Cuentan que en la primera mitad del siglo XIX los criollos prominentes de La Habana se reunían en la esquina de Obispo y Monserrate para beber y conversar sobre negocios y temáticas sociales. En ese mismo lugar, en julio de 1817, fundaron La piña de plata, un bar que luego se llamó La Florida y más tarde El Floridita. Un trago suigéneris, el Daiquirí, atraía a cuanto comerciante, turista, intelectual y personas con abolengo pasaban por allí.
La mezcla de jugo de limón con azúcar blanca, hielo frappe, Ron Havana Club carta blanca 3 años y marrasquino (5 gotas) sigue siendo un mito en la actualidad. Tal vez por eso, 195 años más tarde de la creación del lugar, me decidí a descubrir la magia que encierran los muros del actual bar-restaurante, considerado entre los 7 más famosos del mundo en la década del 50 del siglo XX y que hoy ocupa el lugar 32 entre los 50 mejores.
Confieso que nunca había probado el Daiquirí Floridita. Cuando llegué, pregunté a algunos de los clientes sentados aquella tarde en la barra, al batman de turno y a la cajera y ninguno me supo describir con detalles la originalidad del sabor de una copa. Todos coincidieron en que es suave y fresco.
Al indagar por otras atracciones del lugar, más allá de la popular presencia del célebre escritor norteamericano Ernest Hemingway, Premio Nobel de Literatura, durante su estancia en la capital cubana, repetían que es un espacio acogedor en cualquier horario del día, con niveles de calidad insospechados en los servicios gastronómicos y menú y coctelería variados. El Floridita es, según aludían, una cita obligada.
De 11:30 de la mañana a 12:00 de la madrugada, ofrecen más de 14 versiones de Daiquirí en su carta a las 200 personas que, aproximadamente, visitan el lugar cada día. De los tiempos del catalán Constantino Ribalaigua (quien introdujo la bebida) a la actualidad, según expresan sus trabajadores, se ha heredado el buen gusto en la preparación de la coctelería.
Destacadas personalidades como el escritor Jean-Paul Sartre, la modelo Naomi Campbell, el cantautor Pablo Milanés, el actor Danny Glover y la prima ballerina Alicia Alonso han degustado de la sazón de los maestros de la culinaria que allí laboran. Y es que, aunque la especialidad de la casa es el Daiquirí, “por sobre sus mesas desfilan los mejores platos de La Habana”, al decir de uno de los clientes suizos asiduos al lugar desde 1999.
El día de mi visita al céntrico bar-restaurant preferí mojarme los labios con un trago de Daiquirí Floridita. El ambiente del lugar era suficiente para quedar alucinado, tal vez como ha sucedido a las cientos de personas que han visitado el lugar.