Rochy Ameneiro se viste de naranja. Lidera, con su canto, sus opiniones y su vocación social el proyecto Todas Contracorriente que forma parte de la red ÚNETE, construida globalmente por iniciativa de la ONU para promover la no violencia de género contra las mujeres y las niñas. Cuando llega esta época del año, junto con un número creciente de personas en Cuba, se intensifica su activismo por este tema.
El 25 de noviembre pasado Rochy promovió un flashmob en el parque de 15 y 16 en el Vedado que reunió a más de 2000 personas, de todas las edades, mujeres y hombres. Fue el “día naranja” que se vive en todo el orbe: las personas utilizan algún atributo de ese color para significar su solidaridad con esta lucha. Es el día de recordar el asesinato de las hermanas Mirabal en República Dominicana bajo la dictadura de Trujillo en 1960.
Esa noche en La Habana arrancó una jornada de concientización que se se extiende hasta el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos.
“Ensayamos con un pequeño grupo una pequeña coreografía y después a todas las personas que llegaron al parque se la enseñamos. En el flashmob original se distribuye por correo o por mensajes al teléfono los pasos, pero este tuvo sus características particulares. Yo me uní al proyecto comunitario Paso a paso, de la coreógrafa y bailarina Yuly Rodríguez, y le pedí el diseño de unos pasos para una actividad lúdica de un breve espacio de tiempo y que concurriéramos muchas personas para darle visibilidad al tema.”
La ONU ha reconocido este año a Rochy como “artista ÚNETE”. Durante varios años ha sido protagonista en una campaña por los derechos de las mujeres y las niñas que muy paulatinamente se está convirtiendo en un tema de agenda pública entre la ciudadanía.
Pero la mayoría de las personas probablemente todavía desconoce la incidencia real que este tipo de actos de violencia tiene en Cuba y no porque no los vean sino porque a veces ni siquiera los categorizan como actos de violencia.
“Cuba tiene muchas metas logradas en cuanto a la eliminación de la violencia contra las mujeres y las niñas: tenemos una organización que nos representa a todas las mujeres (la FMC), tenemos las Casas de Orientación a la Mujer y a la familia, a donde pueden acudir las personas que están siendo violentadas y son conscientes de eso. Tenemos todo un programa de sensibilización hacia la policía, los educador@s; se trabaja en formación, a nivel institucional,o comunitario. Hay muchos proyectos. Desde la música trabajamos muchos artistas. Hay una voluntad de país en que el tema tome fuerza. Lo malo es también que hay muchas personas resistentes a adoptar el tema como un problema. En Cuba es cierto que no tenemos los índices de violencia que hay en otros países y no tenemos que estar luchando por aspectos que en otras sociedades son un problema como el derecho al aborto o la práctica de la ablación, etcétera. Tenemos muchas cosas muy logrados pero venimos de una sociedad patriarcal que tiene instaurado el machismo -lo tenemos en las venas. Muchas veces no nos damos cuenta de que estamos siendo violentad@s porque esto es algo que no solo ocurre contra las mujeres. Por eso es necesario no solo el tratamiento de lo que es la violencia de género hacia las mujeres y las niñas, sino también la formación de nuevas masculinidades.”
¿Qué es Todas Contracorriente?
Desde la música, que es lo que me atañe a mí más directamente, ocurre que hay una tendencia a agredir a las mujeres, a exponerlas como objeto sexual . Y no creo que sea una voluntad consciente de los artistas; creo que es puro desconocimiento. Tampoco creo que ninguna familia cubana desea que su hija sea “vendida”; pero hay artistas que dicen en sus canciones que las mujeres son comprables. No creo que esas familias quieran que sus mujeres y sus niñas sean violentadas y descritas como “locas”; pero es lo que dicen algunas canciones. Y desde ese punto de vista es que trabaja mi proyecto Todas Contracorriente: desde la música, unida a los especialistas en el tema, dando talleres, tratando de sensibilizar a más población, sobre todo joven, y dándole herramientas a las personas para discernir e identificar este tipo de violencia. Cuando vemos en un videoclip que el hombre “triunfador”, lleno de oro tiene al lado a muchas mujeres que ni se notan, medio vestidas: todas son rubias, bonitas y flaquitas y se mueven al son de una canción que dice que ellas son comprables o que son locas; o un cantante que celebre su órgano sexual con un ritmo pegajoso y que los niños y las niñas repitan esto por todos los lugares, es una manera de violentar sutilmente a las mujeres y las niñas. Creo que estos artistas no tienen plena conciencia de que ellos están educando, formando.
No existen estadísticas públicas sobre, por ejemplo, la violencia de género expresada en violencia física sobre las mujeres, niñas y niños. Los casos existen, se escuchan los rumores, las anécdotas que circulan. Pero ustedes, en este trabajo de sensibilización, ¿cómo se representan el grado de complejidad que tiene el problema en Cuba? ¿Tendría algún valor que las autoridades se comprometieran a difundir información sobre la incidencia o sobre las situaciones que propician estos actos de violencia?
Yo creo que el tema está siendo atendido por la voluntad gubernamental. El tema se está planteando en telenovelas, en spots de televisión, en algunos programas de televisión que a veces nos han invitado a nosotros mismos. Pero si creo importante que los decisores de políticas públicas, primero pasen los talleres porque a veces tienes la voluntad de mostrar el tema y lo muestras mal, o mandas un mensaje errado o no sabes llegar con un mensaje educativo para la mayoría de la población. Hay trabajos desde el audiovisual realizados desde hace muchos años que no se han puesto en la televisión, y es una lástima porque ese es el medio de mayor impacto. Hay materiales audiovisuales disponibles de Ana Margarita Moreno (“Los machos”), de Marilyn Solaya (“Vestido de novia”, “Mírame mi amor”), entre otros. Existen muchos materiales realizados por jóvenes realizadores. No creo que sea intencionado ocultar el tema, pero creo que hay un poco de desconocimiento; porque el tema no se acaba solo en los feminicidios en el mundo, o los aspectos en que Cuba ya ha tenido logros. A veces creemos que las cosas que no hemos logrado son menos importantes que lo que ya logramos, y no lo son. Y por eso nosotros insistimos en que este tema tiene mucha relación con la posibilidad de rescatar algunos valores que se han perdido.
¿En qué escenarios se dan actos de violencia contra las mujeres y las niñas en Cuba? Esos “pequeños” actos cotidianos…
Para alguien pueden ser pequeños, para mí no lo son. Yo, por ejemplo, he sido víctima de un acosador que entró en mi casa, al cual denuncié, estuvo preso un día y salió porque tenía un certificado de problemas mentales. Eso es algo que se está revisando. Hay todo un movimiento en el plano de la jurisdicción para tratar de otro modo la violencia de género. Los acosadores de las calles son otro ejemplo -que se masturban, que tocan a las muchachas, que les dicen “cosas”-, que generalmente están en lugares conocidos incluso por la policía. Les ponen multas y luego vuelven a los mismos sitios. En el documental “Mírame mi amor” se narra precisamente la historia de una joven que fue violentada en el baño de su propia escuela, en la Facultad de Artes y Letras. En su historia se conoce que hubo quien le reprochó “¿por qué vas vestida así?”. Nadie tiene derecho a juzgar como provocadora a alguien por su modo de vestir; y nadie tiene derecho a violentar a otra persona, en ninguna circunstancia.
Ese tipo de sensibilización a la población es muy necesaria. Y es necesario que l@s violent@s sean castigados como debe ser. Como en todos los lugares, también en Cuba se encuentran casos de niños y niñas maltratados por sus padres o por personas cercanas a las familias, se dan casos de bullying en las escuelas, o de maestr@s que abusan de su poder hacia las niñas y los niños que tienen en su aula. Desde las edades tempranas se puede trabajar este tema; desde la educación, la familia… El trabajo comunitario es importantísimo, porque es donde se mezclan todas las situaciones de la vida cotidiana. Lograr la cultura de paz es una tarea de tod@s. Reconocer que en una familia hay un problema de violencia es una tarea también de quienes rodean a la familia. La gente tiene que aprender que pueden ir a un lugar a denunciar estas situaciones, que pueden ser apoyados por las leyes.
Que es un valor positivo oponerse a estas acciones de violencia…
Desde mi micrófono, como artista, tengo acceso a muchos oídos al mismo tiempo, me convierto en una líder de opinión. Por eso yo insisto en la importancia de que tod@s los artistas nos sensibilicemos con el tema. Mandar un mensaje positivo a la población; un mensaje simple que diga que cuando tú haces un arte comprometido, respetuoso con el público, estás ayudando a formar una cultura de paz en tu sociedad. Hay muchos artistas que ya están trabajando: David Blanco, Yan Cruz, Daiana García y la Orquesta de Cámara de La Habana, Aldo López Gavilán, Rodrigo García Ameneiro, La Rueda Producciones, Fábrica de Arte, X y Eme Alfonso, Elaín Morales, Lissette Vila, Ana Margarita Moreno, Marilyn Solaya… Cada día son más. Ya veremos el año que viene qué se nos ocurre para visibilizar más aún el tema, para que crezca más este enfoque de cultura de paz.
No puedo despegarme del racismo que llevo dentro, ni victima ni victimario, solo actor de reparto dentro de una sociedad racista, ¿Me traiciona el sub conciente? capaz, pero esa mano blanca con uñas pintadas de rojo (femenina) y esa mano Negra ( masculina), despiertan en mi prejuicios que daba por muertos mas que dormidos.
Muy buena esta iniciativa,en cuba si hay violencia lo q no nos enteramos el año.pasado o el anterior cuba quedo entre los primeros de homicidios de mujers