¡Vuelven los rusos! ¡Los rusos!
Pero no Gorki o Chaikovski
ni Pushkin ni Maiakovski
ni Dostoievski… ¡Qué ilusos!
¡Vuelven los rusos! ¡Los rusos!
Nuestros amigos “los bolos”.
Regresan sin protocolos
con la voz de nieve llena.
¿Buena noticia? Muy buena.
¡Quién dijo que estamos solos!
No sé ustedes, pero yo
crecí con ojos ilusos
viendo muñequitos rusos
y mi infancia me gustó.
El tío Stiopa me dio
lecciones de patinaje.
Hubo nieve, otro lenguaje,
y el cielo era más azul
si el cuerpo de un abedul
aderezaba el paisaje.
En confianza se los digo:
Entre el trigal y los pájaros
Alfonso el Espantapájaros
era mi mejor amigo.
Gorros de piel. Largo abrigo.
Cámaras Leica (flash, rec).
Carne en latas (no bistec).
Aeroflot, camiones Sil.
Hasta que Don Mijail
Gorbachov dijo “Koniec”.
Y los “tavarish” se fueron
(vía Sputnik, no Internet).
Y todo fue niet, niet, niet.
Ya ni petróleo nos dieron.
Mashenka y el Oso hicieron
pactos con Donald y Pluto.
El Parque Lenin de luto.
Las siglas URSS se tacharon.
Pérez y Troica se aliaron.
La hoz se oxidó en un minuto.
Pero, si no me equivoco,
en Cuba no perecieron.
Los Ladas nunca se fueron
ni los Moscovich tampoco.
El mundo se volvió loco.
Se desmoronó el ayer.
Y hoy un refrán vuelve a ser
la luz que a buscar yo salgo:
“Quien se va dejando algo
es porque espera volver”.
Y menos mal, digo yo.
Chagal vuelve al mejor óleo.
Moscú vuelve a dar petróleo.
El Volga se desbordó.
¿Un déjà vu? ¿El dominó
político en otra data?
Seguro de eso se trata.
Geopolítica, otro giro.
En fin, ojalá que el tiro
no salga por la culata.
El caso es que la escasez
(tras décadas de Bloqueo)
ha puesto el “dao” muy feo,
nada llega a fin de mes.
Las carencias otra vez.
Crisis eterna, inconclusa.
Y la gente, nada ilusa,
comenta: “No serán buenos,
pero echábamos de menos
las latas de carne rusa”.
Dice Juan: “¿Y por qué no?”.
Dice Luis: “Da igual, monina;
que venga la gasolina
de donde venga; ¡sirvió!”
Dice Paco: “Se acabó”
Dice Carmen: “Me da igual”.
Dice Yusimí: “Total”.
Dice Rolando: “Mejor,
porque ahora estamos peor
que en Período Especial”.
Nadie ve la paradoja.
Nadie les hace un desaire
y un eslogan cruza el aire:
“Liebre, deja que te coja”.
Jugando a la pata coja
Rusia y Yanquilandia, pero…
Yo observo y me desespero.
No sé quién pierde y quién gana.
Juegan dominó (longana)
y mi isla es solo el tablero.
Más paradojas: primero
y ahora los rusos. ¿Qué? ¿Hablaron?
¿Noviazgo vodka/dinero?
¿Boda “míster/compañero?
¿Nostalgia bélica? ¿Ruidos,
miedos y malentendidos?
¿Betty Boop y Stiopa hablando?
¿Putin y Biden fumando
la misma pipa escondidos?
Yo solo sé que mi gente
necesita soluciones.
Hay tantas preocupaciones
que no hay pasado, hay presente.
Mashenka da un paso al frente.
Bolek y Lolek también.
Gorki saluda a Guillén.
El Bolshoi contrata a Alicia.
La partida se reinicia.
Y final. Koniec. The End.
Solo el detalle que Bolek y Lolek no son rusos, son polacos.