Un hallazgo arqueológico presentado este viernes en Roma, Italia, podría ser un monumento perdido dedicado hace unos 2.600 años a Rómulo, el legendario fundador y primer rey de esa ciudad convertida en cabeza de uno de los mayores imperios de la historia.
El descubrimiento, presentado por grupo de arqueólogos italianos, no es muy destacado visualmente: en una zona excavada debajo de la Curia Julia, o la antigua sede del senado, se ve algo parecido a una pila que según los arqueólogos era un sarcófago, o ataúd de piedra. Además, hay un bloque cilíndrico de piedra, lo que parece una punta gruesa de lo que podría haber sido el altar.
Ambos objetos están hechos de toba volcánica, extraída de la Colina Capitolina que está detrás del Foro, y en la que se encuentra actualmente el ayuntamiento de la ciudad.
Según la arqueóloga Patrizia Fortini, la zona recientemente excavada “representa un lugar que, en la historia y la imaginación romana, habla sobre el culto a Rómulo”.
Fortini dijo que nadie supone que el sarcófago contuviera los huesos de Rómulo, quien junto con su gemelo Remo estableció la ciudad cerca del río Tíber alrededor del 753 a.C. y fundó el reino de Roma. Posiblemente data del siglo VI a.C., unos 200 años después de la época de Rómulo.
“No sabemos si Rómulo existió físicamente”, por la manera en la que era descrito en sus leyendas, dijo.
De acuerdo con la leyenda, Rómulo y Remo fueron amamantados por una loba cuando eran bebés, pero después Rómulo mató a su propio hermano en una disputa. Algunas fuentes antiguas afirmaban que el luego rey de Roma fue enterrado en la zona del nuevo descubrimiento, y el sarcófago podría haber servido como un memorial.
Alfonsina Russo, la arqueóloga a cargo del sitio, aseveró que acuerdo con algunas tradiciones antiguas, Rómulo fue asesinado y desmembrado, otros relatos señalan que ascendió al cielo.
“Por lo tanto esta no puede ser su tumba, pero es muy probable, creemos, que este sea un sitio memorial, un cenotafio”, agregó Russo.
Mientras las excavaciones continúan, las autoridades esperan que el público pueda caminar bajo tierra para ver los nuevos hallazgos en dos años.
Curiosamente, es la segunda ocasión que el sarcófago y la base de piedra cilíndrica han sido desenterrados, pero en esta ocasión los arqueólogos sí les han atribuido un significado importante.
En 1899 el arqueólogo italiano Giacomo Boni fue el primero en excavar sistemáticamente la zona. En sus textos descubrió encontrar un “cajón rectangular con forma de pila hecho con toba volcánica” y la piedra cilíndrica, que comparó con un tronco. El cajón abierto en la parte superior contenía lo que aparentemente eran artículos misceláneos: fragmentos de alfarería, guijarros, conchas de mar y una pieza de yeso rojizo.
Boni no le dio importancia a estos descubrimientos y en la década de 1930, durante el régimen del dictador Benito Mussolini, una escalera monumental hacia el edificio de la Curia fue construida sobre el sitio.
“Pensamos que habría sido destruido”, por la construcción de los años 30, dijo Russo. Pero la intuición de Fortini le indicaba que lo que Boni había encontrado era posiblemente un altar a Rómulo, pues la zona está asociada con los orígenes de Roma, entonces buscó excavar ahí.
Una pista crucial de Fortini para decidir donde excavar fue la ubicación a pocos metros de un pavimento de mármol conocido por su nombre latino, Lapis Niger. La arqueóloga dijo en una entrevista que el Lapis Niger, una de las reliquias más viejas en el Foro, se había considerado por mucho tiempo una posible marca para un lugar sagrado y estaba relacionado con los orígenes de Roma.
AP / OnCuba