública y generada por el mismo sistema informativo del gobierno cubano.
– El sistema electroenegetico está reportándose “estable” pero en la condición de dejar de servir, producir, más de un tercio de la demanda estimada, “Hoy se estima para la hora pico una disponibilidad de 1 760 MW y una demanda máxima de 3 020 MW, para un déficit de 1 260 MW”,
– La agricultura sigue como asignatura pendiente, inclusive datos estadísticos e informaciones de producción y cumplimientos han desaparecido de las informaciones publicadas, mucho slogan y promesas nunca cumplidas adornan las tantas visitas del dúo Canel-Marrero en cada visita gubernamental por toda la isla.
– El turismo, ayer hablaban de que los rusos van a construir hoteles cuando el porciento de ocupación habitacional de este año pinta inclusive inferior del del pésimo año pasado, en el año 2023 “apenas recibió 2,4 millones de visitantes en 2023, con los que alcanzó un 25 % de ocupación hotelera e ingresos estimados en unos 984,5 millones de dólares”, este año por terminar todos los entendidos estiman que no se va a llegar ni a esos 2.4 millones.
Y en medio de este panorama llegara una “nueva” administración americana, que aunque Cuba no es ni por asomo prioridad en la agenda, ya sabemos cuan creativo pueden ser para joder y crearle muchísimas mas dificultades a una población ya agotada y diezmada por tantas dificultades a sus vidas.
“Nos hace falta fortalecer los músculos del cuello”. Me guardo esta frase ,no hace falta decir mas .
Nada fácil está situación por la que atraviesa Cuba y peor con Marco Rubio y similares viendo cómo empeorarla aún más. Muy aparte del Dr. Triana Cordovi, cómo es ya costumbre.
En un anterior comentario quise decir que, como siempre, el Dr. Triana Cordoví ha hecho un buen aporte cuando ha descrito lo que le espera ahora con Rubio, Trump etc. y lo que hace falta que el gobierno cubano ponga en marcha.
Ayer hubo una Mesa Redonda muy optimista para celebrar los 505 años de la Ciudad, que hoy está más sucia y llena de basura pendiente por recoger, como nunca antes, nunca se mencionó, solo hicieron un llamado a la ciudadanía para que cooperararan con la limpieza, no es suficiente, Municipios como Marianao, La Lisa, 10 de Octubre y otros , forman parte de esta ciudad también, vayan y visiten esos Municipios, donde la falta de higiene sigue haciendo estragos, mosquitos, ratones , por doquier!!!
Saludos, mi mayor respeto al doctor Triana.Le suguiero mejorar el título de su artículo. Debe añadirse; “” la incompetencia de los dirigentes ” de este país.
Le faltaron datos no solo ciclón,terremoto y Trump son los que tienen destruido nuestro pais
Los meteoros que han atravesado el país o inclusive, han pasado cerca, demostraron ser firmes e incondicionales aliados de la política yanky hacia Cuba; no han desperdiciado ningúna de las debilidades ofrecidas y en consecuencia, su poder destructor se multiplicó tantas veces como igualmente se multiplicaron las debilidades
NO ha existido ni existe en Cuba una Política económica y lo que no es peor pero de letal es que la Política económica se ha subordinado a una Política social que necesita de un soporte que en Cuba no existe y esta huérfana de resultados. Esa es la esencia.
Quien decide en Cuba lo que se hará en Economía y desconoce con desenfado las propuestas de los Economistas cubanos sin ningún miramiento?
El nuestro es un Inmovilismo proverbial y la falta de decisión solo induce a pensar que hay una total incapacidad de nuestro gobierno y de nuestro Presidente, percibido por no pocos como dependiente de Raúl quien dicen es el que manda y no pocos hechos lo prueban.