Cuando el empresario checo Robert Hasek comenzó a trotar con su perro Darwin, la corrida de más de 4 kilómetros (tres millas) hacía que el bull terrier se fatigara.
Hasek estaba sorprendido porque pensaba que su perro tenía un estilo de vida saludable. Para resolver el misterio, puso un monitor de actividad Fitbit en el can y descubrió que sólo estaba activo estando él presente. Si no estoy, “se acuesta, duerme y no hace nada. ¡Es un flojo!”, comentó.
El empresario detectó una oportunidad y desarrolló uno de los primeros monitores físicos para perros. Su producto forma parte de una creciente industria de dispositivos para mascotas que incluye monitores GPS, alimentadores automáticos, máquinas que lanzan pelotas y cajas de arena para gatos que se limpian solas.
En Estados Unidos se gastarán 72,100 millones de dólares este año en productos y cuidado para mascotas, un aumento del 3,6 por ciento en el año en una industria que ha crecido desde mediados de la década de 1990, de acuerdo con la Asociación Americana de Productos para Mascotas (APPA, por sus siglas en inglés).
El gasto en mascotas a nivel internacional en 2017 fue de 109,000 millones de dólares, de acuerdo con Euromonitor Internacional.
En un principio, Hasek buscó financiamiento en el sitio web para proyectos Kickstarter y luego acudió con inversionistas privados. Se mudó a San Francisco durante tres meses y localizó a fabricantes y subcontratistas de servicio al cliente checos.
Dos años después, la producción y ventas para los monitores físicos Actijoy ha comenzado, con el costo por unidad en unos 300 dólares. Además del dispositivo de rastreo por GPS que ya ofrecen varios collares para mascotas, el producto del empresario checo registra la intensidad de la actividad del animal y viene con un recipiente conectado a internet que monitorea el consumo de agua y alimentos.
AP / OnCuba