Un batallón de osos tolerantes en La Habana

Imaginen que un batallón de osos de dos metros de altura, con las indumentarias más desiguales que hayan podido imaginar, se paseara por el mundo a la manera de los Guardianes de la Galaxia celebrando la diferencia y el entendimiento. Estos inusuales superhéroes existen, al menos en forma de escultura, y en una cantidad superior al centenar podrán ser apreciados por el público cubano a partir del viernes 16 de enero (4:30 pm) en la Plaza de San Francisco de Asís, en La Habana, Cuba. El proyecto, auspiciado por la ONU y la UNICEF, lleva por nombre United Buddy Bears, y es el resultado del trabajo de numerosos escultores de todo el planeta, a partir de la idea desarrollada por Roman Strobl, Eva Herlitz y Klaus Herlitz. Estos tres artistas inundaron en el año 2001 las plazas y calles más céntricas de Berlín con 300 de estas piezas y un año más tarde se les ocurrió expandir la experiencia y surgió lo que se conoce como el círculo de United Buddy Bears.

Con la divisa de “Nos tenemos que conocer mejor (…) para comprendernos mejor, tener más confianza los unos en los otros y para vivir mejor”, los osos son un mensaje de paz y comprensión entre los pueblos.

Las esculturas del Oso Buddy (en inglés: Buddy Bear, alemán: Buddy Bär) representan a un oso de tamaño natural, y están hechas de material sintético reforzado con fibras de vidrio. En el caso del círculo de United Buddy Bears, cada pieza corresponde a un estado reconocido por las Naciones Unidas y está pintada con un diseño único por un artista del país que representa. La idea, según explican los organizadores del evento, es que “los diferentes estilos de los artistas internacionales se unan en alegre hermandad para formar una obra de arte colectiva que transmita la alegría de vivir”.

Como parte de su diseño particular, el oso cubano, obra de la artista Nancy Torres, sostiene un habano en la boca y fue bautizado por su creadora como Siboney, en un homenaje a los aborígenes del archipiélago, quienes le descubrieron al mundo occidental el tabaco. “En la actualidad esas hojas de tabaco, las mejores del mundo, son enrolladas por las manos de los tabaqueros cubanos, que  pueden verse en la barriga de mi oso. Con esto quiero hacer recordar que los indios siboneyes no resistieron la civilización europea, pero dejaron para la humanidad una de las delicias autóctonas más codiciadas”

Con una lista de ciudades recorridas capaz de dar envidia al mismísimo James Bond (Pyongyang, Sidney, Berlín, El Cairo, Montevideo, Kuala Lumpur, San Petersburgo, Nueva Dehli, París, Buenos Aires… y la lista continúa), la exposición ha sido visitada por cerca de 30 millones de personas en los cinco continentes. De acuerdo al diario Clarín, las acciones de merchandising y subasta de las esculturas han recaudado cerca de dos millones y medio de dólares, que han sido destinado al trabajo de la UNICEF y de otras organizaciones de ayuda para niños.

Probablemente la próxima parada de estos muchachos ya esté pactada, pero qué hermoso sería que al salir de Cuba viajaran hasta las tierras de Eric Garner, Boko Haram y Charlie Hebdo. A ver si imponen un poco de alegría y espantan el miedo de este mundo.