Resulta muy poco común que tres campeonatos mundiales de un mismo deporte coincidan en el tiempo, aunque sean de categorías diferentes. Pero ocurre.
La semana pasada concluyó un maratón de torneos del orbe en el deporte de la malla alta y Cuba participó en los tres eventos con actuaciones bastante dispares. Un análisis de lo sucedido es lo que proponemos a continuación.
Masculino sub-23: otro gran resultado de la nueva hornada
En el mundial masculino sub-23 celebrado en El Cairo, Egipto, los voleibolistas cubanos consiguieron una meritoria medalla de bronce.
El evento tuvo como particularidad que los sets se disputaron a quince puntos y para acreditarse la victoria un equipo debía ganar cuatro mangas. Fue esta una prueba realizada por la Federación Internacional de Voleibol en busca de acortar los partidos y favorecer el espectáculo.
Varios jugadores cubanos se mostraron descontentos con el nuevo sistema ya que los equipos de la Isla suelen ser agresivos con el saque, y al acortarse los sets se debe ser más precavido en este aspecto.
Los dirigidos por Nicolás Vives comenzaron perdiendo 1-4 ante Polonia. Pero en la segunda y tercera fechas se repusieron con victorias ante el anfitrión Egipto 4-2 y Japón, también 4-2. Luego cayeron en un disputadísimo partido ante Brasil en tie break (3-4 ) para vencer en la última jornada clasificatoria 4-1 a México y asegurar el pase a semifinales.
En esa instancia cayeron 1-4 ante Argentina, que a la postre sería el sorpresivo campeón tras vencer a Rusia en la final. Por el bronce los cubanos se desquitaron del revés en eliminatorias ante los auriverdes y los vencieron con un holgado 4-1.
Este mismo equipo, conformado por los regulares Miguel Ángel López, Miguel David Gutiérrez, el pasador Adrián Goide, Osniel Melgarejo y los centrales José Massó y Javier Rojas, había alcanzado la medalla de plata hace menos de dos meses en el campeonato mundial de la categoría sub-21 celebrado en la República Checa.
En un par de meses los mismos jugadores han disputado no solo los campeonatos mundiales de dos categorías inferiores, sino también la Copa Panamericana para mayores, y en el próximo mes intervendrán en el torneo Norceca clasificatorio para el mundial absoluto del año próximo.
Tras el escándalo de Finlandia, estos jovencitos han debido tomar la batuta. ¿Aguantarán tanta carga física y competitiva durante el ciclo olímpico que recién comienza?
Los entrenadores tendrán que regular la participación en eventos de estos noveles jugadores para los próximos años, porque en 2017 apenas han podido respirar entre competencia y competencia. Tanto ajetreo deportivo puede resultar perjudicial para atletas que en su mayoría no llegan a los veinte años de edad.
Masculino sub-19: desastre en Bahrein
El torneo planetario realizado en Bahrein se celebró con las reglas tradicionales del voleibol actual. Los cubanos, dirigidos por Jesús López, no comenzaron con buen pie. Cayeron por barrida ante Japón y Francia, y tras vencer in extremis 3-2 a Polonia cerraron la fase eliminatoria con derrota 1-3 ante Brasil.
Sin embargo, esa única victoria le alcanzó para clasificarse como cuartos del grupo B y en octavos de final enfrentaron al sorprendente Egipto, que comandó la llave A por delante del favorito Estados Unidos.
Ante los africanos cayeron en un partido bien reñido, con parciales de 25-19,23-25,18-25,25-22 y 15-10. Esta derrota, predecible de cierto modo, los condenó a disputar los puestos entre el 9 y el 16, pero nadie podía augurar lo que vendría. A partir de este momento comenzó el verdadero desastre para Cuba.
Primero cayeron por amplia barrida 0-3 (25-18, 25-20 y 25-17) ante Italia, y en la discusión de los puestos del 13 al 16 sucumbieron ante los anfitriones de Bahrein, un país sin tradición alguna en este deporte. Lo peor es que cayeron por una escandalosa barrida, con parciales de 25-23 y un doble 25-16.
Luego de esta inexplicable derrota, a los cubanos solo les restaba la discusión de los puestos 15-16 y en esa instancia también fueron derrotados, ahora por 0-3 ante los Estados Unidos. Al final, su actuación fue bien discreta con una victoria y siete derrotas, con solo 6 sets a favor y 23 en contra, para un mediocre decimosexto lugar.
Este equipo nada tiene que ver con el que obtuvo plata y bronce en las categorías superiores, por lo que, de cara al futuro, la salud del voleibol masculino cubano no parece tan buena como imaginábamos.
No obstante, no puede desconocerse el hecho de que varias figuras han debido violentar etapas y han terminado defiendo los colores de Cuba en una selección de mayor edad que la que en realidad les correspondería. Pura contingencia.
Mundial sub-18 femenino: la catástrofe mayor
No nos engañemos: el voly femenino cubano está bien alejado del nivel mundial que llevó a las Espectaculares Morenas del Caribe a levantar tres títulos olímpicos consecutivos. El mundial de la categoría juvenil fue una clara señal del desastroso estado de este deporte entre las mujeres.
Las cubanas, dirigidas por Tomás Fernández, perdieron todos los partidos en su llave: 2-3 ante Alemania, por barrida 0-3 ante Eslovenia, 1-3 contra Corea del Sur, para cerrar con derrota bien cerrada ante Argentina 2-3.
Este pésimo resultado les dejó como única opción discutir los últimos puestos del mundial: del 17 al 20. En esa ronda de consuelo se enfrentaron a las chicas de México, ante las que cayeron 1-3 (15-25,25-16,17-25 ,16-25).
Con semejantes truenos solo les quedaba la opción de vencer en el último partido para no ocupar el sótano del torneo, pero tampoco apareció la victoria. Otro descalabro por barrida, esta vez ante China con un doble 25-23 y un apretado 29-27, le deparó a Cuba el lugar 20, el último entre las selecciones participantes.
La escuadra juvenil antillana no alcanzó a ganar un solo partido con seis derrotas al hilo y solo seis sets a favor y 18 en contra. El relevo del otrora glorioso voleibol femenino cubano está bien distante del primer nivel mundial. Esta paupérrima actuación presagia un futuro lamentable para las representantes del mal llamado sexo débil en el deporte de la malla alta en Cuba.
Vistos en perspectiva, fueron tres mundiales al unísono que dejaron sensaciones diferentes. Dispares. Encontradas. Alarmantes en uno u otro sentido.
La Federación Cubana de Voleibol tendrá que hacer un análisis exhaustivo si desea recuperar el terreno perdido, actuar con inteligencia –por ejemplo, con las contrataciones– si aspira a que la Isla muestre el orgulloso señorío de antaño. De lo contrario, los remates criollos continuarán quedando tristemente en la malla.
woww… dos últimos lugares!!!