Yunel Escobar se ha mantenido una década en las Grandes Ligas. Su presencia estable en el máximo escenario beisbolero es un mérito indiscutible, solo superado por otro cubano en la actualidad: el también habanero Kendrys Morales.
El Gambao mostró sus cualidades en la Isla desde las categorías inferiores. Llegó a militar en el equipo Cuba juvenil que alcanzó la medalla de bronce en el Mundial de Canadá en el año 2000 y lanzaría a la palestra pública a Víctor Mesa como manager.
Yunel compartió aquella selección con peloteros como el capitalino Bryan Peña, el camagüeyano Leslie Anderson, el pinareño Donald Duarte y los villaclareños Yuniesky “Riquimbili” Betancourt y Yorkys La Rosa.
Esta justa le abriría las puertas de Industriales en las series nacionales, pero en cuatro años recibiría pocas oportunidades. Como jugador de cuadro tuvo la mala suerte de llegar en el momento en que finalizaban sus carreras míticos jugadores como Germán Mesa, Juan Padilla y Lázaro Vargas. En el equipo azul mostró línea ofensiva (AVE/OBP/SLU) de 271/389/358 con apenas 6 jonrones.
A la defensa tampoco lució bien pues junto a las posiciones del cuadro se vio obligado a jugar en los jardines. Su promedio defensivo fue un muy discreto 923. Sin embargo, era tanto su deseo de abrirse paso en el icónico team capitalino que en una temporada llegó a lanzar en dos juegos, con cinco entradas y dos tercios sin permitir carreras.
Tras marcharse de Cuba, fue escogido en 2005 en la segunda ronda del draft por los Bravos de Atlanta que le vieron condiciones y futuro. Con solo temporada y media en las menores, Escobar logró debutar en la Gran Carpa el 2 de junio de 2007.
Desde entonces se ha mantenido como regular en la MLB durante once campañas, promediando la respetable cifra de 134 apariciones por temporada en su primer decenio. El Gambao es un jugador prácticamente de todos los días y eso en las Grandes Ligas no es un regalo.
Tuvo un excelente debut en 2007 con línea ofensiva de 326/385/451 que lo llevó a ser votado como sexto en la lista de novatos del año. Y ya en su tercera campaña entró en el listado de jugadores más valiosos del torneo en el lugar veinte, al conseguir la mayor producción jonronera de su carrera (14) y 76 carreras impulsadas, con línea de 299/377/436.
Otro hecho que evidencia su regularidad es que solo ha sido cambiado a mitad de temporada en una ocasión. Fue en 2010, cuando los Bravos lo pasaron a los Azulejos de Toronto en su peor año en las mayores.
Una curiosidad sobre su cambio de franquicias es que en el período inactivo en 2012 estuvo 15 días en la organización de los Marlins, y fue canjeado al Tampa Bay. El 19 de noviembre fue de Toronto a Miami y el 4 de diciembre llegó al Tampa por Derek Dietrich.
Su aspecto más negativo en el home play es la relación ponches- boletos: 659-493. Pero aun así, hasta la participación en su juego 62 de la actual campaña, mantenía una respetabilísima línea ofensiva de por vida de 283/351/387.
Escobar ha sido sin discusión uno de los mejores bateadores cubanos en la MLB en los últimos años, con average por encima de 300 en las temporadas de 2015 (314) y 2016 (304). Incluso en 2015, cuando militaba en los Nacionales de Washington, implantó un record para la franquicia al batear de 5-5 en tres partidos.
El guante, en cambio, no ha sido su asignatura fuerte. Aunque tuvo reales destellos, como su nominación entre los candidatos al guante de oro, debió mudarse del campo corto a la tercera base y en varias ocasiones ha sido utilizado como bateador designado para aprovechar su bateo. Desde 2013 no exhibe un WAR defensivo positivo, como evidencia de que su defensa ha disminuido considerablemente con el paso de los años.
Durante esta temporada estuvo varios juegos fuera por lesión, pero tras su regreso ha asumido la responsabilidad ofensiva como cuarto bate de los Angelinos y lo ha hecho muy bien.
A sus 34 años, el Gambao acaricia cifras importantes para los cubanos en la Gran Carpa. Se acerca al centenar de jonrones (88) y a los 1500 hits (1477). Tras una década sin dudas exitosa en la MLB, Yunel Escobar tiene un sitial ganado entre los cubanos que han jugado en el mejor béisbol del mundo.