Tahimi Alvariño lleva el arte en los genes y carga sobre sus hombros la responsabilidad de mantener el legado de una familia que es referente en el mundo de la escena cubana.
Estas influencias marcaron la vida de la actriz que ha consolidado por méritos propios una carrera que lleva el aliciente de años de entrega y sacrifico a esa manifestación artística.
Tras encarnar personajes emblemáticos de la televisión y el cine nacionales, decidió buscar nuevos retos profesionales en Colombia.
Después de una década fuera de Cuba, la Alvariño siente la necesidad de volver a trabajar en la Isla donde desarrolló su carrera como actriz en películas como Lista de espera. Más de una vez se ha presentado a castings de películas cubanas y a principios de 2017 estuvo a punto de formar parte de una serie televisiva de Rudy Mora. Sin embargo, no ha logrado concretar nada.
Su llegada a Colombia fue producto del azar: una invitación por tres meses para participar en la telenovela Oye, Bonita se convirtió en trece meses de producción, y luego en diez años de residencia ininterrumpida.
Más allá de los éxitos profesionales alcanzados allí, lamenta haberse alejado del cine, excepto por su aparición en la película Todos se van, del director colombiano Sergio Cabrera, estrenada en 2015 e inspirada en la novela homónima de la escritora cubana Wendy Guerra, a quien Tahimí conoce desde joven.
El deseo de regresar a la pantalla grande es lo que la impulsa a buscar alguna producción cinematográfica cubana. Cuba fue su verdadera escuela como artista, donde comenzó su carrera en la década del 80 y donde está su público natural.
¿Qué es lo primero que tienes en cuenta a la hora de afrontar un personaje?
Para crear un personaje primero leo todo el guion, pienso que el trabajo de mesa con el director es vital, estar los dos en sintonía de lo que queremos y cómo lo queremos para trabajar en equipo y con todo bien claro.
A medida que se va estudiando, mágicamente empiezas a ver el personaje, con vestuario, maquillaje, comportamiento en general. Empiezas a verlo emocionalmente y físicamente. También le hago una biografía solo para mí. Se trata del pasado del personaje, desde su niñez y su historia con su familia, le creo una vida desde que nace y eso me ayuda a entender comportamientos del personaje, y por último darle mi corazón y mis emociones para que cobre vida.
¿De qué actor cubano te sientes más cerca y cuáles han influido en tu carrera?
Mencionar sólo un actor cubano sería una misión imposible. Admiro a muchos y de distintas épocas y edades. Recuerdo a cada uno de los actores con los que he trabajado, siempre con gran admiración y respeto. Amigos y compañeros todos.
Pero si quieres un nombre, creo que Reynaldo Miravalles fue y es un gran actor en toda la extensión de la palabra. Además, un gran hombre que tuve el privilegio de tener muy cerca de mi familia: era un gran amigo de la casa.
¿Qué te ha fascinado de Colombia, que supla un poco la lejanía con tu país?
A pesar de los contratiempos, me he sentido muy bien allá. Los artistas cubanos somos muy queridos y respetados en ese país y nos tratan con un cariño profundo y una admiración muy grande. El reconocimiento viene del público, pero también de los compañeros de trabajo. Tenemos buena reputación, y eso me llena de orgullo porque así demostramos el conocimiento que se tiene en Cuba de las artes escénicas.
La adaptación como actriz es difícil porque en Colombia tienen otra forma de entonar las palabras y hay diferencias gramaticales. Al principio me costaba mucho trabajo aprenderme los textos porque me imponía hablar como ellos y acercarme al acento colombiano, a pesar de que hay regiones norteñas que hablan muy parecido a nosotros.
Un actor cubano en Colombia puede tener mayores posibilidades de trabajo porque los proyectos que se hacen al año son muchísimos, a veces ni uno mismo se entera de todo lo que se está haciendo. Son innumerables las series que se producen.
También hay muchas productoras internacionales que trabajan conjuntamente con productoras colombianas, y mucho capital extranjero invirtiendo. Por ejemplo, la presencia de Netflix es muy visible allá. Eso es muy bueno porque les da trabajo a muchos actores. Esas posibilidades le abren el espectro a cualquier artista.
¿Cómo es el ritmo de trabajo?
La competencia es dura. En ocasiones se trabaja intensamente doce horas, de lunes a sábado. Eso es muy agotador. Y si haces una telenovela de tierra caliente, como se dice allá, te tienes que trasladar de Bogotá, que es una ciudad muy fría, y pasarte un tiempo viviendo en un hotel.
Es difícil comenzar una carrera de cero en Colombia sin ser una joven de 20 años, siendo además extranjera, sin un nombre y una trayectoria reconocida. Eso requiere de ganas, paciencia, esfuerzo. Pero el resultado lo ves cuando notas que puedes sobresalir con tu talento y conseguir buenas cosas.
Admito que al cruzar fronteras hay que ajustar muchas cosas para adaptarse a lo nuevo. El reto de lo desconocido siempre trae crecimiento y enseñanzas. Así que vale la pena empezar una y otra vez. De todas maneras, la actuación es un poco así, un constante comienzo.
que bien, me gusta como actua taimi alvariño.
No la conocia, pero me gusta lo que dice
Que cuba permita a todos los que quieran volver y trabajar en las actividades donde trabajaban que regrese y los acepte , como mismo le permitieron a los médicos , cuba los formo
me gustó tu publicación, me alegra mucho que estés trabajando en esta revista digital que tanto sigo, un saludo desde chago
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