Se le conoce como La Gran Piedra, pero en realidad la belleza del lugar se extiende mucho más allá de la gigantesca mole de piedra, sobre todo al Jardín Ave del Paraíso y el Museo Cafetal la Isabélica. La exuberante vegetación, vistas privilegiadas del Oriente, más de 200 variedades de helechos y 300 tipos de flores diferentes hacen del lugar una de las formas más importantes de turismo de naturaleza en Cuba.

En este sitio –una de las 171 ruinas del sudeste de Cuba– existen muchas flores que cualquier cubano seguramente ha escuchado, pero que jamás pensaría encontrar en el país: peras, plantas de manzana, fresas, diversas variedades de brillantes Anturium, las Calas con su blancura, las Varitas de San José, las Alpinias, Encajes de la Reina, Lirios, Agapanthus y las Aves del Paraíso (que dan nombre al lugar), envuelto todo en el aroma de los numerosos cipreses que rodean el Jardín.
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