La manifestación de Washington DC fue la mayor de su historia. Según varias fuentes, participaron unas 800 000 personas, cifra que supera a las 500 000 de la marcha de las mujeres, el mismo día en que Donald Trump accedió a la presidencia el 20 de enero de 2017, y a otra contra la guerra de Vietnam, que en 1969 congregó de 500 000 a 600 000 asistentes.
El mundo podrá seguir siendo ancho, pero para nada ajeno. Hubo más de ochocientos eventos de ese tipo en los Estados Unidos y Europa: Boston, Nueva York, St. Paul, Atlanta, Dallas, Nashville, Detroit, Madrid, Tokio, París…
Los titulares de prensa y TV fueron categóricos: “REVUELTA ADOLESCENTE”, “DESAFIANTES, INDIGNADOS, DECIDIDOS”. El ex presidente Obama tuiteó: “Ustedes nos están guiando”.
Por su parte, la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) siguió utilizando chivos expiatorios y esgrimiendo el fantasma de las libertades, con su correspondiente toque de populismo: “Las protestas no son espontáneas. Los billonarios que odian las armas y las elites de Hollywood están manipulando y explotando a los niños como parte de un plan para DESTRUIR la Segunda Enmienda y quitarnos nuestro derecho de defendernos y defender a nuestros seres queridos”.
En la Florida, donde ocurrió la matanza de Parkland, cada 17 horas un niño es alcanzado por un arma de fuego.
De acuerdo con estimados, entre 2010 y 2015 casi 3,000 adolescentes de 17 años o menos resultaron muertos o heridos por armas de fuego. Un médico de un hospital infantil de Miami declaró: “Tenenos una verdadera epidemia”.
Estadísticas y estudios muestran un vínculo significativo entre armas de fuego, suicidios y homicidios entre niños y adolescentes. Una investigación resume este patrón de la siguiente manera: “mientras más armas, más niños y adolescentes se dispararán a sí mismos –u otros les dispararán…”.
Pero las ventas de armas han venido experimentando un ascenso geométrico.
Por eso Miami no fue la excepción, mucho más cuando se trata del lugar donde reside el senador Marco Rubio, cuya renuncia a descontinuar la práctica de recibir dinero de la NRA lo ha colocado en el centro de la diana. Parkland, Doral y Miami Beach, entre otras ciudades, fueron escenarios de esas marchas.