Hace poco mientras caminaba por Línea, en el Vedado, se me acercó un señor. Su estilo me recordó a mí mismo cuando me iniciaba en las calles de esta ciudad. Aquel hombre había venido directo a mí ignorando que yo era un guajiro de su misma especie. Me preguntó cómo llegaba a una dirección que, sin saberlo, ya había flanqueado un par de veces.
El hombre, entendido ya en la ubicación, agarró mi mano y me dio un apretón para expresar lo agradecido que estaba. Después de que se alejó, me tomé un instante para sonreír, bajo un efecto parecido al que experimentamos al desempolvar fotos de la adolescencia, de cuando lo ingenuo era moda.
Luego, desde un balcón cercano al litoral, veo el edificio adonde fui a parar hace ya muchos años, sin escala desde el lejano pueblo donde nací. Recordé entonces cierto manual de instrucciones para primerizos en la capital; una especie de código creado por el hombre de campo para subsistir en el mundo “La Habana”, para pasar inadvertido y salvarse del potencial ridículo.
Estas reglas se las contó un padre al hijo que acababa de recibir una carrera en la universidad, sentados en el Coppelia, habiendo dejado tras de sí varios kilómetros en el más largo “Andar La Habana” de un guajiro.
El sello había sido la pregunta de la camarera. Después de verlos devorar ocho ensaladas –cuarenta bolas de helado– per cápita, no pudo soportar la curiosidad: “Ustedes no son de aquí, ¿verdad?”
Seguro habrá no pocos manuales, más o menos útiles, más o menos necesarios. El mío va a continuación:
1- Camina, camina, camina. Evita los camellos, y si tienes que ir muy lejos en alguno, no te pegues a las ventanillas, que en los barrios en apagón tiran piedras.
2- El Capitolio es el mejor punto de referencia y lo primero que debes conocer de la ciudad. Esa “punta” te va a guiar en todo momento.
3- No andes mucho de noche. Cuando lo hagas, camina por la calle; olvídate de las aceras que puede pasar cualquier cosa.
4- Trata de andar en grupo, con gente que conozca la ciudad, y no te quedes con la boca abierta contando los pisos de los edificios. Eso delata a la gente del campo.
5- La billetera debe permanecer en el bolsillo delantero. Es muy raro que un carterista pueda sorprenderte.
6- Para llegar al Latino cuando haya juego, espera que caiga un poco la tarde y fíjate que vas a encontrar las torres prendidas. Siéntate en una grada neutral, los industrialistas no soportan perder y te mirarán con mala cara. ¡Ah! Aguanta los arranques emocionales cuando tu equipo anote.
7- Cuando estés perdido solamente le preguntas a los viejitos. No corras el riesgo de que otras personas te vean cara de guajiro y te manden pal fin del mundo. Los ancianos no, ellos son buenos… casi siempre.
8- Habla poco hasta que vayas cogiendo el acento. No te pongas a hacer comparaciones, que para los habaneros su ciudad es sagrada.
9- Ahorra el dinero para que te alcance.
10- Y… la regla más importante: te buscas una novia habanera.
Jajaja, soy de Cienfuegos. En 1988-89 tuve que pasar unas cuantas veces por la Habana y sin conocerla. Nunca me perdí, aun teniendo que muchas veces llegar en botella hasta la periferia. Luego tomaba cualquier guagua que llegara a la ciudad. El Capitolio y la Plaza se ven desde todos lados. Con esas referencias llegaba siempre.
Esto se parece tanto a ti 😀 jajajaja… Y tú estas aplicando la regla 6?
jajaja me consta que el articulista cumple al menos con la última regla, jajajaa
Podrias realizar una descripcion de un guajiro mejor….pues aki enChile tengo uno k deseo comprender mejor su raiz.graciss
Si, pudieramos contestarlas con “Reglas para soportar a un habanero y no matarlo en el intento”
1. Sé amable con el y riete en su cara cuando se crea mejor que tú: En definitiva, en tu provinicia hay más lugares para divertirse, cuestan menos, tú comes 3 veces al día y tienes menos problemas de transporte.
2. Siempre recuerda la diferencia entre un habanero y un terrorista: los terroristas tienen simpatizantes, los habaneros no.
3. Y meate de la risa cuando te diga que vive en La Habana aunque en realidad resida en la ultima vereda de Campo Florida.
4. Vacilalo. Preguntale porque a la Ceiba del Templete hay que darle varias vueltas.
5. Por último, si se atreve a insinuarte que es mejor que tú, recuerdale la regla número 1.
Jaja! Estan buenas las reglas! Y faltan muchas mas! Soy habanero (de verdad!), pero es cierto que el que llega aqui debe pisar con cuidado, ya sea por un bache, una fosa, o algo que dejo un perrito. Jaja. Saludos a todos
esperen más de JJ, saludos, JJ
¿No hables hasta que cojas el acento? Jajajaja! ¿ Y cómo se comunican entonces?
Basta que sepan que eres del campo y ya te van a mirar de lado.
Jajajaja!
No digas “cutara”,”guineo”,”hayaca”,”nague”,”zapote” ni “q’ jeso”
Campo Florido Adrián… FloridO… y yo si me rio en tu cara cuando me cuentas la regla No 1… no jo…robes… de que provincia tu hablas?
El comentario de Adrián me ha gustado más que el trabajo! Bueno, el comentario de Adrián me ha gustado, el trabajo no.
Qué picuita esta Claudia!!!
Gracias por el artículo.
Me he reído con este artículo. Es el retrato del emigrante en general: aprenderse bien las direcciones, evitar lugares o situaciones que puedan perjudicarte, no discrepar con los oriundos, tratar de pasar desapercibido o por lo menos intentarlo y por todos los medios buscarse una pareja que sea de allí, para tener un apoyo material y espiritual. Falto una regla que es muy util: buscate un socio o socia que sea de tu mismo terruño, por afinidad te dará buenos consejos e indicaciones que buena falta te van a hacer, jajaja.
JJ Miranda muchas gracias por tu trabajo, me lo lei con mucho gusto, soy uno de los guajiros que hace como tres decadas vino para La Habana, otra regla importante que aplique fue montarme en muchas guaguas y hacer casi el recorrido hasta el final y regresar conociendo los lugares por donde pasaba la guagua. Al final los guajiros por obligacion de adaptacion terminamos conociendo mas La Habana, sus calles que los propios habaneros. Saludos a tod@s.
Lo de Campo Florido fue un lapsus scriptus..pero lo ratifico: Son reglas que me han funcionado muy bien para aguantar a unos cuantos habaneros por adopción..por que habaneros “naturales”…quedan muy pocos..
Ah, y faltó la regla 6: Si eres oriental, y se burlan de ti..recuerda que los que los mandan a ellos…son orientales también.
Tenia un amigo en la cujae de Arroyon las Tunas que cdo llego a La habana tenia que tomar la 84 para ir a a CUJAE, donde estaba el pasaba la 83 se dijo si la 84 va para la CUJAE la 83 me deja cerca… fua a para a casa del diablo… cada vez que me acuerdo de ese cuento me muero de risa.
Me gusto mucho el artículo y las reglas de Adrián tambien. Los comentarios le dan mucha vida a la razon de ser del artículo. Gracias a todos. Me reí!!!!
Tengo un amigo de Bayamo, de apellido Martínez y de nombre Fernando, que aplicó al pie de la letra esas reglas, menos la 10, no obstante para no retornar a su natal barrio, se buscó una en un campo de Mayabeque, jajá.