Maité tiene el don de la ubicuidad. Se le puede ver en una representación teatral, en un concierto, en un evento teórico y en casa de un escritor, intentando sacarle a su timidez un buen retrato. Y en todos estos campos se mueve con seriedad, profesionalidad y buen gusto.
Se le reconoce como una de las mejores fotógrafas de la escena cubana. Por ese camino ha llegado a la encrucijada envidiable donde deber y placer confluyen. De modo que, aunque no la reclamen —y casi siempre la reclaman— para documentar el estreno de algún grupo de teatro en la capital, ella estará allí, la cámara y el ojo listos para capturar el instante del instante. La música, el teatro y la danza son artes de la fugacidad, se dan en el ahora indetenible, y la brega de Maité consiste, precisamente, en captar esos puntos luminosos que luego nos sirvan para recrear esta o aquella pieza en la memoria.
Autodidacta como fotógrafa, es licenciada en Historia por la Universidad de La Habana (2005). Además, ha participado en seminarios de dramaturgia y tiene un diplomado en teatro de títeres y teatro para adultos otorgado por la Facultad de Artes Escénicas del ISA (2007).
A partir de 2007 comenzó a trabajar como asesora literaria y asistente de dirección en varios conjuntos dramáticos. La fotografía la ejerce profesionalmente desde 2008. En 2019, durante el XVIII Festival Internacional de Teatro de La Habana, el lobby del teatro Trianón acogió su exposición personal Evocaciones, selección de imágenes que documentan un importante segmento del acontecer teatral cubano.
Maité tiene la palabra:
“Susan Sontag decía que ‘la fotografía no es el mero resultado del encuentro entre un acontecimiento y un fotógrafo; hacer imágenes es un acontecimiento en sí mismo’. Esta es una de las premisas que sigo al hacer fotos de la escena. Veo cada concierto, obra de teatro o de danza como algo único e irrepetible. De ahí se deriva su valor documental y la importancia que para mí tiene el hecho en sí. Busco siempre captar a través del lente una gama de emociones y, al mismo tiempo, tratar de generarlas con mi fotografía.
”En los conciertos disfruto moverme libremente y buscar ángulos interesantes, y una que otra vez he sido sorprendida backstage por la sonrisa cómplice de algún actor, bailarín o músico que se siente observado.
”Pienso que la capacidad de observar y estar atento a los detalles es fundamental. Capturar ese instante requiere paciencia y, muchas veces, en el caso del teatro, conocer previamente la puesta en escena, incluso regresar en otro momento y volverlo a hacer, o estar presente durante el proceso de creación, o de ensayo general, y así tener dominio pleno de todo lo que allí acontece.
”Encuentro mucha similitud entre la fotografía y la narrativa, ‘el instante decisivo’, como lo define Cartier–Bresson; capturar emociones y contar una historia a través de la imagen.
”Cuando era niña en casa teníamos un proyector ruso. Apagaba las luces del cuarto y me encantaba ver cómo esa pequeña habitación se transformaba así, como por arte de magia, en una sala de proyecciones. Mi mayor tesoro estaba en una caja de zapatos, allí guardaba los potecitos plásticos redondos de 35 mm que se introducían por un rodillo y con una pequeña manivela se movía la imagen: Gulliver, Elpidio Valdés, Robinson Crusoe, entre otras cintas.
”Mi padre trabajó durante mucho tiempo como mecánico de cámaras fotográficas y equipos de cine en los Estudios Cinematográficos de las FAR. Adoraba acompañarlo. Recuerdo que mi curiosidad era insaciable. Un día le dije que quería aprender a revelar rollos; y ante tanta insistencia, me enseñó. Creo que esas cosas que yo iba descubriendo, y aprendiendo, de un modo no consciente, inoculaban en mí esa necesidad que intentaría materializar en años posteriores.
”Me han inspirado fotógrafos como Robert Doisneau, Cartier-Bresson, Jim Marshall, Annie Leibovitz, entre muchos otros que voy estudiando y descubriendo. Me encanta la fotografía de Cirenaica Moreira, Marta María Pérez Bravo, Lissette Solórzano y René Peña. También disfruto mucho las diferentes poéticas y miradas particulares que encuentro en colegas de profesión, amigos entrañables con los que comparto este mundo fascinante de la fotografía.”