Lázaro Blanco y Alfredo Despaigne fueron los únicos peloteros cubanos incluidos en el Todos Estrellas de la recién finalizada Serie del Caribe de Panamá, en la cual los anfitriones Toros de Herrera se llevaron la corona.
Los dos granmenses fueron las piezas angulares de los Leñadores de Las Tunas en su camino hasta la final de la lid, la cual perdieron 1-3 frente a la novena canalera, sorpresiva vencedora.
Blanco, quien ha jugado durante las últimas temporadas con los Capitales de Quebec en la Liga Canam, se confirmó como el principal serpentinero residente en la Isla en la actualidad.
El derecho cargó en hombros a Cuba hasta la final, con dos victorias en la fase clasificatoria, una frente a los Charros de Jalisco en el debut de los Leñadores, y otra contra los Cardenales de Lara en el partido que le dio el pase a la final a los antillanos.
En total, Blanco dilapidó 12 entradas sin permitir carreras, lo cual le valió para terminar con efectividad inmaculada de 0.00. Además, ponchó a ocho rivales (líder) y conquistó la Triple Corona de pitcheo.
Esos méritos fueron suficientes para encumbrarlo como el mejor lanzador derecho de una Serie del Caribe con destaque generalizado de los serpentineros.
Por su parte, la inclusión de Despaigne en el Todos Estrellas como jardinero izquierdo estaba fuera de duda. El toletero fue el único bate de impacto en la alineación cubana, que solo pisó nueve veces la goma en cinco desafíos.
El slugger remolcó cinco de esas anotaciones y demostró estar en perfectas condiciones para afrontar su sexta temporada en el béisbol profesional de Japón.
Despaigne se adaptó sin grandes dificultades a las condiciones del parque Rod Carew, un infierno para los jonroneros, pues las bolas elevadas apenas “caminan”, frenadas por fuertes corrientes de aire.
Tras identificar este detalle desde bien temprano, el cubano hizo ajustes y se enfocó en pegarle recto a la pelota para lograr batazos de rolling y líneas.
En sentido general, Panamá acaparó las posiciones en el Todos Estrellas, con cuatro peloteros premiados, más el manager Manuel Rodríguez, quien ganó la distinción entre los directivos.
De los canaleros, particular destaque para el torpedero Javier Guerra, miembro de los Padres de San Diego, quien terminó la ronda clasificatoria al frente de los bateadores (467-siete jits en 15 turnos) y se llevó el premio de Jugador Más Valioso.
Los panameños, además, tuvieron ojo clínico para seleccionar a sus refuerzos tras la Serie Latinoamericana, de donde escogieron a tres nicaragüenses que se coronaron con los Leones de León.
De ellos, Elmer Reyes (tercera base) y Jilton Calderón (bateador designado) entraron en el Todos Estrellas. El otro miembro del conjunto istmeño que se llevó un premio fue el serpentinero zurdo Andy Otero.
El resto del Todos Estrellas lo integraron el inicialista mexicano Víctor Mendoza, el camarero venezolano Alexi Amarista, el receptor Wilkin Castillo y los patrulleros Junior Lake y Moisés Sierra, estos tres últimos miembros de las Estrellas Orientales de República Dominicana.