Las autoridades beisboleras cubanas anunciarán en los próximos días el mentor de la selección nacional de cara a los compromisos competitivos del 2019, además de un nuevo jefe técnico (Leonardo Goire ha dejado el puesto) que irá, codo con codo, junto al mánager designado.
Aunque prime el suspenso, fuentes de la Dirección Nacional de Béisbol (DNB) y la Federación Cubana (FCB) hablaron con OnCuba con la condición de mantener el anonimato, y corroboraron que la principal apuesta es Rey Vicente Anglada.
Diversos medios de prensa en la Isla también especulan sobre el tema, con listas de candidatos, en las cuales, coincidentemente, se destacan las cualidades del mítico 36 de los equipos capitalinos, estelar camarero en su etapa de jugador hace más de 30 años y laureado estratega en la pasada década.
Anglada ganó tres de los últimos cuatro títulos de Industriales, dirigió la escuadra nacional con buenos dividendos y fue el gestor de la clasificación a Beijing 2008, la cita estival que cerró la historia del béisbol en el programa olímpico, hasta que resultó nuevamente incluido como deporte de exhibición en Tokio 2020.
Tras unos años de labor fuera de Cuba, Anglada regresó el pasado curso a la Serie Nacional y culminó quinto con Industriales, resultado que, tradicionalmente, no le permitiría a ningún manager optar por la dirección del equipo nacional.
Sin embargo, el pobre recorrido internacional de los tres medallistas (Pablo Civil, Eduardo Paret y José Raúl Delgado) y la pésima despedida de Roger Machado durante su última aventura con el Cuba en el 2017 (récord negativo en la Liga Canam y show lamentable contra los árbitros), deja sin muchas opciones a la DNB.
El nombre de Anglada viene sonando desde finales de enero en los pasillos del Latinoamericano y de la Ciudad Deportiva, cuartel general del Inder, desde donde ven al capitalino como el personaje ideal para conducir los destinos beisboleros del país en el año de los Panamericanos de Lima y del primer examen de clasificación olímpica.
Experimentado, reconocido por su carácter, mano dura y gen ganador, Anglada se ganó el respeto de la afición cubana y de grandes estrellas del diamante a finales de la pasada década, cuando triunfó en los Centroamericanos de Cartagena (2006) y los Panamericanos de Río (2007), además de culminar segundo en la Copa del Mundo.
Con este historial, su prestigio y popularidad, Anglada sería una apuesta fácil de sustentar por la DNB y la FCB, pero su designación, de seguro, provocaría malestar en múltiples círculos.
En primer orden, muchos argumentarán que nada puede estar por encima del resultado de la Serie Nacional, en la cual Pablo Civil y los Leñadores de Las Tunas se coronaron de manera indiscutible, y otros, simplemente, no apoyarán la decisión por su odio ferviente contra la capital.
Sin dudas, esta es una pequeña bomba de tiempo para las autoridades beisboleras, que navegan en un mar de incertidumbre, perennemente cuestionados, sin importar que sus decisiones sean buenas, malas o regulares. Este es el premio de años y años de malas gestiones y peores resultados.
De cualquier manera, es previsible que la corriente contra la designación de Anglada no supere jamás al inmenso número de fanáticos que desean el retorno del 36 azul al puente de mando nacional.
Pero Anglada pudiera ser una piedra en el zapato para los directivos del béisbol en Cuba, quienes no están precisamente adaptados a un hombre sin pelos en la lengua. El 36 ya ha dicho que quisiera escoger su propio cuerpo de dirección, que no acatará órdenes de nadie y que, para dirigir la selección nacional, tendría que mantenerse con Industriales.
Este último punto es crucial en cualquier movimiento, pues, al parecer, la DNB pretende no parar la 59 Serie Nacional durante la celebración del Premier 12 en noviembre próximo. ¿Dejaría Anglada a Industriales en medio de una temporada para irse a la preparación en Asia y al posterior reto del Premier?
Otro detalle a tener en cuenta en este embrollo es que la ruta de clasificación olímpica puede extenderse hasta marzo del 2020, en caso de que Cuba no logre superar la prueba del Premier.
No convendría en lo absoluto designar un mentor para los Panamericanos y el Premier, y después sacarlo a finales de año si no logra los resultados esperados. Lo ideal sería que transitara todo el camino en busca del anhelado y casi quimérico boleto olímpico. ¿Estaría dispuesto Anglada a comprometerse durante tanto tiempo?