Tres nuevas plantas desalinizadoras de agua salobre comenzarán a funcionar en la provincia de Santiago de Cuba, en el oriente cubano, para garantizar el suministro aún en situaciones de extrema sequía, informan medios de prensa de la Isla.
Estas centrales de tratamiento están ubicadas en el costero y montañoso municipio de Guamá y se unirán a una instalación similar, la mayor de su tipo en Cuba, que ya opera en la zona cercana de Boca de Cabañas. Su apertura hace de esta provincia un “laboratorio para la desalinización” dedicado a enfrentar los “cada vez más frecuentes e intensos” períodos secos, asegura el diario Juventud Rebelde.
La instalación de plantas desalinizadoras forma parte del plan de acción a corto plazo diseñado por las autoridades cubanas para enfrentar la previsible llegada de una intensa sequía como la que afectó al 71 por ciento del territorio cubano hasta el año pasado, provocada mayormente por la escasez de lluvias.
Durante los cerca de tres años que duró este fenómeno –considerado el peor de su tipo en el último siglo en la Isla– Santiago de Cuba fue uno de los territorios más golpeados y más de medio millón de sus pobladores sufrieron afectaciones en los períodos más críticos.
Con un sistema de ósmosis inversa y la singularidad de ser la única de Cuba vinculada directamente con el abastecimiento a la población, la desalinizadora de Boca de Cabañas ha procesado hasta la fecha más de medio millón de metros cúbicos de agua potable a razón de 50 litros por segundo.
Junto a esta planta se planea construir una nueva instalación que dará servicio a la termoeléctrica Antonio Maceo y permitirá independizar a esta industria de la red de abasto provincial.
Las abundantes lluvias caídas desde el pasado septiembre, cuando el huracán Irma afectó gran parte de la Isla, ayudaron a revertir la sequía, que causó serios problemas de escasez de agua y pérdidas en la agricultura.
Eventos posteriores, como la tormenta Alberto, han mantenido una situación favorable en las presas y cuencas subterráneas, en momentos en que transcurre en Cuba el período lluvioso. No obstante, los especialistas no descartan próximas situaciones de sequía debido a la variabilidad climática.
Junto a la instalación de desalinizadoras, el gobierno cubano aprobó el montaje de potabilizadoras y plantas de tratamiento de aguas residuales para paliar los efectos de la falta de agua.
Además, la Isla ejecuta desde 2012 el Programa Nacional del Agua, que busca solucionar las pérdidas en la conducción del líquido, causadas principalmente por el mal estado de las tuberías, y apuesta por su uso racional en la agricultura.
En Cuba, el 60 por ciento del agua se emplea en labores agrícolas, el 20 por ciento para el consumo humano, el 5 por ciento para uso industrial y el resto en otras actividades económicas.
EFE / OnCuba