Motivado por las discusiones en torno a las ponencias presentadas en el Seminario Anual del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de la Habana, que durante más de 20 años ese centro ha realizado año tras año y esta vez con el estímulo adicional de celebrar sus treinta años de fundado, es que he escrito esta columna. Coincide además con los primeros treinta años del inicio de la crisis que llamamos Período Especial. Cuba sobrevivió a esa crisis, incrementada por ese “pequeño escollo” que es el bloqueo norteamericano. Pero sobrevivir a la crisis no es desarrollarse.
Han sido treinta años tremendos, de hechos trascendentales, de marchas y contramarchas casi constantes.
En los inicios de aquel Período… se introdujeron cambios que promovieron una mayor descentralización en el sector empresarial estatal en la búsqueda de mayor eficiencia. Se identificó a la inversión extranjera como un elemento positivo –aunque no deseado– para nuestra golpeada economía; se otorgó una mayor apertura al trabajo por cuenta propia –es cierto que a regañadientes–; y se introdujo el dólar en la circulación nacional de monedas, para crear de facto la dualidad cambiaria y monetaria en la que ya ha nacido y vivido una generación de cubanos.
Luego asistimos a una primera contramarcha que condujo a restricciones al trabajo por cuenta propia; la ralentización de los proyectos de inversión extranjera, con nuevas exigencias y requerimientos a los mismos; la no renegociación para la continuidad de algunos y el cierre de otros junto a una fuerte ofensiva para reducir las sucursales comerciales de empresas extranjeras en Cuba. Además fue decretada la salida del dólar de las operaciones corrientes para ser sustituido por el CUC y se creó la cuenta única que entre otros efectos motivó que la economía comenzara a padecer un proceso de devaluación real del CUC. Esto nos ha traído hasta el famoso CL y la compleja situación financiera que debe solucionar hoy el país.
A partir del 2007, el presidente Raúl Castro tomó un grupo de medidas que significaban una apertura como nunca antes se había experimentado. En sus propias palabras se reconoció el carácter estratégico de la necesidad de emprender una reforma del sistema empresarial estatal, hizo explícito el apoyo del liderazgo político al trabajo por cuenta propia, introdujo y defendió las cooperativas no agropecuarias y elevó a necesidad estratégica la atracción y utilización de inversión extranjera directa: se aprobó una nueva ley y una política asociada a la misma y la Zona Especial de Desarrollo del Mariel. Cambió además la ley migratoria y por primera vez en casi sesenta años los cubanos pudimos optar por una visa para cualquier país sin tener que encomendarse a nadie.
Pero nuevamente aparecieron las contramarchas. La creación de la Organización Superior de Dirección Empresaria que lejos de conseguir más autonomía para la empresa estatal generó mayor centralización y burocracia, alejando las decisiones del lugar donde deben ser tomadas, y convirtiendo a aquellas en émulos enanos de sus propios ministerios: un sistema parasitario del sistema empresarial estatal. También se “revisó” la política hacia el trabajo por cuenta propia con más restricciones. Y todavía esperamos mayores facilidades hacia la inversión extranjera que le permitan al país reducir los tiempos que toma aprobar nuevos negocios y lograr procesos burocráticos más ligeros que faciliten su establecimiento. Mientras, la aprobación de nuevas cooperativas parece un proceso sumergido en algún glacial perdido del Himalaya. Es cierto también que en estos últimos meses hemos asistido, por suerte, a cierta rectificación de los decretos de agosto del 2018 sobre el trabajo por cuenta propia. También hay que decir que las nuevas medidas anunciadas recientemente sobre el este significan una mayor apertura.
Pero la lista y el billete siguen sin cuadrar. A pesar de que tanto Raúl Castro Ruz como Miguel Díaz-Canel Bermúdez han hecho énfasis en la necesidad de vencer las resistencias, de cambiar las mentes anquilosadas, de lograr la coherencia entre las políticas promulgadas, la realidad y los documentos programáticos aprobados por todo el pueblo de Cuba, incluyendo la nueva Constitución de la República que será proclamada en apenas unos días.
Si todos estamos de acuerdo, ¿por qué no sucede lo que debe ocurrir?, se pregunta mi amigo Goyo.
Reducir esas razones a caprichos, a mala voluntad, a incompetencia, a desidia e indolencia de algunos, sería adoptar una posición demasiado simplificadora, aunque también podemos encontrar un poco de todo eso. Sin embargo, prefiero utilizar otras herramientas para intentar comprender, al menos en parte, esta gran contradicción y la complejidad de los procesos que enfrenta Cuba.
Desde la economía institucional quizás podamos encontrar algunas respuestas.
Asumiendo un determinado entorno internacional, la gráfica ilustra la idea básica de la economía institucional de que el comportamiento de los principales agentes económicos de cualquier país (esto es, las familias, el Estado y las empresas) así como las políticas puestas en práctica, se encuentran determinados por la calidad de las reglas de juego (las instituciones) y que estas a su vez son generadas y están condicionadas desde y por el sistema político, la cultura, la ideología, la capacidad burocrática, administrativa y el sistema judicial. Son ellos los que generan y a la vez deben cumplir las políticas de todo tipo que definen los incentivos bajo los cuales operan esos tres agentes.
Ellos trabajan dentro de un entorno conformado por las condiciones de la economía y política internacional y por la políticas y condiciones nacionales. Sobre las primeras poco se puede hacer excepto ejercer una buena capacidad de adaptación y negociación. Sobre las segundas se puede hacer casi todo.
Las políticas nacionales deben permitir hacer realidad las estrategias al menor costo posible, facilitando y estimulando esas transacciones entre los tres agentes.
La coherencia de las políticas, de los programas, de los planes, dependerá en mucho de que esos sistemas estén alineados y produzcan reglas del juego COHERENTES con los objetivos de cada país; esto es, incentivos adecuados a esas realidades y propósitos.
Ocurre, no obstante, que existe un relativo grado de independencia, retraso y baja capacidad de reacción de cada uno de esos cinco sistemas. De ahí la gran dificultad de lograr la coherencia deseada.
La cultura aprendida, la ideología profesada, las preferencias políticas, los intereses creados, la capacidad para facilitar o entorpecer leyes y decretos emitidos, tienen algún grado de influencia en esas reglas de juego.
Pasa en todos los países, pero el hecho de que pase en todos con un determinado grado de impacto mayor o menor no puede servir de consuelo, sino solo como referencia.
Lo ilustro con hechos de nuestro día a día:
- Aspiramos a tener empresas estatales más eficientes, pero la concepción del plan no deja espacio suficiente a esas empresas para buscar esa eficiencia.
- Escuchamos que los resultados de las empresas estatales han mejorado pero los efectos de esa mejora no se plasman en el crecimiento de la economía.
- Aspiramos a que las empresas estatales inviertan más pero el “aporte” que están obligadas a entregar conspira contra ese propósito y es parte de las razones de su descapitalización.
- Deseamos mejorar y crecer en exportaciones, pero tenemos “incentivos negativos” suficientes (tasa de cambio, salarios, exceso de restricciones) que entorpecen ese propósito.
- Necesitamos empresas estatales innovadoras, pero la manera en que se concibe el “plan” y las regulaciones para la formación de los salarios y la distribución de utilidades son contradictorias con ese propósito, de la misma forma que no se promueve la cultura del riesgo y la competencia.
- Declaramos que el “sector no estatal” es más que un compañero de viaje en el propósito de un socialismo próspero y sostenible, pero mantenemos un listado positivo de empleos y no se acaba de emitir una ley de cooperativas ni tampoco una ley de pequeña y mediana empresa.
- Deseamos conservar nuestra fuerza de trabajo de alta calificación pero los salarios que se pagan estimulan la emigración hacia otros sectores u otros países y no se permite a los profesionales ejercer “por cuenta propia” en sus propias profesiones.
- Necesitamos elevar la tasa de inversión, pero no incentivamos la movilización de los recursos nacionales “no estatales” hacia ese propósito.
- Pensamos primero en controlar antes que en promover.
- Estamos mejor entrenados en identificar amenazas que en aprovechar oportunidades.
Las razones por las cuales estas contradicciones nos acompañan y nos han acompañado tienen que ver, en buena parte, con lo que intenté ilustrar más arriba. Con la existencia de culturas políticas e ideológicas resistentes a “actualizarse”, con comportamientos incluso personales marcadas por aprendizajes anteriores, con prejuicios, con legislaciones muchas veces obsoletas, pero aun vigentes, con espacios grises que permiten “interpretaciones personales” y que condicionan, dificultan, retrasan los mejores propósitos que un país pueda tener y hacen extraordinariamente difícil alcanzar la coherencia deseada y con intereses personales creados difíciles de renunciar.
Los “costos de transacción” son enormes. Son difíciles de medir. Muchas veces son intangibles, pero sin dudas participan de forma importante en buena parte de los problemas que Cuba enfrenta hoy, entre los cuales están:
- bajas tasas de crecimiento económico,
- balanza comercial de bienes negativa,
- elevada dependencia comercial y
- elevada concentración del comercio exterior en mercados y productos,
- costos financieros elevados,
- desaprovechamiento de la alta instrucción de nuestra fuerza de trabajo,
- alta tasa de emigración de jóvenes con instrucción media y alta,
- dependencia tecnológica elevada,
- bajos flujos de capital extranjero, etcétera, etcétera.
No es para cruzarse de brazos. No es para pensar que nada puede hacerse, todo lo contrario. Es para entender que el futuro se gana todos los días, en una difícil lucha con una realidad multicompleja y que todos los días hay que trabajar por esa coherencia necesaria a la que todos a veces contribuimos no de la mejor forma.
Esos no son procesos del tipo ganar-ganar. Por el contrario casi todos son procesos ganar-perder. Ninguno está libre de costos, pero con buenos diseños institucionales –con reglas de juego coherentes– esos costos pueden hacerse los menores posibles.
Tenemos todo lo que hace falta para lograr cambiar esa realidad; una visión de país, un plan de desarrollo a largo plazo en construcción, una Constitución concertada más cercana a nuestras realidades de hoy que será proclamada en breve y sobre todo, lo más importante, un pueblo como pocos hay.
Triana, ¿hasta cuando vamos a oirte hablar de esto? Para mi nada va a cambiar, y hay que acostumbrarse a eso.
Mientras que el pais lo controle esa sarta de ineptos con una política esclerotica de nada valdrán ideas y propuestas. Es como atar en el mar.
El gran problema de Cuba es el Partido, ese es el gran problema que hay que vencer, un único partido con reglamento dictatorial donde todo tiene que ser consultado, cuando ese obsoleto partido de cuatro viejos esclerioticos desaparezca entonces todo estará resuelto.
Los que gobiernan todos del Partido.
Los congresistas todos del Partido.
Los ministros todos del Partido.
Los directores de empresas todos del Partido.
Los jefes militares todos del Partido.
EL RESTO DE LA POBLACIÓN, A TODOS SIN EXCEPCIÓN LOS TIENEN PARTIDOS.
Profe, ayer me puse a escuchar una vez su disertacion del 2013 ante altos oficiales fel Minint. Con algunas modificaciones, el mensaje es el mismo de este articulo. Cuanto tiempo perdido!
El periodo especial no ha acabado y en muchos renglones estamos casi peor que en aquellos años noventa ,estoy seguro de ello.
No basta con que semanalmente pongan un extracto del consejo de ministros en el noticiero para mostrar al pueblo q el gobierno actúa,hay q tomar más medidas. No basta con una hoy y otra el año que viene( es lo normal por parte de los sesudos cubanos que tienen la batuta),,hay que ser valiente y preparar un paquete de medidas ,reformas o como quieran llamarlas y poner manos a la obra ya. Porque la bola de nieve sigue rodando y creciendo. Hace no se cuantos años q se viene hablando de la doble moneda y no se ha hecho nada o se ha hecho poco , porque el cubano de a pie no ha visto nada, y a ese problema se le ha unido ,falta de harina ,molinos rotos,falta de medicamentos,falta de aceite, más problemas y no veo en el futuro pronta resolución,sino q se agregarán más problemas.De nada sirve q el el 1 de mayo vaya a la plaza a apoyar algo que ni siquiera me puede garantizar 80 gramos de pan bien hecho
La sociedad cubana ha cambiado mucho y no lo ha hecho por qué no quieran sus habitantes sino porque los que gobiernan el país no han querido. La inmensa mayoría de las medidas que han tomado los q mandan en el país ,han sido casi a regañadientes ,no para a estar a tenor con el mundo sino porque no les queda otro remedio ,si fuera por ellos ,ni cuentapropismo hubiera y no lo digo yo,no es la primera vez que se le llama mal necesario. Hay voluntad política en algunas cosas porque no queda otra. Pero desgraciadamente siguen los mismos dirigentes de antaño en puestos claves con la misma mentalidad ,los mismos métodos y bien cómodos en sus puestos y los jóvenes q en teoría ocupan puestos,no aportan nada porque siguen esquemáticamente lo mismo que le han dejado ,así no se va a avanzar nunca.
Hablan de la empresa socialista( que a ciencia cierta casi nadie sabe que es) pero decirle en el siglo XXI a un trabajador q gana en pesos q gasta en menos de una semana q esa empresa es rentable causa risa, cuando ve que otras empresas turísticas que si avanzan son capitalistas.
El mismo cordovi ha dicho q hay generaciones q han crecido viendo las dos monedas ,pues yo le digo que esa mismas generaciones al no ver q sus problemas se resuelven se marchan del país. Es una vergüenza que los cubanos vayan hasta un país como Haití a comprar para revender aquí porque no hay,se dice y no se cree. Las autoridades tienen la palabra ,el escudarse en el bloqueo ya ni ellos mismos se lo creen , muevanse jefes que el tiempo se acaba y el legado que dejarán ni sus bisnietos arreglaran.
El gobierno cubano sabe cual es el problema,sabe como se resuelve,pero no quiere resolverlo,ellos se contenta con que la ONU diga que en Cuba no hay desnutricion infantil,pero no se preguntan de donde salen los alimentos para los niños,pues el estado no garantiza tres comidas al dia;cuando un presidente dice que los problemas del transporte se pueden resolver con sensibilidad es que no tiene ni idea de lo que se necesita para mover un pais de 11 millones de habitantes,el gran problema de Cuba es la incompetencia,el pais esta como al 50%,el 50% que funciona se concentra en el turismo,en youtube se pueden ver videos de los hoteles con todo incluido,por que hay en los hoteles y no para la poblacion,hay problemas con las ambulancias,pero en la presentacion de la clinica Cira Garcia muestran ambulancias Mercedes Benz,Cuba nesecita cambios profundos,los historicos deben retirarce todos,seguro no les falatara nada,el pueblo ha sufrido bastante,se merece mejores gobernantes.
Miedo al cambio, que traducido es miedo a perder el poder. Si los históricos se retiran y son sustituidos por los clonados que prometen continuidad… nada se puede hacer. Es lo que ha pasado hasta ahora y que respinde la pregunta de ¿si todos estamos de acuerdo….
De acuerdo 100% con delarosa. El articulo parecía que prometía, pero al final se termina de una manera contradictoria. si este ultimo párrafo fuese verdad, no tendríamos esta crisis tan grave y esta economía paupérrima que arrastramos.
ultimo párrafo:
Tenemos todo lo que hace falta para lograr cambiar esa realidad; una visión de país, un plan de desarrollo a largo plazo en construcción, una Constitución concertada más cercana a nuestras realidades de hoy que será proclamada en breve y sobre todo, lo más importante, un pueblo como pocos hay.
Desgraciadamente ni hay vision de país, ni plan que funcione, ni Constitución concertada mas cercana a nuestra realidad, y mucho menos un pueblo, que se sienta libre, preparado y dispuesto para tomar las riendas del futuro de Cuba. Y nada cambiara hasta que no cambiemos el sistema y sus gobernantes, que son los únicos que se empeñan en mantener la mordaza.
Profesor Triana muy de acuerdo con sus reflexiones aunque no me deja claro si en el seminario de los profesionales de las ciencias económicas del centro de estudios de la economía Cubana de la UH tan importantes definiciones están claras para todo o es usted un adelantado de la vida. Imagino que mucho de los profesores participantes tangan la difícil tarea de explicarles a los estudiantes jóvenes de hoy, porque solo podemos afirmar que Cuba ha logrado sobrevivir la crisis, para nada sobrepasarla, vieja crisis que en sus 30 años ha mostrado que apostar por un futuro diferente pero seguir haciendo las cosas de la misma forma, es la receta del nunca cambiar que a esa generación de eternos dirigentes tanto les cuadra, jóvenes estudiantes que nacieron y solo conocen la crisis, que además han sido llamados a “participar” de las posibles soluciones pero sin poder realmente decidir cómo este cambio debería ser.
Al poeta francés Victor Hugo se le adjudica esta frase sobre esa condición tan peculiar de los humanos de no escuchar pero no por defecto auditivo sino mental, el decía sobre esa condición tan común en los decisores políticos y económicos de la Cuba que hemos vivido, “Qué importa la sordera del oído cuando la mente oye, la verdadera sordera, la incurable sordera es la de la mente”, después de tantos escritos y comentarios en sus entradas, creo que la sordera se ha convertido en la respuesta más común de aquellos que no quieren aceptar compartir el poder.
QUE NO FUNCIONA… esa es la realidad y no otra.
QUE SE TEME A LA PROSPERIDAD DE LA PERSONA….. esa es la realidad y no otra.
Ambas son la causa y razón de las contramarchas, como aparezca algo que funcione y prospere, allá se lanza el aparato oficial a sofocarlo, no es mas que el temor a la perdida de poder sobre todos y cada uno de los individuos.
Resulta que la sociedad civil no es capaz de dirigir eficientemente la economía y se a puesto en manos delas FAR….
Los gobiernos de EEUU han tenido la miopía política de sostener el bloqueo, dando la oportunidad de disponer de un “enemigo necesario” que justifique todos los errores y fracasos de la administración socialista.
A estas alturas no se si son las teorías económicas del socialismo o los aplicadores de esas teorías lo que la conducen al fracaso económico en todas partes.
Que Cuba importe azúcar, tomates de Méjico, mangos de Brasil y cocos de Sri Lanka (leído en el Granma, por sui acaso), es una vergüenza, eso traspasa los límites de la ineficacia económica de una administración.
A esta altura del campeonato con un deterioro moral y social a escala nunca vista, un pueblo entero robando para poder vivir y comer, la propiedad social hay que reducirla al minimo indispensable. Un lapiz que llegue un lapiz que se roban. Asi no se puede avanzar, hay que privatizar y pronto.
Todos los problemas tienen las mismas causas comunes, no hay dueño, no hay productividad, no hay salario y por lo tanto no hay compromiso de los empleados. Se desestimula al sector privado con una carga de regulaciones que dicen hasta donde debe ubicarse el cesto de basura y por el otro la flamante Ley 113 oara esquilmar la mitad de los ingresos del “mal necesario” que se sabe que es lo unico que funciona. Igual triquimaña impositiva se le aplica a los empleados de las sucursales extranjeras, objetivo que el ciudadano individual no crezca si “ellos” [PCC] no lo decide.
JT es un gran profesional, pero cuanto más de lo mismo va a decir???….hasta cuando y no se resuelven os problemas???.
TODOS sabemos k hay un atrincheramiento de no hacer lo k hay k hacer.
En resumen, lo planteado en el foro está mejor k el mismo artículo.
Saludos.
Simplemente cambiar el sistema politico-economico q no funciona, todos los dia vemos y oímos por la tv q el pueblo esto y el pueblo lo otro y la realidad es q si d verdad se consultara al pueblo el 80% daría un desaprobado mayúsculo a la gestión económica d todos estos años, y el otro 20% solo la aprueba porq estan viviendo como les da la gana, con comida, carro, gasolina, viajes, hoteles, casas todo regalado en el nombre d los Cubanos y costeado por nosotros, y al final son los q toman las decisiones,, y bueno!! Para ellos esto si esta funcionando como un reloj,,jejeje