El mundo está bastante lejos de haber reducido las emisiones de gases de efecto invernadero como para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París sobre el cambio climático de 2015. Pese a ello, emergen avances.
Por ejemplo, la trayectoria climática ha mejorado, al punto de registrar entre 0,6 °C y 1 °C menos de calentamiento. Además, el crecimiento de las energías renovables está ocurriendo más rápido de lo previsto.
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Cuando se aprobó el Acuerdo de París en la COP21, las políticas económicas estaban llevando al mundo hacia una trayectoria de calentamiento climático de 3,5 °C para el año 2100 en comparación con la era preindustrial, según apunta la Agencia Internacional de Energía (AIE).
Este nivel, precisa un reporte de Afp, implicaba catástrofes climáticas en cadena que dejarían regiones inhabitables debido a calor extremo, traería sequías, deshielo de los polos y los glaciares, además de otras calamidades.
Ocho años después, sin embargo, los compromisos de los países sitúan al mundo en una trayectoria de calentamiento de 2,5 °C a 2,9 °C durante el siglo, según los cálculos de la ONU revelados antes de la COP28.
Trayectoria de calentamiento de entre 2,5 °C y 2,9 °C
Según la Onu, desde 2015, las emisiones anuales de gases de efecto invernadero aumentaron alrededor del 9%. El indicador es menor al esperado antes de 2015.
La tasa de aumento se ha desacelerado notablemente, al punto que el pico de emisiones globales podría alcanzarse este 2024, según estimaciones recientes del Instituto de Análisis Climático.
Antes del Acuerdo de París, la AIE preveía que las emisiones relacionadas con el sector de la energía (más del 80% del CO2 emitido por la actividad humana) alcanzarían las 43 000 millones de toneladas (Gt) en 2030, pero la agencia acaba de revisar esta cifra a la baja, a 35 Gt.
“Esta diferencia de 7,5 Gt corresponde a las emisiones acumuladas del sector de la energía en Estados Unidos y Europa”, señala la AIE en la última actualización de su informe Ruta hacia Cero Neto.
Energía solar, eólica y vehículos eléctricos
“Tres tecnologías contribuyen principalmente a las reducciones de emisiones” entre las proyecciones de 2015 y las actuales, afirma la AIE: “la energía solar, la eólica y los vehículos eléctricos”.
En comparación con las previsiones hechas en 2015 para 2030, “la energía solar fotovoltaica debería contribuir a reducir las emisiones en aproximadamente 3 Gt, lo que equivale aproximadamente a las emisiones anuales del tráfico automotor mundial”, calcula esta agencia de la OCDE.
La energía solar fotovoltaica y la eólica se utilizan para reemplazar las centrales de carbón, petróleo y gas. Se estima ahora que representarán alrededor del 15% de la producción eléctrica mundial en 2030; es decir, aproximadamente 3 y 7 veces más en esa fecha de lo que preveían los expertos de la AIE en 2015.
Importancia de las políticas públicas
En ese momento, el despliegue de vehículos eléctricos parecía una quimera a tan corto plazo, con menos del 2% de las ventas previstas para 2030. La AIE cree que más de un tercio de los nuevos automóviles habrán cambiado el motor de explosión por uno eléctrico para 2030.
ONU: de seguir el ritmo, el planeta se calentará peligrosamente 3.2 grados este siglo
“La adopción de tecnologías energéticas limpias ha experimentado un crecimiento sin precedentes en los últimos dos años”, apunta la AIE, que destaca un aumento del 50% en las capacidades fotovoltaicas a nivel mundial desde 2020 y del 240% en las ventas de vehículos eléctricos.
La AIE atribuye estos avances, inimaginables antes del Acuerdo de París, al efecto de las políticas públicas y a la disminución de los costos.
Con información de AFP y AIE.