Los casos de Enfermedad Renal Crónica (ERC) se han incrementado en Cuba en los últimos años, en correspondencia con el panorama internacional de este padecimiento, informa el diario Granma.
En 2017, el número de pacientes en hemodialisis alcanzó su nivel más alto en la Isla con 295 PMP (por millón de población), cifra que supera en más del doble la de 2002, cuando fue de 120 PMP, según el Dr. Jorge Pérez-Oliva, Presidente de la Sociedad Cubana de Nefrología (SCN).
El incremento de personas con ERC en Cuba se ha comprobado tanto en Atención Primaria de Salud como en los métodos dialíticos –unos 3,000 pacientes reciben hoy hemodiálisis en la Isla, según Granma— y trasplante renal, explicó el especialista. No obstante, aseguró que, a pesar del aumento, se reporta “una mejoría importante en la supervivencia de los pacientes” y también en los indicadores de la Red Cubana de Nefrología, constituida por 56 servicios a lo largo de la Isla.
Actualmente, más de 1,400 cubanos viven gracias a un trasplante renal exitoso, lo que en opinión del Dr. Pérez-Oliva demuestra que la medicina cubana se aproxima “a los estándares internacionales” en este campo. Aun así, reconoció “la necesidad de perfeccionar el programa de detección temprana, el tratamiento oportuno y eficaz, actuando en los grupos de riesgo y sobre los factores de progresión del daño renal”.
De acuerdo con el experto, la ERC es considerada hoy un problema global de salud pública catastrófico, por la carga económica que impone a la sociedad, el infermo y su familia, y “las graves inequidades que supone el acceso de los pacientes a estas terapias vitales”.
Se estima que entre el 10 y el 12 por ciento de la población mundial padece de ERC y que viven en métodos de terapia renal de reemplazo (TRR), mediante diálisis y trasplante, más de tres millones de personas en el mundo, cifras que van en aumento, “junto a los costos que sobrepasan la capacidad económica de todos los países para enfrentar estos retos”, advierte la Organización Mundial de la Salud.
Este padecimiento crónico es resultado de otras enfermedades renales primarias o secundarias, con factores de riesgo iniciadores y de progresión comunes a muchas enfermedades crónicas no transmisibles. Entre estas últimas, resalta la incidencia de la diabetes mellitus y la hipertensión arterial, ambas responsables del 70 al 80 por ciento de los pacientes que progresan a la ERC avanzada.
La obesidad, el tabaquismo, el colesterol alto, los tóxicos ambientales, los medicamentos nefrotóxicos y el padecimiento previo de enfermedades cardiovasculares o cerebrovasculares, también incrementan las probabilidades de daños renales. Por esto, el Dr. Pérez-Oliva significó la importancia de la prevención y la detección temprana y, en general, de vigilancia activa en todas las etapas de la enfermedad.
En Cuba, el Instituto de Nefrología es la institución rectora del tratamiento de las enfermedades renales, las que cuentan con un programa de atención nacional y un registro continuo de pacientes en TRR dialíticas y trasplante renal. Como parte de su perfeccionamiento, el especialista anunció que el registro estará on line antes de finalizar el 2018.
Además, anunció que desde el 13 de julio pasado fue aprobada la Estrategia de contención de la enfermedad renal, “lo cual expresa el compromiso y apoyo” de las autoridades cubanas “con disminuir el impacto de este problema de salud”.
Desde este jueves y hasta el sábado, la provincia de Sancti Spíritus acoge más de 300 especialistas en el IX Congreso Nacional de Nefrología, en el que se debatirá sobre la práctica de esta especialidad en la Isla y novedades en la docencia e investigación.