El próximo septiembre volverá a presentarse Mi guitarra sigue sonando, de Eric Méndez. A la pregunta sobre asuntos de novedad, el artista responde que en esta ocasión trabajó en “mezcla, masterización y algunas ediciones de cosas que no cerraban”, pero siempre con “los mismos temas y arreglos”. Un disco de trova cristiana que reaparecerá editado por la EGREM y producido, cantado y escrito casi en su totalidad por un joven habanero que debió pertenecer a la generación de la rosa y la espina.
Eric tuvo una vida complicada. Un ciclo: drogas-prisión-Dios. El trovador ha reconocido que las consumió durante diez años, y que luego de tres juicios fue a prisión. Al salir de la cárcel entró a una iglesia y llegaron otras vivencias y emociones.
Canta desde entonces apegado a la guitarra, a la vida, al amor y a la fe. Con esos presupuestos grabó “Canto a Jesús”, pero no llegó muy lejos en términos de audiencia. El tema cristiano quizás se la minimizaba. Tal vez por eso abrió un poco más el diapasón y dejó entrar en sus canciones otros asuntos/problemas cubanos.
El disco contiene trece canciones que van de la trova al folk, el pop e influencias latinoamericanas, todas compuestas por Eric excepto “Eres nada” –una hermosa versión interpretada junto al autor, Gerardo Alfonso– y “Sublime gracia”, de John Newton. El resto es la experiencia, el dolor, el amor y la fe de este trovador aún joven que debió tener mayor presencia en los medios nacionales.
Pero Méndez sabe que se mueve en un sonido de poca multitud. En sus propias palabras: “transito este desierto a voluntad”.
https://www.youtube.com/watch?v=Ko7XSiLLbj8
En este fonograma se asoma a Dios, al aborto, a la emigración, al sentido de la existencia, al amor a los hijos, temas tratados con una hondura fresca, entendible y sensible. Resulta fácil estremecerse ante las tribulaciones del bardo, quizás con alguna rima censurable por los conocedores de las terminaciones consonantes, pero el disco funciona con una importante muestra de novedad.
Conjugar trova y cristianismo trae confusiones. Hablar de Dios con guitarra en Cuba tiene matices especiales, y más se si se hace bien, como es el caso. En este disco están los amigos: Ariel Díaz, Leo García, Luis Barbería, Adrián Berazaín, el propio Gerardo Alfonso. Hay cuatro venezolanos, laúd, una cubanía palpable y apegada a las influencias de este trovador que agradece a Santiago Feliú, a quien hace una hermosa canción, como despedida.
Mi guitarra sigue sonando va a dejar recuerdos. Quizás no llegará al número uno del programa número uno, pero sin dudas quedará grabada en la memoria la voz y el talento de este trovador. Con su hábil manejo de la guitarra, se atreve a hablar de Dios apasionadamente. Se trata de un cristianismo que irrumpe inesperado, y de un hombre que canta: “Para que no te compres una vida con hastío […] y que Dios te guarde de la perdición”.
Sigue así Eric, tus hermanos cubanos te acompañamos. No renuncies a tu fe, que un día recogeras el fruto si no desmayas. Las iglesias cubanas reconoceremos tu obra. Bendiciones.
Wao men me tu vida me impata mucho