A más de una semana de la concentración de artistas e intelectuales cubanos, en su mayoría jóvenes, el pasado 27 de noviembre (27-N) frente al Ministerio de Cultura (Mincult), y la reunión ―hasta la madrugada del 28― de un grupo de sus representantes con el viceministro Fernando Rojas, las réplicas y ramificaciones de aquel hecho mantienen a la Isla, y en particular a su comunidad artística y su entramado cultural, en una telúrica tensión.
Se trata de un escenario complejo, que tuvo como detonante inmediato los sucesos relacionados con el llamado Movimiento San Isidro (MSI), pero que sin dudas lo supera en propósitos y motivos, y germina en un terreno abonado por debates y contradicciones previas. Desde entonces, se ha generado una espiral de acontecimientos y reacciones que van desde llamadas al diálogo, hasta descalificaciones y denuncias a la otra parte, amplificadas no siempre de manera edificante y objetiva en los medios y las redes sociales.
En medio de este panorama en plena evolución, que tiene entre sus condimentos más recientes las declaraciones del Mincult tras un email recibido con nuevas demandas de los reunidos con el viceministro ―o, al menos, de una parte de ellos― y que las autoridades culturales consideran “inaceptables”, y el encuentro este sábado del ministro Alpidio Alonso con artistas y escritores jóvenes y no con el grupo inicial de demandantes, OnCuba conversó con tres reconocidas figuras del cine cubano, a quienes encontró mientras participaban en el coworking audiovisual Varentierra, organizado por la productora WajirosFilms en su sede en La Habana. Allí nos ofrecieron sus valoraciones sobre lo ocurrido en las jornadas recientes y coincidieron en la necesidad de un diálogo amplio, respetuoso e inclusivo, consecuente con el espíritu del 27-N, que contribuya a la construcción de una Cuba mejor.
Para Fernando Pérez, director de filmes tan relevantes como Clandestinos, Suite Habana y Martí, el ojo del canario, quien acompañó a los representantes de los concentrados frente al Mincult en la reunión del 27 de noviembre con Fernando Rojas, lo sucedido aquel día fue “una manifestación poética”.
“Presentía que podía ser así y lo confirmé cuando llegué. Cada día me convenzo más, porque lo viví, de que lo que define aquel día fue su carácter de manifestación poética. Poética en el sentido de la sensibilidad, de lo que se estaba reclamando, de lo que se estaba pidiendo, más allá de su significación política. Yo pensé que el diálogo iba a existir”, aseguró a nuestro medio.
Acerca de lo ocurrido el 4 de diciembre, con la publicación del email con las nuevas demandas al Mincult y la negativa de la institución de dialogar bajo esos términos, el también director de Madagascar y Hello, Hemingway, dijo no conocer a priori las nuevas demandas “que, algunas de ellas yo no comparto, porque pienso que no ayudan al diálogo, pero pensé que lo más importante por ambas partes era que el diálogo se diera”.
“Esa voluntad de diálogo no se puede perder. No sé cómo (tengo que ser franco) ahora se va a recuperar ese diálogo, el iniciado aquel día, pero seguiré participando para ver cómo se puede recuperar. No comparto todos sus últimos reclamos, pero seguiré insistiendo en que tienen que ser escuchados, y a eso se llegará. No se puede retardar más. No se puede seguir acumulando el no diálogo. Hay que escuchar”, enfatizó.
Mientras, la productora Claudia Calviño, conocida por su trabajo en filmes como Juan de los Muertos, Santa y Andrés y Yuli, quien estuvo en el Mincult el 27-N, sostiene que “los que estábamos ahí llegamos de manera individual, por razones que creo que también son individuales. Si algo me parece que unificó que estuviésemos todas esas personas ahí fue la sensación de que era necesario hacer algo, buscar una manera de decir que no estamos de acuerdo con la forma en que las autoridades entienden que se debe controlar la creación artística y, en general, el pensamiento y la expresión individual”.
“Creo que, más allá de lo que puntualmente cada persona piense ―y yo defiendo que cada cual piense como desee, siempre que la expresión de ese pensamiento no agreda o vaya en detrimento de los derechos de las otras personas―, lo que se está pidiendo es inclusión, tolerancia, respeto, diversidad, no violencia y diálogo. Por ello, la respuesta no puede ser a nivel de consignas, de etiquetas, de difamaciones y de actitudes que solo denigran y que buscan quitarle a lo sucedido lo más interesante. Los que estuvimos ahí, estuvimos porque nos preocupa nuestro país, porque queremos un país mejor.
“Entonces, ¿cómo se puede denigrar una intención tan loable? ―dijo a OnCuba―. ¿Cómo un compromiso como ese puede tener una respuesta violenta? Porque sí la ha tenido, quizá no física en la mayoría de los que estuvimos esa noche ―aunque en algunos sí―, ni de los que entraron a dialogar ―que ni siquiera son un grupo homogéneo, ni los líderes, porque allí no había líderes, sino los representantes elegidos por los que estaban afuera, y que tampoco iban con una sola idea―, pero sí verbal, moral. ¿Por qué si un representante del gobierno cubano se puede sentar a conversar, a debatir, a negociar, a intentar llegar a acuerdos con el gobierno de EE.UU., como sucedió cuando Obama, por más diferentes que sean sus posiciones y sus ideas, cómo es posible que no pueda hacerse acá en Cuba la misma cosa? No lo puedo comprender.
“Alguien en la dirección del país tendría que darse cuenta de que, de esa forma, lo que están haciendo es empujando a la gente hacia afuera. Si yo te digo 15 veces que no tienes espacio, si por pensar diferente se te cierran las puertas, en algún momento llegas a creer que de verdad no tienes espacio y te vas a ir. Y por ese camino, ¿a dónde vamos a llegar?”, se preguntó Calviño.
Por su parte, el destacado actor Luis Alberto García, que ha encarnado a numerosos personajes en el cine y la televisión cubana, se encontraba fuera de La Habana cuando los sucesos del Mincult, aunque apoyó a través de las redes sociales su reclamo de diálogo. García sostiene que “lo que está pasando ahora mismo es lastimosamente confuso. Hay varias cosas en juego y muchas tendencias, pero lo principal, lo que está pidiendo mucha gente, mucha gente joven, y yo también pido, es que haya comunicación, que haya diálogo, un diálogo verdadero, respetuoso, aunque sea incómodo”.
“Hay que apostar por el diálogo y no por el enfrentamiento, por el amor y no por el odio ―comentó a OnCuba―. Yo creo que, si alguien comete un delito, pone una bomba, sale a la calle a matar a alguien, propaga una epidemia, se alza en armas, le da información a una potencia extranjera, eso es un delito en Cuba y en cualquier lugar del mundo. Ahora, por pensar diferente y expresarlo, uno no debería sufrir represalias. Por tener una opinión ligeramente contraria, medianamente contraria o abiertamente contraria, uno no debería sufrir acoso, ni ir preso, ni estar condenado a vivir una no vida, ni verse obligado casi a marcharse del país en el que nació y en el que vive”.
“Como nación, como pueblo, deberíamos educarnos en el diálogo, en aceptar que no todos somos iguales, que el que es diferente puede tener sus propias ideas y con él se puede dialogar, intercambiar argumentos. A lo mejor se llega a un consenso, a lo mejor no, pero siempre y cuando lo que se estén manejado sean ideas, no veo por qué hay que pasar de las ideas a la violencia.
“En las redes sociales, por ejemplo, veo con mucha frecuencia que alguien que no piensa igual que tú o que no está de acuerdo contigo, en lugar de esgrimir argumentos, echa mano a epítetos injuriosos, a ofensas, malas palabras, a la burla, al bulling, a la incultura. Eso para mí es inadmisible y no lo entiendo. Y lo peor es que lo estoy viendo tanto desde la izquierda como desde la derecha. ¡Qué horror!. Creo que cuando alguien apela a eso es porque se ha quedado sin argumentos o no sabe defender los suyos.
“Me gustaría que todas las partes se propusieran de verdad pensar como nación. En la mía, en la nación que yo quisiera, que no soy un político, sino un simple actor, en ella tendrían cabida todos, o al menos todos los que apuesten por el diálogo y no por la violencia”, concluyó García.
Lo q traduce todo lo q ha ocurrido a mi entender es q no existe una persona capaz en la direccion de esa Institución no a nivel de pais para llevar a cabo ese dialogo. Por otra parte muy mal lo q hizo Canel en lugar de reunirse con los jovenes convoco a otros para enfrentarlos con los primeros y seguir sembrando odio
es lo que siempre ha promovido el gobierno aunque digan lo contrario, que ya nadie les cree por supuesto. han promovido la ruptura de faminlia, la enemistad, la envidia, las clases sociales. etc. no quieren dialogo porque no quieren soltar el poder y los privilegios que tienen. un gobierno que no es fiscalizado ni controlado por ninguna instituciuon, que hace y deshace a su antojo, no quiere dialogo ninguno. todo es fachada y dejar que siga pasando el tiempo para perpetuarse en el poder de por vida.
Una vez mas se ha demostrado que Cuba necesita cambios impostergables, lo que sucedio ese dia en el MINCULT demuestra la capcidad que ha tenido siempre el secrtor intelectual como lider de opinion en cualquier sociedad, asi fue en Europa del Este especificamente en Checoslovaquia los intelectuales bajo el liderazg de Václav Havale contribuyeron a la restauracion de la democracia, es una lastima que haya tanta manipulacion de la informacion y confusion producto de la intrasigencia en ambas partes, como intelectual catolico apuesto por el dialogo creo que el dialogo sostenido entre el Ministro de Cultura Alpidio Alonso ese dia con un sector de los artistas e intelectuales que foman parte del 27N, es un paso de avance, no puede ser retorica ni letra muerta, para que verdaderamente cionstruyamos un pais mejor inclusivo como lo sonor Marti, no apuesto tampoco por los que desean sembrar el odio y la violencia en la isla como el camino al cambio, seria un caos, pero sin lugar a dudas Cuba esta cambiando, estamos construyendo el camino largo yu dificil de la democracia.
Comparto el criterio del dialogo sano y sinceramente habra y tiene que haber dialogo con todos los artistas y demas que tengan criterios para enriquecer la obra cultural de la nacion,pero no estare nunca de acuerdo con los que oportunamente, sutilmente y que si reciben financiamiento desde una potencia extranjera porque ellos mismos lo confiesan para tratar de provocar puntos de ruptura en la nacion cubana y que ya no se esconden ni en las redes para tratar de destruir el pais, pagando recargas,incendiando y hasta descarrilando trenes,y otros que bajo el paraguas de artistas cuando los legitima washington y no su obra no puede haber dialogo posible porque ni ellos mismos les importa el pais ni los baches de La Habana,a esos hay que llevarlos a los tribunales porque los exige la ley .Apostare por el dialogo con artistas institucionalizados o no ,pero que de verdad sean creadores como los tres que el articulista menciona, con los que apuestan por cultivar rosas blancas.
Muestren pruebas. No vendan mas humo. Seis decadas con el mismo discurso.
El diálogo fue realizado, en el participaron una amplía representación de quienes estuvieron antes en el Ministerio de Cultura. Más de seis horas de análisis, reflexiones y búsqueda colectiva de soluciones. ¿quiénes no estuvieron? Los profanadores de símbolos patrios, los nuevo plattistas, quienes sin vergüenza alguna se ufanan de decir y actuar en nombre de un Presidente extranjero, el inombrable Trump. O esos que en arrebato y frenexis ofenden a la autoridad en ejercicio público. Esos otros con reconocido vínculos con terrorista confeso radicados en los Estados Unidos. Es inaudito que desde el arte y la cultura alguien pueda ser cómplice de individuos sin escrúpulos para quien la vida de un policía valga una recarga de 60 CUC, o un aula de escuela por quemarla 80 CUC. Esos no sólo no estuvieron en el Ministerio de Cultura, esos jamás estarán ni allí, ni en ninguna otra parte de este archipiélago.
Este artículo habla de tres voces de prestigiosos artistas, bien, Bravo por ellos, pero, me asalta una duda y le pregunto a estas tres voces ¿ por qué sus voces no se sintieron cuando desde una posición fascista desde los Estados Unidos, elementos divisores y si fascista,hicieron una lista roja para condenar a valiosos artistas cubanos y prohibirle el pan y el agua, sólo por el hecho de cantar o actuar para el pueblo? ¿ dónde estaban esas voces cuando un terrorista vino a Cuba enviado por una organización criminal para intimidar a artistas como Haila, Alexander, Buena fe y otros? No cuestiono porque están ahora, pero como ciudadano cubano en pleno ejercicio de mis derechos ciudadanos si les cuestiono que no estuvieron antes.
todos hablan de dialogo,de lo bueno de la filosofia del dialogo, pero sin guaperias , sin injerencia extranjera como se ha demostrado o es que a caso no vieron a sus padrinos Pon Peo, Marcos RFubio, Diaz Balart y Almagro, con estos elementos no vale ningun dialogo, ya estamos muy creciditos en estos avatares para caer en el jamo, todo dentro de la revolucion. Y adelante erl dialogo si vale la pena.
CARTA DE UN CUBANO COMÚN A SUS ARTISTAS
Estimados artistas:
Soy una persona común, parte del pueblo, de la gente que anda de cola en cola, detrás del pollo, del aceite y de las guaguas. No tengo, ni de lejos, el arsenal de recursos que usan ustedes para comunicarse, ni las facilidades para expresar ideas con sentido figurado o incluso con finas ironías. Soy, eso sí, un lector empedernido y un gran aficionado al mundo de la cultura.
Por lo general la gente no anda leyendo cartas extensas, ni textos tediosos, así que es mejor que digas las cosas que quiero decir y lo haga son muchos rodeos. En realidad, estoy bastante preocupado por mi país, por mis hijos (uno adolescente, otra, ya una joven) Lejos estamos de tener la nación que queremos, las cosas a que aspiramos, las abundancias que soñamos, pero vivimos en paz y al final de la jornada, con más o menos comida, con más o menos zapatos, con más o menos transporte, nos reunimos en familia y reímos, muchas veces incluso con el humor que ustedes mismos hacen.
No somos personas tristes, no me atormenta la seguridad de mis muchachos, no me preocupa que salgan, que bailen, que se visiten, porque siempre regresan sanos y salvos. Van a teatros y los ven a ustedes, prenden la tele y los ven magistralmente actuando en una novela o en una serie, leen en las páginas de internet mucho de lo que ustedes publican, debaten, algunas cosas nos gustan, otras no.
En los últimos días las cosas se han complicado, tal vez desde nuestra ignorancia popular nos resulte complicado entender por qué muchos de ustedes respaldan a personas que, en mi opinión, están muy lejos en lo moral y lo ético de los valores que trato de inculcar a mis hijos, como norma nunca aplaudiré las groserías, las malas palabras, las obscenidades. Si ellas resultan ser parte de una manifestación artística, preferiría conservar la ignorancia.
No me desempeño en el mundo político, ni soy experto en esos temas, pero resulta evidente que enemigos tradicionales de Cuba están mostrando igual solidaridad por la causa que muchos de ustedes defienden, por los personajes de San Isidro y por otros muy parecidos. No creo a estas alturas que esto se haga por amor a Cuba, es política de la sucia, de la que busca sangre y desorden, fuego y muertos.
No quiero eso para mis hijos, no lo pueden querer ustedes para los suyos, pero la violencia una vez desatada no hace diferencias y estas calles que hoy lucen tranquilas, sin ánimo de parecer tremendista, podrían convertirse en las tumbas de jóvenes que ahora, como los míos, llegan cada tarde a casa cargados de energía y de ganas de hacer.
Claro que tenemos problemas, cosas mal hechas, decisiones más o menos acertadas de las cuales también a veces todos somos cómplices, pero no es siguiendo el camino del odio que saldremos adelante, no es haciendo aliados incorrectos que Cuba será mejor.
Yo quiero seguirlos admirando, buscando paradigmas en ustedes, sintiendo orgullo por sus premios, pero ustedes también podrían bajar un momentico de algunos pedestales y pensar en los caminos mejores para todos.
Con todo respeto,
Un cubano