Con la exposición Utopía el Paseo José Martí, conocido como Paseo del Prado, se estrena como galería fotográfica de gran formato al aire libre. Gabriel Guerra Bianchini retoma la intervención del espacio público, esta vez en entre las calles Genio y Refugio de la céntrica avenida habanera.
Se trata de ocho monolitos, estructuras expositivas diseñadas por la empresa española Clorofila Digital y fabricadas en Cuba con varios metales, que serán dispuestas en el paseo para total acceso de visitantes y transeúntes casuales a partir del 12 de abril.
“Cada uno lleva una fotografía por ambas caras. Son 16 obras en total. Por eso hablamos de dos exposiciones en una”, detalla Bianchini a OnCuba.
“Por una cara está ‘El espejo y la mar’, una serie nueva en la que estuve trabajando los últimos meses, conceptual y surrealista, que narra una historia de amor entre un espejo y la mar, que por supuesto ocurre en La Habana”, cuenta el fotógrafo. Un poema del propio Bianchini acompaña la serie.
No es la primera vez que Bianchini estrena un espacio emblemático de la capital como galería al aire libre. En noviembre de 2017 realizó “…Es la esperanza” en la Plaza de la Catedral, con 10 gigantografías.
De hecho, la otra serie que conforma ahora Utopía es una continuación de aquel trabajo: “Incluye las nubes que no estuvieron expuestas anteriormente. Su nombre surge de lo que me dijo aquella vez un señor, cuando al ver la exposición me agradeció ‘traer el cielo a la tierra'”, evoca Bianchini.
Cielo, tierra, mar y espejo son los cuatro elementos que conforman Utopía, en fotografías de 182cmx222cm montadas sobre estructuras de 252x212cm en un espacio que históricamente ha sido escenario de movimiento artístico y vida cultural, desde los portales y cafés que acogían a músicos y bohemios a mediados del siglo XX, hasta el primer desfile de Chanel en América Latina en 2016, pasando por la exposición para la venta que artesanos y artistas realizan los fines de semana.
Bianchini, quien también ha usado el espacio público para una serie de desnudos, dijo a propósito de su anterior exposición al aire libre que deseaba “apostar por un arte al alcance del ciudadano, del vecino del espacio que ocupe, de todos. Sin estar encerrado por ninguna pared. Que pueda mojarse con la lluvia, dormir a la intemperie y ser una sorpresa inesperada para el caminante”.
Esta ocasión coincide con el espíritu de la 13 Bienal de La Habana, que mostrará su obra a lo largo de Prado a partir del 12 de abril.