El karité que crece en las sabanas del oeste de África es el gran protagonista de la aventura empresarial iniciada hace tres años en Sevilla por Katia Simone, una joven emprendedora cubana con raíces africanas que ha logrado abrirse un hueco en el mundo de la cosmética natural gracias al ‘árbol de mantequilla’.
La idea nació casi a la par que su hijo Piero, hace seis años, cuando realmente descubrió en la piel de su bebé los beneficios del karité, un producto que había estado muy presente en su vida desde pequeña porque su madre lo utilizaba.
Pero no fue hasta el 2018 cuando decidió darse de alta como autónoma para llevar a cabo su proyecto. Dos años después, en plena pandemia, constituyó una sociedad limitada, AOKlabs África, y sus productos, que contienen propiedades hidratantes y nutritivas, están hoy presentes en más de quinientas farmacias.
Katia, que nació en La Habana y cuya infancia estuvo imbuida por la cultura y ciertas tradiciones de África (su padre es de Guinea-Bisáu), vivió después tres años en Portugal y cuando cumplió los 19 decidió coger un autobús y emprender su propia vida en Sevilla, donde trabajó durante unos años en un centro comercial.
En 2012 viajó a Guinea-Bisáu: “Me sentí como en casa, allí pude ver cómo las mujeres trabajaban la manteca de karité, ver en vivo ese proceso me impresionó”, recuerda.
Varios años después, junto a su pareja, que trabajaba también en el centro comercial, decidieron poner en marcha su proyecto: “En la vida hay dos tipos de personas: las que están y aprenden y las que ven la vida pasar”, asegura para explicar que en aquel trabajo en permanente contacto con muchas personas aprendieron del mundo de la empresa.
Comenzó así a investigar la manera de poder ofrecer el conocido como “Oro Africano” y, a través de una organización sin ánimo de lucro, Global Shea Alliance (GSA), logra llegar hasta Kanvli, la cooperativa de mujeres que elabora en Ghana los principios activos con los que trabaja ahora su marca.
“El Oro Africano se extrae siguiendo una tradición ancestral y respetuosa con el medio ambiente; las mujeres recolectan los frutos del karité, también del baobab y la moringa, y los convierten en aceites esenciales por primera presión en frío”, explica.
Se trata de un proceso artesanal para no perder sus “enormes propiedades naturales”, subraya antes de señalar que la manteca de karité es muy desconocida en su estado puro, pues en la cosmética de lujo se utiliza en pequeñas proporciones.
El árbol karité (Vitellaria paradoxa) puede llegar a medir hasta 15 metros de altura y vivir más de 300 años, aunque hasta pasados 20 años de vida no da frutos; una vez recolectados las nueces del suelo se procesan de forma manual para obtener la manteca de karité, que no sólo se utiliza para la fabricación de cosméticos, sino que es una de las bases de la alimentación de las zonas rurales de África Occidental y también se utiliza como sustituto de la manteca de cacao.
Al comprobar los extraordinarios resultados del karité puro, sin refinar y sin aditivos, Katia empezó a formarse hasta que decidió emprender. La declaración del Estado de Alarma en marzo del 2020 por la COVID-19 fue un revulsivo para el crecimiento de la empresa.
La imagen oficial del producto estrella de la empresa, el “Oro Africano”, es la de su fundadora abrazando a su hijo.
Después surgió la segunda línea de productos, Pure Life, que incluye gel Desmaquillante, serum de baobab y moringa, body milk reafirmante, Black Radiance-hidratante de día y contorno de ojos, y acaba de lanzar un nuevo producto para el rostro, las ampollas Perfect night, todos 100 % ecológicos, certificados y testados dermatológicamente en pieles sensibles.
La firma dermocosmética, que tiene su centro logístico y administrativo en Dos Hermanas (Sevilla), da empleo a unas 60 personas de forma directa e indirecta, y su facturación en el 2021 fue de un millón de euros, cifra que esperan aumentar hasta los 5 ó 6 millones este año.
Actualmente cuenta con delegados comerciales en las provincias de Sevilla, Huelva y Cádiz, pero pretende ampliar su red hasta los 50, uno por cada provincia española.
Entre otros galardones, la empresa sevillana ha recibido el Premio ASTER de Andalucía Occidental que otorga la escuela de negocios ESIC Business & Marketing School.
El gran objetivo de su fundadora, que comenzó de forma autodidacta, guiada por la intuición, es revolucionar el sector farmacéutico y de la cosmética tal y como se conoce en Occidente desde finales del siglo XIX, cuando se abandonó el trabajo manual y las formulaciones naturales que se habían empleado durante siglos, y que la formulación química deje de ser la gran protagonista.
Blanca Fernández-Viagas / EFE
Hola.
Estoy interesada en obtener el producto.
Porfa me gustaría saber si en Barcelona también se está comerciando.
Esperó su respuesta.
Cuánta alegría esta noticia, feliz por mis coterraneos, mucha prosperidad en tu emprendimiento
Felicidades y éxitos. Has trabajado duro. Esperemos que en el futuro podamos usar tus productos en nuestra tierra.
Muchas felicidades y mucha prosperidad, visto es que el cubano es capaz de triunfar en cualquier lugar del mundo menos en su propia tierra gracias a La erronea visión que existe en lnuestro propio país