Ariel Pestano sabía que el momento llegaría más temprano que tarde, pero no esperaba que fuera ahora, y menos por una enfermedad infantil: aparentemente una varicela tardía lo sacó del equipo Cuba al tercer Clásico Mundial de Béisbol. Bueno, una varicela, sus años y Víctor Mesa…
Hace solo un mes, en un receso de las sesiones del Parlamento, el entonces diputado Pestano me comentó que su principal objetivo era regresar al Clásico, en cuya primera edición impresionó con sus habilidades a quienes nunca lo habían visto jugar: “es como un short-stop detrás del plato”, comentaron en la cadena ESPN.
Sin embargo, lo que menos sopesaron al dejarlo fuera fue su mascota, pues fuentes allegadas a la dirección del béisbol cubano aseguran que Yulexis la Rosa y Frank Camilo Morejón estaban sembrados, y que la disyuntiva era Pestano o Eriel Sánchez.
La decisión ha sentado francamente mal en la tierra de Pestano, Villa Clara, donde ven su marginación como un golpe bajo a quien ha sido el mejor cátcher de Cuba en los últimos 20 años, amen de máscara indiscutible de la selección nacional.
Quizás lo más triste es que para muchos en la decisión pesaron rencillas personales: nadie olvida sus encontronazos con Víctor, quien lo dirigió hace varias campañas, y llegó a sentarlo en un playoff por ignorar las señas del banco.
Víctor asegura que fue una decisión colegiada del colectivo técnico, y destacó la innegable calidad y maestría de quien fuera su compañero de equipo en los últimos títulos del Villa Clara, pero tácitamente lo incluyó entre los culpables de los reiterados reveses de Cuba en torneos internacionales.
Tal criterio desconcertó al aludido, receptor de equipos nacionales desde la categoría infantil. “Me siento sorprendido, decepcionado, sin palabras, mal anímicamente, porque de salud estoy perfecto, creo incluso que en mi mejor momento”, dijo.
De hecho, ya sanó de la varicela que lo apartó del campeonato nacional, una de las supuestas razones para su exclusión. Tampoco le convence el argumento de su bajo rendimiento, pues entre los cátchers cubanos sigue siendo el mejor en defensa, y con Yordanis Alarcón expulsado, solamente Eriel lo supera bateando.
Con Pestano se repite una triste circunstancia que ya sufrieron otros grandes, como el propio Víctor: se les hace creer que los tendrán en cuenta para el Cuba, y de pronto se les deja fuera, sin una explicación convincente. Al menos Pestano reconoce que los directivos Jorge Fuentes e Higinio Vélez tuvieron la cortesía de telefonearle media hora antes de hacer público el roster al Clásico.
“Es un momento duro, pero no soy de quienes piensan que todo termina en un día, seguiré luchando como siempre”, enfatizó un Pestano disciplinado, pero herido en su orgullo. Es más, aunque Cuba tiene hasta el 20 de febrero para realizar cambios en su nómina, ni el máscara ni sus seguidores quieren que lo llamen, por una cuestión de moral: a nadie le gusta ser plato de segunda mesa…
Respecto a la selección inscrita por Cuba al III Clásico, Pestano valoró la inclusión de rostros nuevos, y espera que “ojalá le resulte” el experimento a Víctor, quien se juega el puesto con una convocatoria que quizás sea arriesgada, pero nadie puede negar que es muy suya. Y eso en la dirección del Cuba ya es algo…
Lo que más me preocupa es la atmósfera de reality-show cotillero, con un Víctor en plan Mourinho y un Pestano a lo Osmany García, generando simpatías cuando hace tiempo muchos clamaban por su retiro. Pero estamos en Cuba, y para nosotros la pelota es más que un deporte, y con ciertos asuntos no entendemos… Y tampoco perdonamos camancolas ni vendettas…