La mirada de Alexander Alekhine delataba al genio. Miraba como si quisiera ir más allá de la imagen de enfrente, radiografiando todo con sus ojos eslavos y terribles. Y sobre el tablero de ajedrez se revelaba en estado puro aquel talento para ver lo que el resto no veía.
Había nacido en Rusia, pero debió emigrar a Francia luego de unas declaraciones antibolcheviques realizadas en 1927, el mismo año en que aventajó (18,5-15,5) a Capablanca con la corona universal en juego.
Dueño de un estilo combinativo que lo ligaba más al arte que al deporte, Alekhine fue uno de los cinco primeros trebejistas en adquirir el título de Gran Maestro una vez concluido el torneo de San Petersburgo’14. Y poco a poco, su estilo agresivo le fue abriendo puertas y ganando adeptos, hasta que se ganó el derecho de retar al inmortal cubano en Buenos Aires.
Ya hemos hablado de aquel match en este espacio. Pero acaso valga la pena acotar que el europeo afrontó numerosos problemas dentales en medio del duelo –inclusive se le extrajeron varias muelas-, y que, aunque negó insistentemente la posibilidad de la revancha a Capablanca, sí aceptó disputar su reinado con otros adversarios de rango inferior.
Por ejemplo, dos veces lo expuso con éxito frente al ucraniano Efim Bogoljubow, a quien –por cierto- destrozó en la brillante pulseada que cierra esta crónica. Y también ante Max Euwe, que le sacó partido a la temporada de embriaguez que embargaba a Alekhine hacia 1935, y por ese camino le quitó cetro, poltrona y vanidad.
Sorprendido por Euwe, el ruso-francés se alejó de la bebida con el afán de recobrar su trono, y dos años más tarde lo recuperó junto a su gato Chess, al cual llevaba a cada enfrentamiento, sabedor de que el contrario padecía alergia por esos animales. En medio de los cotejos, Chess saltaba a la mesa y husmeaba cuanto había sobre ella, mientras Euwe –un caballero en toda regla- aceptaba en silencio el trago amargo.
Infantil y soberbio: así era Alekhine. Dicen, también, que se gastaba un mal carácter del demonio, que gustaba de las apuestas, era un políglota increíble y, sobre todo, un individuo devorado por la egolatría.
Genio y figura. Eso fue, pero también un poco más. A tal punto, que cuando falleció sumido en la adicción al alcohol, el gobierno de su país natal aceptó reconocerlo como uno de los fundadores de la Escuela Soviética. ¡Tanta había sido su grandeza, su desbordada fantasía y su aportación al juego!
Hay quienes aseguran que su caso es el del más peligroso atacante de todas las épocas. Y algo de eso lo justifica la partida que sigue, donde enloquece y avasalla a uno de los mejores jugadores de la primera mitad del siglo XX con un triple sacrificio de dama que mereció alabanzas urbi et orbi.
Torneo de Hastings, 1922.
Blancas: E. Bogoljubow. Negras: A. Alekhine.
1.d4 f5
Se plantea la Defensa Holandesa, una fuente de partidas memorables.
2.c4 Cf6 3.g3 e6 4.Ag2 Ab4+
Actualmente, la teoría elude este movimiento. Se recomienda, por ejemplo, 4…Ae7.
5.Ad2 Axd2+ 6.Cxd2
Según Alekhine, lo mejor era 6.Dxd2!
6…Cc6 7.Cgf3 0-0 8.0-0 d6 9.Db3 Rh8 10.Dc3 e5 11.e3
Reforzando el centro. Si 11.dxe5!? dxe5 12.Cxe5?? Cxe5 13.Dxe5 Dxd2 con ventaja negra.
11…a5
La profilaxis en acción.
12.b3 De8 13.a3 Dh5
El negro comienza a probar fuerzas en el flanco rey.
14.h4 Cg4 15.Cg5 Ad7 16.f3 Cf6 17.f4 e4
18.Tfd1 h6 19.Ch3 d5 20.Cf1 Ce7 21.a4 Cc6 22.Td2 Cb4 23.Ah1 De8!
Un movimiento brillante. Alekhine renuncia a su prometedor juego en el flanco rey para iniciar una embestida incierta del otro lado del tablero.
24.Tg2 dxc4 25.bxc4 Axa4 26.Cf2 Ad7 27.Cd2 b5! 28.Cd1 Cd3!
Comienza una de las mejores combinaciones en los anales del ajedrez.
29.Txa5!? b4!
La escena queda lista.
30.Txa8?
Un error. Los programas informáticos sugieren 30.Da1.
30…bxc3!!
Houdini 1.5 y Fritz 13 propusieron una vía más vulgar para llegar al triunfo. Esta fue, 30…Dxa8 31.Db3 Da1 32.Cf1 Ta8 y el blanco pierde inevitablemente por la descoordinación de sus piezas.
31.Rxe8 c2!!
Otro movimiento encomiable. Cabía esperar 31…Txe8 con 32.Cxc3 Ta8 33.Cf1.
32.Txf8+ Rh7 33.Cf2 c1D+
Aparece la segunda dama del negro.
34.Cf1 Ce1!
Amenaza mate en 1.
35.Th2 Dxc4 36.Tb8 Ab5 37.Txb5 Dxb5 38.g4 Cf3+!
Alekhine no teme a nada. Sin embargo, 38…De2 lo haría todo más fácil para él: 39.gxf5 Cf3+ 40.Axf3 exf3 41.e4
39.Axf3 exf3 40.gxf5 De2!
El blanco está maniatado. Casi en zugzwang.
41.d5 Rg8! 42.h5 Rh7 43.e4 Cxe4 44.Cxe4 Dxe4 45.d6 cxd6 46.f6 gxf6 47.Td2 De2!
Un nuevo sacrificio de dama. El blanco tiene que aceptarlo…
48.Txe2 fxe2 49.Rf2 exf1D+
La tercera dama negra.
50.Rxf1 Rg7 51.Re2 Rf7 52.Re3 Re6 53.Re4 d5+ 0-1.
Acaso Bogoljubow no quiso asistir a una cuarta coronación de peón y rindió a estas alturas, después de ser víctima de un juego rival espléndido en los dos flancos del tablero.
LA FRASE: “El objetivo del juego no es la victoria, sino el arte”. A. Alekhine.