Cada día llegan más mujeres a las clínicas estadounidenses dedicadas a la congelación de óvulos para una posterior fecundación in vitro.
La mayoría de las jóvenes, interesadas en retrasar la maternidad y con mayores recursos económicos, están preocupadas por su reloj biológico, aún sin tener problemas importantes de salud o en su sistema reproductivo.
Este procedimiento, enfocado en mujeres a partir de 30 años, promueve la preservación de la fertilidad, mediante un método sencillo pero muy costoso, según establecen las clínicas especializadas en la fertilidad.
Varias campañas en redes sociales promocionan este proceso con lemas como “Congelar el futuro”, para atraer al mercado a mujeres a partir de los 22 años, edad en que la fertilidad empieza a disminuir.
Sin embargo, varias publicaciones de blogueras feministas consideran que esta tendencia vende la idea de una reproducción ilimitada para aquellas mujeres que deciden concebir un embarazo con más de 40 años.
Aunque aún no se conoce la caducidad de los óvulos, algunos especialistas admiten que muchas mujeres tengan la seguridad de tener un hijo mediante la congelación, cuando no es totalmente real.
El método más utilizado actualmente es el de la vitrificación donde pueden permanecer congelados indefinidamente e incluso someterlos a la descongelación.