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El pasado 22 de octubre publicamos en esta sección el artículo Itolizumab, el anticuerpo monoclonal diseñado en Cuba, se abre paso en el mundo. En dicho texto abordamos la historia de este fármaco, diseñado en nuestro país y desarrollado conjuntamente con la empresa india Biocon Limited. Este anticuerpo monoclonal ha demostrado múltiples aplicaciones en diversos campos de la medicina y continúa generando noticias relevantes.
Hoy hacemos referencia a los resultados de un nuevo ensayo clínico sobre la aplicación de Itolizumab en pacientes con enfermedad de injerto contra huésped (EICH) aguda, recientemente concluido.
La EICH es una complicación que puede surgir tras un trasplante de médula ósea (MO) o de células madre, cuando las células trasplantadas (el injerto) atacan a las células del receptor (huésped), lo que da nombre a esta enfermedad.
El estudio al que nos referimos es el Equator Fase 3, llevado a cabo por la compañía biotecnológica estadounidense Equillium, Inc., con sede en La Jolla, California. Esta empresa se dedica al desarrollo de nuevas terapias para el tratamiento de trastornos autoinmunes e inflamatorios graves a partir de medicamentos que ya existen en el mercado, y además posee los derechos de Itolizumab en EEUU, Canadá, Nueva Zelanda y Australia. El pasado 27 de marzo, Equllium publicó en su sitio web los resultados más relevantes de esta importante investigación.
¿Qué es el Itolizumab?
Itolizumab es un anticuerpo monoclonal, es decir, una proteína diseñada en laboratorio con la capacidad de identificar antígenos —sustancias extrañas al organismo como virus, bacterias, productos químicos o incluso el polen— y activar las células del sistema inmunológico para neutralizarlos. En este caso particular, el objetivo no es un agente externo, sino una proteína presente en el propio sistema inmunitario: la CD6.
La proteína CD6 es un receptor transductor de señales, es decir, una molécula situada en la membrana de los linfocitos que recibe señales externas y las transmite al núcleo celular, desencadenando una respuesta inmunitaria. En este contexto, dicha respuesta consiste en la activación de los linfocitos para atacar un objetivo determinado. Esta función convierte a CD6 en una especie de “interruptor” del sistema inmunológico.
Ahora bien, ¿por qué crear un anticuerpo que inhiba una molécula encargada de activar el sistema inmunitario? En ciertos casos, este sistema reacciona de manera exagerada ante los antígenos, como ocurre en el asma y otras enfermedades alérgicas, o produce más daño que los propios agentes patógenos, como en la sepsis o en la COVID-19 grave. También puede atacar al propio organismo, como sucede en enfermedades autoinmunes como el lupus, la psoriasis o la EICH. En tales situaciones, se vuelve esencial contar con sustancias que regulen o modulen la respuesta inmunológica.
La enfermedad de injerto contra huésped (EICH)
Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, la EICH es “una complicación potencialmente mortal que puede ocurrir después del trasplante de médula ósea o de células madre”.
La médula ósea es un tejido esponjoso localizado en el interior de ciertos huesos, que contiene células madre capaces de transformarse en glóbulos rojos, linfocitos y plaquetas. En enfermedades hematológicas como leucemias, linfomas o algunas formas de anemia, la médula ósea deja de producir células madre sanas. En tales casos, la solución terapéutica más viable puede ser un trasplante de médula ósea (TMO).
Antes de realizar un TMO, los pacientes deben atravesar un riguroso proceso de selección, así como tratamientos intensivos con quimioterapia y/o radioterapia, destinados a eliminar la mayor cantidad posible de células enfermas. Estos procedimientos, aunque necesarios, debilitan considerablemente al organismo, haciéndolo más vulnerable a infecciones.
Según la Sociedad de Leucemia y Linfoma, se realizan anualmente más de 60 mil trasplantes de médula ósea en el mundo. Una de las complicaciones más frecuentes y mortales de este procedimiento es, precisamente, la EICH. Cabe destacar que esta enfermedad sólo puede desarrollarse en trasplantes alogénicos (provenientes de un donante) y no en autólogos (provenientes del propio paciente).
El riesgo de EICH varía dependiendo de varios factores: es menor (35-45 %) si el donante y el receptor están emparentados, pero aumenta (60-80 %) si no lo están. Otros factores de riesgo incluyen la incompatibilidad entre donante y receptor, el sexo (existe mayor riesgo si la donante es mujer y el receptor, hombre), la edad del receptor y antecedentes previos de EICH.
La enfermedad puede manifestarse en forma aguda o crónica. En su forma aguda, los síntomas suelen aparecer en las primeras semanas después del trasplante e incluyen lesiones bucales, erupciones cutáneas, náuseas, vómitos, diarrea e ictericia, dependiendo de los órganos afectados.
A pesar de las distintas estrategias terapéuticas disponibles, no existe un tratamiento estándar universalmente aceptado. Los esteroides, como la prednisona, continúan siendo el pilar del tratamiento, aunque suprimen el sistema inmunológico, incrementando el riesgo de infecciones graves. A pesar de los avances alcanzados, la EICH sigue siendo la principal causa de muerte en pacientes sometidos a trasplantes de médula ósea o células madre.
Resultados del estudio Equator
De acuerdo con el sitio de Equillium, la fase 3 del estudio Equator incluyó a 158 pacientes atendidos en múltiples centros hospitalarios. Los participantes fueron seleccionados mediante estrictos criterios de inclusión y divididos aleatoriamente en dos grupos de 79 individuos cada uno.
A uno de los grupos se le administró Itolizumab a una dosis inicial de 1,6 mg/kg por vía endovenosa, seguida de 0,8 mg/kg cada dos semanas, junto con dosis elevadas de esteroides. El segundo grupo recibió un placebo, también acompañado de altas dosis de esteroides. El objetivo principal del estudio era evaluar la eficacia del tratamiento durante los primeros 29 días y posteriormente hasta el día 99.
En el corto plazo, no se observaron diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos, lo cual indica que, tras 29 días, la evolución de la enfermedad fue similar en los pacientes tratados con Itolizumab y en los que recibieron placebo.
Sin embargo, los resultados a largo plazo —considerados objetivos secundarios del estudio— sí revelaron diferencias significativas. Los pacientes que recibieron Itolizumab mostraron una mejor respuesta al tratamiento y una mayor supervivencia. Además, el tratamiento fue considerado seguro y bien tolerado.
Según un comunicado de prensa emitido por la propia empresa, Bruce Steel, director ejecutivo de Equillium, afirmó que Itolizumab demostró “resultados importantes a largo plazo, lo que ofrece un posible beneficio para los pacientes en una condición para la cual no existen terapias aprobadas”. La empresa ha solicitado a la FDA la designación de “Terapia Innovadora” y obtuvo una reunión para discutir una posible “Aprobación Acelerada”.
OnCuba tuvo la oportunidad de conversar con Michael Moore, vicepresidente de Equillium, quien aclaró que el informe final del estudio será sometido próximamente a una revista científica especializada. Este paso es fundamental para validar los hallazgos, ya que implica una revisión por pares independientes a la empresa.
Moore también destacó que Itolizumab podría representar una mejora significativa en la calidad de vida de los pacientes con EICH. Actualmente, el tratamiento estándar con esteroides pierde efectividad tras aproximadamente cuatro semanas, mientras que Itolizumab podría constituir una alternativa a largo plazo, mejorando tanto la supervivencia como el bienestar general de estos pacientes.
Todos ganan
Si bien los resultados del estudio Equator no cumplieron plenamente las expectativas iniciales, constituyen una buena noticia. En primer lugar, para los pacientes con EICH, quienes podrían beneficiarse de una nueva opción terapéutica con alto potencial.
Asimismo, representan un resultado favorable para Equillium, la empresa a cargo del estudio, que adquirió los derechos sobre Itolizumab mediante una “asociación exclusiva con Biocon Limited”. Esto podría abrir las puertas a la comercialización del fármaco en nuevos mercados.
Finalmente, estos resultados también son alentadores para BioCubaFarma, pues reafirman la calidad de sus productos biotecnológicos y posicionan a Itolizumab, fármaco que la empresa desarrollara de conjunto con Biocon Limited, como una posible alternativa terapéutica de impacto internacional, ampliando su potencial comercial en los países donde posee la patente.