Meses atrás, la discóbola santiaguera Yaimé Pérez le aseguró a OnCuba que la fuera de serie croata Sandra Perkovic no la impresionaba.
“Para nada, cuando salgo trato de hacer mi competencia. Ella puede tirar mil que yo me concentro en hacer bien mi trabajo”, dijo entonces y sus palabras sonaron a mayúscula temeridad. Casi a falta de respeto.
La Perkovic es una atleta formidable: doble campeona olímpica, doble campeona mundial, cinco veces monarca europea, seis veces ganadora de la Liga del Diamante. Una monstruosidad.
Por demás, esta temporada marchaba imbatible. Como casi siempre.
Tenía los seis mejores registros del año, entre ellos el tope: 71,38 metros, a solo tres centímetros de su mejor marca personal, una extravagancia en tiempos en que ninguna otra mujer se acerca a esos horizontes. Y en la Liga del Diamante, lideraba las competencias clasificatorias con 32 puntos.
Hasta este 31 de agosto.
Ese día, el último del octavo mes del año, en el Memorial Van Damme de Bruselas, la reina fue derrotada. Por la cubana.
No fue la mejor jornada para las discóbolas –solo cuatro lograron vencer los 60 metros–, pero terminó siendo la mejor para Yaimé Pérez, a quien caprichosamente le apodan “la Rusa”. Su envío de 65 metros exactos la catapultó al trono, por encima de su archirrival (64,31) y de la brasileña Andressa de Morais, sorpresiva medallista de plata con 64,65.
Yaimé vs. Perkovic
Frente a la croata, Yaimé solo sumaba derrotas en 2018: en Doha (66,82 metros por los 71,38 de la Perkovic), en Roma (66,62 por 68,93), en Turku (63,81 por 66,62), en París (66,55 por 68,60), en Bellinzona (64,39 por 68,92) y en Londres (64,63 por 67,24). Ante nadie más había inclinado la cabeza internacionalmente.
Desde la confrontación londinense el pasado 22 de julio, última parada clasificatoria para la final de la Liga del Diamante, la cubana y la europea apenas habían competido y sumaban como principal resultado el título centrocaribeño (con 66 metros) y el europeo (67,62), respectivamente.
Pero no solo era una cuestión de números, de distancias.
A la nacida en Songo-La Maya en 1991 la ha perseguido el estigma de fallar a la hora buena. De ceder ante la presión y quedar por debajo de las expectativas. Incluso ya estabilizada como la principal figura de Cuba, por delante de su coequipera Denia Caballero, campeona mundial en 2015 y bronce olímpico en Río de Janeiro.
Para no ir más lejos, un año atrás se fue en blanco en el Mundial de Londres y en la final de la Liga del Diamante, cuando sus envíos de la campaña la ponían cómodamente en el podio. ¿Por qué iba a ser distinto ahora?
Con tales antecedentes, era imposible no dar a la Perkovic como favorita para el mitin de Bélgica y, de paso, para lograr por séptima vez el trofeo diamantino.
Sin embargo, la croata no estuvo en su día, “apenas” tiró sobre los 64 metros –agripada según dijo–, y terminó desahogando su malestar con los organizadores por algunas reglas de la competencia a las que consideró una burla. Pero las reglas son parejas para todas.
“La Rusa” tampoco se acercó a sus mejores marcas –este año había llegado hasta los 67,82 metros–, pero, en cambio, se quitó su sambenito con el lanzamiento ganador en el último intento y dejó sin aliento a la brasileña De Morais que ya se veía con el diamante en el bolsillo.
Tras la competencia, Yaimé reconoció estar en shock, incrédula ante su triunfo. “Esta es de lejos la mayor victoria en mi carrera, pero todavía no puedo creerlo”, le dijo a la prensa.
También agradeció a su compañera Caballero –que solo llegó hasta los 56,37 en Bruselas y terminó octava– por su apoyo en el momento decisivo de la competencia y ayudarla a “ver lo que estaba haciendo mal”.
Diamantes cubanos
Para Yaimé Pérez, la final de Bruselas puede ser un punto de giro en su trayectoria. Un punto y aparte para el párrafo con sus mejores resultados y títulos, que podría empezar escribir a partir de ahora.
También podría serlo para el atletismo cubano, luego de la sequía de los últimos años. Lamentablemente, las lesiones de la Yarisley Silva y Juan Miguel Echevarría impidieron esta vez una mayor cosecha de diamantes, aunque para la pertiguista la tarea pintaba más difícil que para el saltador de longitud.
Los atletas de Cuba no lucían una joya desde la temporada 2011, cuando la también discóbola Yarelis Barrios y el vallista corto Dayorn Robles la merecieron, aunque con otro sistema de competencia. El año anterior, el primero con Liga de Diamante, habían sido la triplista Yargelis Savigne y la propia Barrios las ganadoras.
Pero ya en 2012 apareció Sandra Perkovic en escena y se adueñó por completo del disco femenino. Mientras, en las otras especialidades ningún cubano hacía méritos para ganar la gema y llevarse el mayor botín en metálico.
Seis años después, Yaimé cambió de golpe la historia y aunque no ganó ninguno de los mítines clasificatorios –ni los 10 mil dólares de premios que repartía cada uno– sí consiguió el éxito final y los 50 mil dólares que lo acompañan. Veremos cuántos serán, en definitiva, suyos.
En honor a la verdad, otro cubano también logró el diamante y sus billetes en este 2018: el triplista Pedro Pablo Pichardo. Solo que no lo hizo compitiendo por Cuba sino por Portugal.
El lusosantiaguero llegó a la final de Bruselas como segundo en puntos, 22 por 31 del campeón olímpico y mundial Christian Taylor, pero en la capital belga se estiró hasta los 17,49 metros y dejó al estadounidense en plata (17,31).
Otro cubano “de afuera”, el vallista corto Orlando Ortega, se quedó con las ganas tras caer ante el ruso Serguéi Shubenkov en la final, aun cuando dominó por puntos la fase clasificatoria.
Pero no son Pichardo, Ortega y los demás emigrados con quienes cuentan las autoridades deportivas de la Isla para sacudir al atletismo de su letargo. Ese estandarte, por obra y gracia de sus resultados, lo sostiene ahora “la Rusa” Pérez, junto a la veterana Yarisley Silva y una nueva hornada de deportistas que –por el momento– defienden la bandera cubana.
Yaimé, Silva –si su lesión se lo permite–, y una de las jóvenes figuras, el triplista Cristian Nápoles, representarán a Cuba en el equipo América de la Copa Continental que se celebrará en Ostrava, República Checa, este fin de semana y cerrará el calendario atlético del año.
Pero desde ya los cubanos miran hacia delante. El Campeonato Mundial de Doha, Catar, en 2019 y los Olímpicos de Tokio 2020, son los principales eventos en el horizonte, junto a los Panamericanos de Lima y los mitines de la Liga del Diamante, y pudieran marcar el renacer atlético de Cuba. Pudieran.
Para la discóbola santiaguera, en particular, asentarse en la cima no será sencillo. Sus propios demonios y la competitividad de la Perkovic –que irá de seguro por el desquite tan pronto como en la Copa de Ostrava– se antojan empinados valladares. Pero no invencibles.
El diamante de Bruselas bien podría no ser el último.
No obstante a todo y todos sencillamente gano la competia “macha” con las reglas q tiene la competencia del Diamante en estos momentos, y para sorpresa de tirios y troyanos cogio lo suyo, aunque tuvo q hacer su maximo esfuerzo de eso no me quedan dudas, pues lka brasileña por poco la liquida en su ultimo intento.
Disfruta tu victoria y ripeate lo que te den, siempre cogelo y metelo en una cuenta a fuera.
MUCHAS FELICIDADES PARA TI TU ENTRENADORA Y RESTO DE TU FAMILIA.