Una zanahoria descansa sobre un muro y abarca la mitad del Capitolio que asoma de fondo. Obvio, se trata de una cuestión de perspectiva, pero no por ello deja de ser una provocación.
Especulemos. ¿Es una señal desesperada de la agricultura al Parlamento? ¿Lo blando y lo duro? ¿Lo efímero frente a lo perdurable? ¿Lo pequeño e indefenso de la naturaleza ante la pedantería antropocéntrica encarnada en el más imponente de nuestros edificios públicos?
Mas las cosas se complican. El título de la foto reza: Lo que te consuela. Considerando la morfología del vegetal, es imposible evadir las chispas eróticas, que se suman a las conjeturas anteriores.
Un autor sale de apuros
“Siempre doy un cierto margen al espectador. No hay un mensaje, hay varios”, se defiende Aleksei Pérez Demchenko en diálogo telefónico con OnCuba. “En este caso, que manejo las escalas, hay un mensaje erótico y también otro que no es de la política en sí, sino el de alguien a quien lo consuela el sexo o el poder, ya sea tu jefe, o tu padre si eres un niño”.
En la galería de la planta baja del Centro Provincial de Artes y Plásticas y Diseño, el arquitecto Aleksei Pérez Demchenko (Ucrania 1987) impacta con su muestra Desde tu interior como lo haría una viga en nuestras pupilas. Por poderosas, la mirada no sabe esquivar una sola de las piezas.
“Mi estética es pulcra, limpia”, dice, y con ello respalda la frialdad, la meticulosidad y el cálculo que para algunos chorrean de las imágenes. Tal vez en eso transpire su origen eslavo. También en el uso del metal o materiales semejantes. “Yo me siento más europeo que cubano”, confiesa e inmediatamente contrapone: “pero en mi subconsciente sale mi condición de cubano con los colores bien intensos y saturados, amarillos, rojos fuertes, que se acercan a los colores tropicales, al girasol, al flamboyán, y es ahí donde se expresa más la parte latina”.
Hablan los expertos. “La obra de Aleksei es eminentemente colorista, fauvista, sin dejar de hacernos soñar en una orgía de líneas, áreas y saturaciones que provocan en el espectador el encuentro con lo novedoso”, suscriben en el catálogo los críticos de arte Rubén Cabrales y Rufino del Valle, este último con un ojo muy experto detrás de la lente. Sin embargo, Pérez Demchenko procura escapar de las esclusas étnicas. “Pretendo que el arte mío se vea como del mundo entero, que no solo sea de Cuba o de Rusia o Ucrania”.
La profesión de arquitecto permite al artista orientarse rápidamente en sus construcciones mentales. “Casi siempre empiezo haciendo un boceto en colores y a lápiz, y luego busco los elementos que hacen falta. Es como si fuera una maqueta temporal que después de iluminarla con luces y tomar la foto, yo desarmo”.
Esa metodología hace escribir a la curadora de la muestra, Magdalena Rivas, que “los sedimentos de Pérez Demchenko tienen su núcleo en el diseño, en la morfología de cada composición, por ello sus imperativos van hacia un universo bien complejo de emociones”.
Y si de emociones se trata, este polovinca o agua tibia, como se les conoce en la isla a los descendientes de eslavos con nativos, es un hábil provocador de ellas.
Montajes
A veces diáfano, a veces críptico, a ratos enigmático, por segundos desconcertante, Pérez Demchenko consigue ser perturbador o sugestivo o irónico desplegando una artillería simbólica: un plátano descascarado a modo de corola con tuercas incrustadas en su cuerpo celuloso, llamándolo La flor del placer; o una papa que ha sido penetrada por una llave bajo el título de ¿Cuál es la clave?; o el cráneo de un vacuno decorado con zalamería –ojos de pronunciadas pestañas y lenguas relamidas– rotulado con la frase Amor post mortem. Igualmente despunta El barreno apasionado, premio de galería en el XXIV Salón de Arte Erótico. Se trata de un taladro cubierto por un condón que a su vez retiene unos balines de acero en el receptáculo destinado a la descarga seminal.
En Voluntad y carácter, unos CUC son triturados por una moledora de carne y el resultado son unos finos y punzantes tornillos. ¿Es que acaso ese dinero solo sirve para fabricar tornillos? “No, es que ellos son la base de cualquier proyecto, desde un puente hasta un rascacielos”, responde el autor en lo que estima como una primera lectura. Una segunda sería que “el dinero, a veces en cantidades excesivas, te puede torcer la personalidad y convertirte en un ser retorcido como lo es un tornillo”. ¿Hay más significados? Pues sí… “todo el mundo sabe que en Cuba las posibilidades económicas son muy bajas y para obtener ese dinero tendrías casi que hincarte” ante las circunstancias.
Tal vez la más contrastante, terrible y directa de sus fotos sea Belleza sufrida, en la que una espléndida rosa hospeda en sus pétalos a varias cuchillas de afeitar. Sus filosos aceros obligaron al artista a “fabricar hasta cinco maquetas”, porque las flores no resistían los cortes que poco a poco la gravedad profundizaba en ellas hasta seccionarlas en pedazos.
El arquitecto y fotógrafo, quien no emplea herramientas digitales de ilusión óptica, ya está planeando su próximo proyecto. Esta vez los protagonistas serán habanos de marcas famosas.
La mayoría de las obras expuestas en Desde tu interior fueron logradas con una Canon 7D MK II, además de emplear la Nikon FM, analógica, con película en blanco y negro.
¿Ves alguna diferencia seductora en usar película? “Si aquí hubiera los químicos que hay en Estados Unidos, solo emplearía la Nikon. Lo digital es porque no tengo escapatoria”, zanja sin rodeos.
Coincidencias
Ambos son eslavos. Ambos viven en segundos países. Ambos emplean objetos para sus obras. Por caminos distintos, ambos exponen en La Habana, una ciudad si no a pruebas de fealdades, al menos sí de aburrimientos. Es aquí donde la polaca Natalia Zagórska-Thomas y el ucraniano Aleksei Pérez Demchenko se dan la mano y entran, para cohabitar en un espacio compartido, por la misma puerta del Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño, en Luz y Oficios, La Habana Vieja.
Ud. se interesa por objetos, pero es fácil imaginar que no los elige al azar. ¿Cuál es el proceso mental que antepone antes de seleccionar?
Es difícil decirlo. Es el proceso en el cual un niño escoge algo de la calle y a veces recoge cosas que no sabe por qué las recoge. A veces he comprado algún objeto en algún lugar barato, porque visualmente me interesa ese objeto, y a veces el objeto tiene que esperar un largo tiempo antes de que ocurra algo con él. Yo tengo que vivir primero con el objeto una experiencia.
Y una vez que Ud. vive y se relaciona con el objeto, le inventa una historia propia que puede ser muy personal o tiene un sentido colectivo.
Varía. A veces la historia es muy personal, a veces es política la percepción que tengo y otras veces es puramente una visión estética o artística. A menudo son las tres cosas al mismo tiempo.
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En Efectos personales, la artista polaca se integra, como una más, en el torrente de objetos que alguna o muchas veces pueden ser secantes en nuestras vidas, pero que en su visión transformadora se resignifican a partir de construcciones espaciales instalativas que hacen las veces de conexiones entre piezas del universo objetual. Según la crítica Ana María Pacheco, su obra responde “a las cuestiones del mundo contemporáneo con picardía, inteligencia y una sofisticación inmensa.”
Doble vía
¿Cómo el contexto donde Ud. vive influye a la hora de elegir el objeto?
Esa es la pregunta central. Siempre estamos influyendo sobre el objeto, porque estamos haciéndolo, pero… ¿en qué sentido, internamente, influyen en nosotros y a veces diciéndonos historias que nosotros no queremos decir? Las respuestas nos estarían diciendo secretos y de algún modo, estamos aprendiendo de nosotros. El arte siempre es un proceso de doble sentido, es como un baile, una danza, que siempre es un proceso de dar y recibir.
Pero Ud. como ser humano, se siente por encima del objeto…
Por supuesto, el baile no es igual, pero aun así me hago la pregunta de qué estamos recibiendo de ese objeto que influye sobre nosotros. Intrínsecamente es una pregunta filosófica, pues además soy conservadora de arte y cuando trabajo en un museo tengo que ser muy cuidadosa de no cambiar el contexto, ni el significado de ese objeto. No importa sin son objetos actuales o pasados. En el arte uno crea sus propias reglas y yo tengo las mías.
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Nacida en Varsovia en 1967 y de padres sociólogos, NZ-T estudió Bellas Artes en la Escuela de Arte de Canberra y en el Colegio de Artes de Sydney, ambos en Australia, y después de mudarse a Londres a fines de la década de 1980, se graduó en la Escuela de Arte y Diseño Central St. Martins, de la capital británica, obteniendo un Bachelor of Arts, que es la titulación más difundida en las carreras de humanidades y bellas artes. Desde entonces, Natalia ha trabajado como artista, escenógrafa y diseñadora de vestuario y joyería.
En la capital británica, la también conservadora y restauradora de textiles regenta una pequeña galería, de nombre Ex Purgamento, en la que ha comisariado un espectáculo grupal por año sobre un tema elegido, interpretado en diferentes medios por artistas internacionales.
Arte, mercado e intimidad
En un mundo tan lleno de objetos, producidos en masa por un capitalismo ya post industrial, ¿cómo conducir la conciencia discrecional del artista en medio de esa invasión?
Esa ha sido una de mis obsesiones. En la galería Expurgamento, o sea, afuera de la basura, creo que el arte exhibido allí se separa un poco del arte comercial, es decir, del mercado, y permite al creador regresar a su esencia, donde lo material no sea lo significativo, sino el arte per se. En Inglaterra uno está aturdido por los objetos, por eso tengo la necesidad de regresar a un mundo de pequeños objetos, que sean viejos, y hacerlos menos artificiales.
¿Busca intimidad en lo que hace?
Claro, es mi intención. Creo que cualquier gran idea debe y puede ser expresada a través de la intimidad personal, de otro modo se convertiría en algo muy teórico y alejado de lo que es básicamente lo humano.
No Brexit, tampoco Duchamp
A Natalia Zagórska-Thomas le molesta inferir que el espíritu del ajedrecista francés Marcel Duchamp merodee su exposición. “Ese famoso urinario fue descubierto por una amiga de él” (la baronesa Elsa von Freytag-Loringhoven, atribuyen algunos) aclara con talante feminista y descarta que comparta con el padre del ready made un “mismo punto de vista con respecto al mundo”.
Opuesta al Brexit y dando por superado el post modernismo, la artista polaca dice que la “verdad siempre está entre dos extremos”. De maravilloso califica el arte cubano contemporáneo, al que responde con facilidad, “porque haber nacido en los sesenta en Polonia” la hace comprender que “hay una estética y realidades similares que necesitan ser expresadas” y luego de afirmar que a menudo se siente como un Robinson Crusoe, suelta, con un inglés muy british y quebradizo, que este planeta sería “un mundo de idiotas si no existiera el arte”.
Supreme: la globalización campea
Heriberto Mejías Zulueta, su intérprete cubano, sabe trasladar la emoción de la frase. También artista, ha colocado en la exposición de Natalia un pequeño libro de autor titulado Post Havana Scribbier Silences, una colección de miniaturas en acuarelas, dibujos y tintas que interrogan sobre el presente de Cuba.
“Mi pregunta no es tanto quién soy, sino quiénes somos”, dice, preocupado porque la globalización ha ido borrando las identidades nacionales. “En La Habana casi todo el mundo lleva un pullover que dice Supreme. Y me digo… ¿pero qué cosa es esto?”
Felicitaciones a los artistas por su regalo expresivo y al autor de este articulo que a sabido encaminar la mirada al talento artístico, de forma muy elocuente desvelar la semántica que nos presentan los nuevos artistas de este siglo.