Cuesta mucho creer, a la vuelta de sus primeros cinco años, que AlaMesa, la multiplataforma que ha complacido en gran medida los intereses de la incipiente cultura del foodie digital en Cuba, haya surgido de manera empírica. Cuesta creerlo, pero no tanto porque en más de una ocasión ha sido noticia vía Forbes, New York Times o BBC, o incluso porque el propio presidente Barack Obama la mencionara en su discurso a los emprendedores cubanos durante su visita a La Habana.
El empirismo primigenio del Directorio Cubano de Restaurantes, nombre completo de la marca y a la vez declaración de principios, resulta inverosímil porque hoy se muestra como un emprendimiento sólido, altamente funcional, integrado en varios canales, y con un autosustentable modelo de negocios.
Un sitio web con más de 800 locales de 12 provincias listados; una aplicación móvil para sistemas Android e iOS, producto estrella para los desconectados; y un boletín semanal vía e-mail, son alternativas diversas para el complejo y reducido panorama tecnológico de esta isla del Caribe. Todo sostenido por un equipo de profesionales que lo aman hasta la médula y aseguran tenerlo todo cubierto en una sola dirección: hacia adelante.
Pero sí, aunque hoy no lo parezca, comenzó como la mayoría de los negocios en Cuba y su nueva ola de estímulo al “trabajo por cuenta propia”: sin la menor idea de lo que estaban haciendo. Entre cervezas y discusiones, a ratos en una oficina de la Avenida del Puerto, a ratos en la casa de alguno de ellos, un ingeniero, un profesor y su antiguo alumno, le dieron vida a AlaMesa. Había motivación, surgió la oportunidad, y lo demás fue seguirle el hilo a las cosas: los propios usuarios les fueron dando el norte.
De esa piedra inaugural se mantienen Ariel Causa –el ingeniero devenido representante comercial–, y Yondainer Gutiérrez –el talentoso alumno, hoy reconocido diseñador–, que con la anuencia de Alfonso Alí –programador– y Jenry Álvarez –abogado–, otros socios fundacionales, son los encargados de contar algunas de las fórmulas de su ascendente camino al éxito.
AlaMesa ya celebró 5 años el 20 de mayo, ¿cuántos de los objetivos iniciales se cumplieron hasta ahora?
Ariel: AlaMesa no conocía las métricas del mercado al que se lanzaba, de sus necesidades e intereses y lo tuvo que aprender por el camino. Solo emprender el servicio era un objetivo que en un inicio nos pareció casi imposible, porque no había conectividad, fondos, no podíamos contratar determinadas prestaciones. Con esfuerzo y sacrificio personal, muchas ganas, entusiasmo, y con la ayuda inestimable de personas que creyeron en el proyecto desde el principio se logró, y eso generó nuevos objetivos y esos otros más… es un proceso que se alimenta de sí mismo.
El proyecto sobresale dentro del contexto de la ¿revolución? de apps y sitios web en Cuba por la variedad e integralidad de sus propuestas y servicios. ¿Cuáles han sido las claves para lograrlo?
Ariel: Llegamos temprano, nos atrevimos antes. Quizá esa sea una de las claves fundamentales: vimos la oportunidad y saltamos sobre ella. Otra cosa es que siempre ha sido un proyecto cultural para nosotros, una manera de defender valores en los que creemos y una cultura e identidad con la cual nos identificamos a nivel personal, y que implica compromiso. Además no nos quedamos sentados, siempre estamos inconformes hasta la molestia con cada cosa.
Yon: La receta de AlaMesa es satisfacer la necesidad real de las personas de encontrar información confiable sobre los restaurantes en Cuba, en eso nos hemos enfocado desde el principio. Los usuarios la consumen por diferentes vías según sus posibilidades; nosotros también somos usuarios de AlaMesa y tratamos de construirnos un producto para nosotros mismos, competente con las condicionantes del contexto.
¿Cómo han logrado perfilar con éxito un negocio que se sustenta en bases todavía no sólidas dentro de Cuba, como son las plataformas digitales, limitadas ante las bajas tasa de conectividad y de consumo de la tecnología?
Yon: El objetivo de cualquier emprendimiento es buscarle soluciones a los problemas que se presentan, empujar para cambiar lo que nos frena o limita, y Cuba está muy lejos aún de ser un ejemplo de apoyo a emprendedores. Hay muchas cosas que deberían repensarse para ayudar a impulsar a otros como nosotros con deseos de salir adelante en su país y, al mismo tiempo, aportar valor, calidad de vida de los cubanos.
Pero si nos enfocamos en lamentarnos por lo que no tenemos, perdemos tiempo de enfocarnos en lo que sí podemos hacer. Así, hemos buscado la manera de sustentarnos con la construcción de herramientas que permiten a los restaurantes publicitarse y llegar a un mayor número de personas, a la vez los enlazamos con otros profesionales como fotógrafos, diseñadores, comunicadores, para ayudar en su labor promocional. Hay muchos negocios privados y estatales brindando un servicio gastronómico en Cuba, todos necesitan, de alguna manera, darse a conocer: AlaMesa es la vía para hacerlo.
¿Cómo AlaMesa se prepara para la previsible expansión hacia Cuba de negocios similares que ya están consolidados en el mundo entero y tienen poder suficiente para asfixiar la gestión de pequeños emprendimientos? Como sucedió con Airbnb, por ejemplo.
Ariel: Todavía estamos intentando determinar los efectos de Airbnb en el ecosistema de sitios que ofrecían servicios de booking para alojamiento en nuestro país. No hay una estadística que nos diga que, en efecto, Airbnb los sacó completamente del juego. En nuestro caso, estamos procurando desarrollar una identidad propia en el servicio, proveer a nuestros usuarios de valores agregados que garanticen la fidelización y, por supuesto, ocupar tanto segmento de mercado como nos sea posible en la ventana de tiempo que nos queda antes de que esa “invasión” se concrete.
Yon: Aunque AlaMesa es reconocida como un proyecto tecnológico, lo que realmente hacemos es utilizar la tecnología para construir relaciones personales con cada uno de los dueños y encargados de los lugares listados en el directorio, y eso lleva tiempo lograrlo. Sin duda, es un tema a tener presente, por el momento nos concentramos en obtener más reconocimiento de nuestra marca entre los usuarios y los clientes refinando el producto, haciéndolo mejor cada día. Quién sabe si tal vez en un futuro, con la ayuda de alguna de estas grandes compañías, logremos hacer todo este proceso más fácil, más rápido, más eficiente.
AlaMesa sostiene una filosofía de constante innovación y desarrollo, por tanto, ¿qué se proyecta para los próximos años?
Yon: Trabajo, trabajo y más trabajo. Es la única forma de conseguir lo que uno quiere, trabajando duro en lo que se tiene fe.
Alamesa me parece una buena app, aunque deberían sacar artículos sobre otras que también son muy populares como La Chopi, que te permite conocer anuncios de compra y venta sin gastar internet, como si fuera un Revolico en el móvil.
Bravo !!!! por el equipo de Alamesa. Siempre están inventando como ser mejores.