El presidente Donald Trump ha apoyado las “clases de alfabetización bíblica” en las escuelas de Estados Unidos.
“Numerosos estados están introduciendo clases de alfabetización bíblica, dando a los estudiantes la opción de estudiar la Biblia. ¿Comenzando a hacer un cambio? ¡Genial!” –tuiteó después de una discusión sobre el tema en el programa “Fox and Friends”.
Un número creciente de estados están presentando proyectos de ley que permitirían que más estudiantes de escuelas secundarias públicas estudien la Biblia. En al menos seis hay propuestas que harían que las escuelas públicas ofrezcan clases opcionales sobre el significado literario e histórico de la Biblia,
Se han presentado en Florida, Indiana, Missouri, Dakota del Norte, Virginia y Virginia Occidental en 2019. Según la ACLU, se consideraron en Alabama, Iowa y Virginia Occidental el año pasado, pero no se aprobaron.
Pero en Kentucky, el gobernador republicano Matt Bevin firmó una ley en 2017 para permitir que los estudiantes de las escuelas públicas tomaran clases de Escrituras bíblicas y hebreas. Hace un año, en enero de 2018, la American Civil Liberties Union (ACLU) de ese estado expresó su preocupación ante la Junta de Educación de Kentucky después de que una investigación descubrió que muchos cursos violaban los requisitos constitucionales, según los cuales los textos religiosos utilizados en las aulas deben ser seculares, objetivos y no promover ninguna visión religiosa específica.
La ACLU encontró “maestros de escuelas públicas usando la Biblia para impartir lecciones de vida religiosa. Estos no son enfoques académicos para el estudio objetivo de la Biblia y su valor histórico o literario”, señaló.
“Sin una guía más específica, tememos que algunas aulas se llenen una vez más con la predicación, no con la enseñanza”, sostuvo la organización en agosto pasado. “La ACLU-KY recuerda a estudiantes y padres que los cursos de ‘alfabetización bíblica’ no pueden promover la religión o un punto de vista religioso en particular, ni evaluar a los estudiantes en asuntos de fe religiosa, ni estar diseñados para inculcar lecciones de vida religiosa”. La educación religiosa es mejor dejarla a los padres e iglesias, no a la escuela o al gobierno”.
Los evangélicos y otros grupos cristianos fueron parte integral de la coalición electoral del presidente durante las elecciones de 2016 y han apoyado en gran medida a su administración, en particular debido a su postura sobre temas sociales como los derechos LGBT, el aborto, y su nombramiento de jueces conservadores para la Corte Suprema.
Trump dice ser religioso y ha estado en desacuerdo con lo que ha llamado un “desprecio a las tradiciones cristianas”. En agosto pasado, durante una reunión con líderes evangélicos en la Casa Blanca, les dijo que los “ataques a las comunidades de fe” habían terminado.