En 1917 y bajo el título “En La Habana hay otro prodigio”, el American Chess Bulletin publicó una nota que decía: “No contenta con haber dado al mundo a José Raúl Capablanca, La Habana llama su atención a otro prodigio del ajedrez en la persona de la niña María Teresa Mora”.
¿Quién fue esta ilustrísima semidesconocida? ¿A qué se debió que Capablanca le concediera el privilegio de ser su única discípula?
Como el campeón mundial cubano, María Teresa Mora era capaz de vencer a su padre desde muy pequeña, y su inusual talento le permitió combinar de modo armónico sus enormes pasiones por el ajedrez, la música y el magisterio.
Su primera hazaña deportiva se produjo con apenas 11 años, cuando ganó un torneo celebrado en el Club de Ajedrez de La Habana. Sin embargo, el gran golpe lo dio con 20 abriles al imponerse en la llamada Copa Dewars, que equivalía al título nacional absoluto del país.
Tiempo después, en 1938, la entonces experimentada jugadora se agenció el campeonato femenino de la isla, galardón que retuvo hasta ¡1960!, algo que difícilmente pueda repetir una trebejista doméstica.
Otros de los jalones más significativos de su carrera fueron los siguientes:
1939 – Campeonato Mundial en Argentina, obtiene el séptimo lugar entre dos decenas de competidoras con un acumulado de 11 puntos.
1950 – Campeonato Mundial en Moscú, gana cuatro partidas, empata cuatro y pierde siete. Termina en los escaños 10/11 entre 16 mujeres.
1962 – Primer Match Internacional mediante la radiotelefonía, que dirime con la colombiana Anita de Sánchez.
Agrego otros elementos que dan lustre al expediente de la singular habanera:
-Jugando contra Capablanca, María Teresa alcanzó score favorable de dos victorias y una tabla, aunque vale apuntar que dichos resultados se produjeron en sesiones de simultáneas.
-En el Mundial de Moscú 1950 la veteranía puso freno a sus posibilidades, pero se dio el gusto de entablar con piezas negras ante Elizabetha Bikova, que después sería monarca universal de 1953 a 1956 y de 1958 a 1962. Ese cotejo se reproduce hoy en la columna.
-En ese mismo año recibió de manos del presidente de la Federación Internacional de Ajedrez, Folke Rogard, el título de Maestra Internacional por la actuación de toda la vida, y se convirtió de esta forma en la primera mujer hispanoamericana en conseguirlo.
Su tenaz y fecunda existencia terminó en 1980 en la misma ciudad que la vio llegar al mundo y sorprender a fuerza de brillantez intelectual.
Blancas: E. Bykova. Negras: M. T. Mora.
1.e4 c5 2.Cc3 d6 3.g3 g6 4.Ag2 Ag7 5.d3 Cc6 6.Ae3 Cf6 7.h3 0–0 8.Cge2 Ad7 9.0–0 a6 10.g4
10…Tb8 [10…h5 11.g5 Ce8 12.f4=] 11.Cg3 b5 12.f4 Ce8 13.Dd2 b4 14.Cd1 Ad4 15.c3 Axe3+ [15…bxc3!? es una alternativa interesante 16.bxc3 Ag7] 16.Cxe3= e6
Consolida d5+f5
17.f5 El blanco gana espacio 17…Dg5 18.Rh2 bxc3 19.bxc3 Ce5 [19…Cf6] 20.d4 cxd4 21.cxd4 Cc6 22.Tf2 e5 23.dxe5 Cxe5 [Es inferior 23…dxe5 24.Dxd7 Dxe3 25.Taf1+/-] 24.Af1 Ab5 [24…Cf6 25.Rg2 Dh4 26.Dxd6=] 25.Dd4 [25.Axb5 Txb5 26.Rg2 Cc7] 25…Cc6 26.Dc3 Df6 [26…Ce5!?= debería examinarse con más detalle] 27.Dxf6± Cxf6 28.fxg6
28.Axb5!? Txb5 29.Td1±
28…fxg6= 29.Axb5 Txb5 30.Taf1 Cd7 31.h4 [31.Txf8+ Cxf8 32.Rg2 Ce5 33.Cd5 Ce6=/+] 31…Txf2+ 32.Txf2 Cce5 33.g5 Cd3 34.Tc2 Tb2 35.Txb2 Cxb2 Final con dos caballos 36.Rg2 Rf7 37.Cd5 El caballo no será fácil de mover de d5 37…a5 38.Rf3 Re6 39.Rf4 Cd3+ 40.Re3 Cc1 41.Cc3 Ce5 42.Rd2 Ccd3 43.Re3 Cc5 44.Cge2 Maniobrando Cg3-e2-f4-d5 44…Rd7 45.Cd5 Re6 46.Cef4+ Rf7 47.Cc3 Ce6 48.Cfd5 Cc4+ 49.Rd3 Ce5+ 50.Re2 Cd4+ 51.Re3 Cc2+ 52.Rd2 Cd4 53.Re3 Cc2+ Dos repeticiones 54.Rf2 Cd4 55.Cf4 Ce6 56.Cfe2 Cc5 57.Re3 Cc6 58.Cd4 Ce5 59.Cdb5 Re6 60.Cc7+ Rd7 61.C7d5 Re6 62.Cf4+ Rf7 63.Rd4 Ce6+ 64.Re3 Cc4+ 65.Rf3 Cd2+ 66.Re3 Cc4+ 67.Rf3 Cd2+
Dos repeticiones
68.Re2 Cxe4 69.Cxe4 Cxf4+ 70.Rf3 Cd5 71.Cxd6+ Re6 72.Cc4 Cc3 73.a3 a4 74.Re3 Cb5 75.Rd3 [75.Re4 Cc3+ 76.Rd4 Cb5+ 77.Re4 Cc3+ 78.Rd4 Cb5+ 79.Re4=] 75…Rd5 [75…Rf5!? pudiera ser una alternativa viable] 76.Cb6+= Rc6 77.Cxa4 Cxa3 78.Cc3 Rc5 79.Ce4+ Rd5 80.Cf6+ Re5 81.Cxh7 Rf5 82.Cf8 Cb5 83.Re3 Cd6 84.Rf3 Cf7
Tras conducir impecablemente sus piezas, ambas trebejistas acordaron tablas.
LA FRASE: “En el tablero es donde se efectúa la batalla”. María Teresa Mora.