Fallecido este año, el Gran Maestro y Árbitro Internacional Gyula Sax es uno de esos tipos que se pueden quejar del menosprecio de los hombres.
Casi nadie menciona a aquel húngaro grande, cuyo mérito principal no fueron los dos campeonatos magyares, ni la corona juvenil de Europa. Ni siquiera su intervención en un par de Torneos de Candidatos, el de 1988 (derrotado por Nigel Short) y el del 91 (por Viktor Korchnoi).
La cima de su biografía la marca otro suceso, y es de tipo colectivo: Sax formó parte del Equipo de Oro que se impuso a la URSS en la Olimpiada de Buenos Aires’78. Casi nada.
Para entonces, los soviéticos sumaban 18 títulos en fila. Su escuadra era una máquina invencible, a tal punto que –descontando la referida lid de Buenos Aires y la de Israel’76, a la que se ausentó-, entre 1952 y 1990 no hubo país que le aguantara el golpe en Olimpiadas.
Pero aquel año, los húngaros plantaron cara al monstruo. El cuarteto lo lideraba Lajos Portisch, y a seguidas se sentaban Los Tres Mosqueteros: Zoltan Ribli, Sax y Andras Adorjan.
Pues bien, allí, lidiando con las fieras, nuestro hombre ganó cinco partidas, igualó siete y no perdió ninguna, para el premio de bronce en su tablero. Un rendimiento enorme en una época quizás irrepetible para el ajedrez, en la cual Gyula Sax llegó a estar entre los veinte mejores del planeta.
A su muerte, la incomparable Judit Polgar dijo: “Gyula fue el primer Gran Maestro que me trató como a un colega cuando yo tenía nueve años; analizaba e intercambiaba ideas conmigo, lo que me dio mucha confianza”.
El cotejo que sigue, dirimido en Reggio Emilia 1988, deja en claro la fantasía y el carácter atacante de su juego.
Blancas: G. Sax. Negras: J. Ehlvest.
1. e4 c5 2. Cf3 e6 3. d4 cxd4 4. Cxd4 Cf6 5. Cc3 d6 6. g4 Ae7 7. g5 Cfd7 8. h4 Cc6 9. Ae3 0–0 10. Dh5 d5 11. 0–0–0! (sería un gran error 11. exd5 exd5 12. Cxd5?? Da5+ 13. Cc3 Ab4 14. Cde2 Cde5 -amenaza Ag4– 15. f3 Td8, con ventaja estratégica ganadora) 11…dxe4?! (favorece el ataque blanco; lo prudente era 11 ..Cb6) 12. Cxe4 Da5 13. Cxc6!
Esta decisión, que abre líneas contra el rey blanco, implica evaluar correctamente que el ataque blanco es aún más fuerte. 13…bxc6 14. Ad4! e5 (si 14…Dxa2? 15. Axg7!! Rxg7 16. Txd7! Axd7 17. Cf6 Da1+ 18. Rd2 Axf6 19. gxf6+ Rh8 20. Ad3, y mate en pocas) 15. Ac3 Dxa2 16. Txd7!!
Al reducir la defensa de f6, el rey negro queda condenado.
16…Axd7 17. Cf6+ Axf6 18. gxf6 Da1+ 19. Rd2 Da4 (con la esperanza de que Df4+ o Dg5 salven al monarca) 20. b4!!
20…Tfd8 21. Ad3! gxf6 22. Ta1! (y ahora la dama está cazada) 22…Db5 23. Dxh7+! (si 23. Axb5?? Ag4+) 23…Rf8 24. Dh6+ Re7 25. Axb5 cxb5 26. De3
1-0
LA FRASE: “Sax fue un jugador de ataque increíblemente energético”. Judit Polgar.