Uvero es una playa que tiene pega-pega. Hasta Uvero llegan personas de muchos lugares, no solo los de la región central de Cuba, o los de Sagua la Grande que la tienen cerca. Y siempre me he preguntado por qué.
No tiene grandes encantos. Cuando hay calma los mosquitos y los jejenes son otros miembros de la familia, la arena es artificial y verdaderamente no es arena. Y a pesar de eso o quizás gracias a eso, Uvero es preferida de muchos.
Es increíble cómo los cubanos fuera de la isla la extrañan. Las casitas sobre pilotes, los cangrejos que cuando truenan se despabilan, el agua lluvia que se guarda en los tanques para ser utilizada y hasta los tanques mismos… El olor a azufre que a veces se siente, y el azufre que algunos buscan para echarse en la cara. Los barrios en los que se divide: La Botella, El Vedado y Los Canalizos, los muelles que los unen, los mangles que rodean la costa, los pescadores y los buenos tiempos que se vivieron en aquellos lugares y los sufrimientos ante cada ciclón, que desbarata todo…
Hoy Uvero sigue igual y sus casitas pintorescas adornan como siempre su entorno. Es una playa que atrae, que tiene pega-pega…y verdaderamente no sé por qué.
Esa era la playa de mi infancia. Y la autora mi companera de IPVCE. Gracias Lidice!
Suscribo todo eso y la foto del muelle con la puesta del sol es un paisaje idéntico al de la casa que tenía mi familia allí… que bueno, aún existe, pero ya sin muelle y sin otros encantos. No obstante, encanta. Tengo que volver allí y dejar a un lado mi vanidad de vivir en el sur, en La Perla de Todos los Cubanos, Cienfuegos.