Pese a los incomprensibles silencios y el supuesto perfil bajo de su visita, Beyonce alborotó a esta Habana poco habituada a que la caminen superestrellas mundiales rodeadas de escaparates careperros y funcionarios sigiliaos. Tanto lío y tanta cosa, si total, mulatonas más esculturales y voluptuosas anuncian el Apocalipsis en cada esquina habanera…
Claro, ninguna de ellas han ganado 17 Grammys por su excelencia musical, ni le han cantado al presidente de Estados Unidos, ni han vendido millones de álbumes, ni son un símbolo racial y sensual reconocido en medio mundo, ni filman videos medio-lésbicos con Shakira y Lady Gaga, ni mucho menos están casadas con un multimillonario magnate de la industria discográfica…
Por cierto, mucho barullo con la Beyonce, pero de Jay-Z nadie decía nada. “Será por feo”, especula El Tocayo. Quizás. Lo tuve frente a frente, intercambié par de palabras con él, y les juro que si me lo topo en Centro Habana, fácilmente lo confundo con un vendedor de aromatizante.
Por eso me choca tanto el secretismo alrededor de la visita del célebre matrimonio. Si ellos de verdad hubieran querido anonimato en su quinto aniversario, tenían lugares menos concurridos que el Parque la Fraternidad para merodear. Incluso pasarían por cubanos, si no vinieran con su trouppe, y cuando más alguien pensaría: “Coñó, como se parece esa mulata a Beyonce… Ná… Con el baro que tiene esa jeva, qué va a ser ella…”. Que tampoco aquí la gente ve tanto TMZ, ni tanto MTV… Y ya les dije que el vidrio los ayuda, sobre todo a Beyonce…
La cosa es que, sabrá Dios por qué, decidieron venir a La Habana. Dicen que los invitó el Ministerio de Cultura, pero nadie lo confirma, aunque sus visitas a La Colmenita y al Instituto Superior de Arte son sugerentes. Además… ¿por qué La Habana y no un Cayo? Eso sí, nada de declaraciones, nada de fotos oficiales ni conferencias de prensa. Lo pidieron y se les respetó.
Pero siempre alguien habla, y me enteré de que La Colmenita les regalaría un espectáculo privado en su sede central. Allá me colé, con la promesa de no fotografiarlos ni de incordiarlos con preguntas indiscretas. Y sin la certeza de que aparecieran…
Fueron dos horas de zozobra, que pasé elucubrando posibles abordajes, enfoques, títulos para la crónica que ni siquiera sabía si escribiría. Cuando ya no sabía si estaba en Habanastation o en Sin embargo, Carlos Alberto Cremata, el director de La Colmenita, advirtió que posiblemente la función fuera suspendida, pues había una multitud alrededor del Saratoga para ver a Beyonce, y sus guardaespaldas no recomendaban salir. “Es la vida de quienes no tiene vida”, comentó Tin.
Pero vinieron. No quisieron hacerles ese feo a los niños. Beyonce llegó elegante y discreta, sin aspavientos, con una sonrisa gentil en la mirada y la roja boca. Llevaba un vestido naranja y una chaqueta oscura, el pelo en trenzas recogido en un moño a lo Miriam Makeba, y ademanes suaves y delicados. Nada que ver con el huracán de pelo suelto que desata en escena. A su lado, Jay-Z vestía una sobria camisa oscura, elegante y sereno. Llevaba su eterna mirada cansada y algo de esa altaneríagangsta que parece indispensable para ser sobrevivir en su mundo.
“Hola, hola”, saludó Beyonce en perfecto español, con una tremenda humildad que no parecía prefabricada sino genuina. Su esposo llegó en silencio, y se dispusieron ambos a disfrutar de uno de los clásicos de La Colmenita, La Cenicienta según los Beatles. Desde mi puesto apenas podía distinguirles el rostro, por la oscuridad y porque tampoco iba a estar de voyeur, faltara más. Todo fue gracioso y apacible, y la pareja miraba el espectáculo con sonriente displicencia, hasta que la banda infantil rompió con tronco de Let it be timbero que parecía decirle: “Hey, esto no es una obrita escolar. Y aprendan que no somo eternos”.
Ahí se chivó el caché: las estrellas del R&B y el Hip-Hop estaban marcando la clave cubana, y para el cierre del espectáculo, ya Beyonce estaba en el pasillo bailando con fiñes, emocionada y quizás loca por soltarse las trenzas. Como colofón y en el colmo del abuso, aquellos niños les dieron una clase magistral de percusión, cerrando con los Van Van y su timba con pop, “pa que los yumas no… no se crean que nosotros no”.
Aquello era ya un pandemonio. Yo no sabía si tomar notas, bailar o gritar qué dicha ser cubano, mientras los niños acababan de vapulear emocionalmente a Beyonce colándole en el coro timbero un inesperado “I’m a single lady, I’m a single lady”, que hizo a la artista sacar su cara de “What the…???”, y agradecer el gesto entre risas con el característico giro de manos del Oh, oh, oh… final. Apoteósico.
“Gracias. It was beautiful”, le dijo Beyonce a todos cuando terminaron. Firmó autógrafos, se fotografió con muchos. Me escabullí a un costado y casi cuando se iban, le pregunté a Jay qué le había parecido. “Impressive, man, very impressive”, me contestó. “¿Y no jugarías un partido de basket con los cubanos?”, insistí, consciente de su pasión por ese deporte. Soltó una risa divertida, casi burlona, algo así como “Basket? Cuba? Are you serious?”, y se despidió con un leve movimiento de cabeza, llevado por su guardaespaldas.
Fuera del teatro, un grupo de vecinos contemplaba desde las esquinas. Atardecía, y la gente en La Habana tiene demasiado ajetreo como para andarle cayendo atrás a los famosos. Además, para perseguir a Beyonce y a Jay-Z ya están los congresistas cubanoamericanos, que acaban de escribirle a la Oficina de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, preguntando qué tipo de visa recibieron los artistas, y cuestionándoles que hubieran venido a Cuba a celebrar su aniversario.
Así es la vida. Unos intentan tender puentes, otros se empeñan en dinamitarlos. Por suerte, a los cubanos nos sienta un estribillo que popularizó la Beyonce cuando era una Destiny Child, y decía…
“I’m a survivor, I’m not goin’ give up, I’m not goin’ stop, I’m goin’ work harder, I’m a survivor, I’m goin’na make it, I will survive, Keep on survivin’”
Qué buen artículo!!! Me encanta el periodismo que están haciendo… Felicidades!!!
Empece leyendo el articulo por curiosidad y no pude parar hasta terminarlo. Ahi me di cuenta q el escritor era nuestro querido Charly. Me encanto!!!!
Querido Sobrino Gobo:
Esto te quedó como las postales que me mandabas en nuestra época de Universitarios. Si fuer editor de periódico te lo publicaba enseguida, y como tu eres mi socio ibas a hacerlo gratis jajajajajaja. Nada en serio que te quedó bueno. Sobre todo por el equilibrio, no te dejaste llevar por el encandilamiento de las estrellas.
Abrazos:
Tío Mac El Viajero (pero no tengo pasaporte, jejejeje)
Excelente artículo lo leí una y otra vez muy bueno. Gracias y por favor brindanos más de tu arte.
Sencillamente ..Espectacular!!!…..
gracias Charly por tu periodismo!!!
Genial, que viva la musica………………..libertad del alma y de la expresión, es bueno , extremadamente bueno
Hay gente que no entienden que el mundo cambia y evoluciona, el arte y el deporte no divide pueblos, todo lo contrario, los une, fue emocionante ver el encuentro de estos dos grandes de la industria musical pasearse por las calles de La Habana, y ver la humildad con que Beyonce besaba la mano de nuestra diva Juana Bacallao, un homenaje sin dudas al arte y a la vida, las posturas agresivas y criticonas contrastan negativamente con las imágenes alegres de esa visita que hemos disfrutado orgullosamente todos los cubanos
Tu crónica es genial, Charly; me alegra que hayas tenido la oportunidad de estar tan cerca, y de colarle tu pregunta a Jay-Z. Un abrazo.
Me encanto el artículo! Yo también empece’ a leerlo así como así..y no pare’ hasta que lo acabé. Ls cubanos somos lo máximo asere!! 🙂
Sencillamente…ESPECTACULARRRRRRRR.
Super mega hiper bueno el articulo, y sobre todo DEMASIADO CUBANO!!!!! ME ENCANTAAAAA!!!
Maravilloso! Quisiera poder escribir así, tremendo artículo hermano, mucha suerte. H
¡Y pensar que visitas tan ‘prominentes’ eran usuales en La Habana de antaño! La de estrellas que por aquí pasaron, incluida, la recién fallecida Sarita Montiel. Tropicana era la casa de muchos grandes del showbizz americano… Ahora, ¿viene una superstar, y se acaba el mundo? ¿Y qué hace ella que no hagamos nosotros – hablo del cotidiano, no del arte? Como dicen, en la taza (sanitaria), todos somos iguales ante Dios (incluso si tu taza es de oro).
Me encantó el artículo.
Te quedo buenisimo Charly, me siento muy identificada con tus criterios. Exitos en tu carrera.
E que viva el periodismo cubano, espero que sigan portando toda la información justa al lector que esta fuera y dentro de nuestra grande y bella Cuba.
Charly, genial, como siempre.
Volao, charly, me reí un montón, besos, besitos y besones desde Guantánamo.
Charly de nuevo disfruté mucho leyendo tu artículo, esa frescura con que escribes, con ese humor cubano sin llegar a lo chavacano, que le hace a uno beberse los párrafos y quedarse con ganas cuando llega el final.
Ya me extrañaba que al final tu no hicieras un acercamiento a los yumas, el poder de la palabra siempre te ha ido de maravillas, me encantó, tanto así que me pareció haber estado yo tan cerca como tu de los visitantes. Mis saludos.
Yo nunca habia entrado en esta página quizás por que no tengo mucho tiempo pero ahora que lo hice, no quiero pasar por alto dejar plasmado mi comentario.
Creo que este periodista es de los buenos, concreto, directo y por sobre todas las cosas un lenguaje muy claro. Me encantó tu cronica y creo que a partir de ahora voy a estar mas al pendiente de lo que escribes.
Gracias cubano
primoldio, tremendo. la hija de una mamá de aquí -de la habana, de donde el sataroga, ese día se sentó y se echó el noticiero completo, algo inusual. al concluir, soltó, este espacio no sirve. la madre sorprendida le preguntó, qué pasa. la niñita, sabichosa, respondió. que la super beyonce anda por el parque, con la Colmenita y por tal ..y nada de noticias. se ve que no es venezolana. la madre no supo qué explicarle.
ahora le he recomendado tu trabajo.
te imaginé mordíendote la lengua, pero no luego sin poder escribir. un abrazo
Jajajaja Charly!!! Tenia q ser un articulo tuyo…hoy descubrí tu blog y ya soy tu fan numero 1!!! Un beso. Irina (la ayudante de la maga de BCI,promoción del 2007, y tambien del Clara!!! )
Magnifico comentario, sencillo e ilustrativo, como toda la gente residente en esa hermosa isla del caribe, un abrazo.
Me he reído como un chamo, muy buen artículo! Qué buen sitio!
Muy bueno, como todos los demás artículos de esta revista que me he leído hoy.
Obviamente existe todo una infraestructura bien organizada para cuando se dan visitas de este tipo…algo así como la cara turística oficial maquillada con un guión bien elaborado…es curioso, meses atrás alguien insinuaba en los medios de manera burlona que la cantante no sonaba igual en vivo a como sonaban sus discos, aludiendo a una presentación en un acto con el presidente de Estados Unidos donde la artista en vez de cantar, dobló o como se le llama a esta práctica en inglés lipsynced el himno nacional. Se entiende el revuelo en su país donde pseudo cantantes son ridiculizados y abucheados por el público si esto se evidencia pero aquí???? La música en vivo es cada vez más escasa sin tener un playback con instrumentos que uno percibe no están siendo tocados en vivo…y como hay artistas pegados en las listas de éxitos gracias a las maquinitas!!! pero de eso nadie comenta (tema para otro artículo sin duda)…ataquemos pues a la Beyonce que allá no se enterará….ah no espera que viene a visitarnos!!! se atrevió? pues entonces bienvenida y de lo otro nunca se habló..es más llenemos los espacios de conciertos televisivos con su música…total si acá padecemos de daño en la memoria a corto plazo…una pena no? yo la considero una gran cantante y creo en su arte amén de que este mejor o peor producida.
Bárbaro, hermano!!!! Tenías que ser tú quien lo escribiera. No había visto la crónica; la busqué al conocer el resultado del concurso de Cienfuegos. Llevas la crónica en la sangre (y el talento). Sin tracatanería, jajaja, pero es la pura verdad.
tocaòòò!!