Hace un par de semanas, la emprendedora cubana Denisse Rondón comenzó a notar una extraña demora en el mecanismo para recibir las ganancias que le deja su apartamento de alquiler en La Habana, inscrito en la plataforma de alojamiento turístico Booking.
Le bastó investigar en Internet para descubrir por qué el dinero no llegaba a su cuenta bancaria. La empresa argentina intermediaria que tramita sus pagos había sido descubierta dentro de una trama de lavado de dinero y tráfico de medicamentos.
El imprevisto afecta tanto a Denisse como a un número desconocido de cubanos de los aproximadamente 1000 propietarios de alojamientos privados en Cuba que se gestionan a través de Booking.
Los ingresos de quienes utilizaban los servicios de la empresa SmileWallet para pagos virtuales y transacciones bancarias en dólares de los clientes en Booking, han quedado en un limbo.
“Yo perdí solo 400 dólares, pero mucha gente ha perdido 2000 o 3000 dólares o más”, dijo Denisse.
Miles de dólares en transferencias quedaron en un espacio virtual inaccesible y nadie les ofrece una solución a los cubanos.
“En medio de todo esto estamos nosotros metidos en una historia de tráfico internacional, pagando los platos rotos en un tema tan delicado y con el que no tenemos nada que ver”, se lamentó la emprendedora cubana.
Los cubanos que pudieron agenciarse una manera de estar en Booking lo hicieron a pesar del costoso acceso a Internet y demás dificultades tecnológicas en Cuba. Pero al parecer Booking no respondió con el mismo entusiasmo ni se preparó para las singularidades del contexto cubano, especialmente en el tema de los pagos.
Abandonados a su suerte, desorientados, los cubanos que cayeron víctimas de la estafa se organizan en foros sociales y habilitaron un correo electrónico (afectadosmilewallet@gmail.com) para compartir información.
Aunque no son las únicas víctimas de esta estafa internacional, la excepcionalidad de las condiciones en las que los emprendedores cubanos compiten en el mundo virtual, los hacen particularmente vulnerables a esta y otras situaciones similares, sin solución aparente.
La Operación Goldpharma
El escándalo salió a la luz a mediados de marzo, a partir de un operativo conjunto entre la Drug Enforcement Agency (DEA) y la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) de Argentina. Según fuentes locales de ambos países, el director y fundador de Smilewallet, Sergio Ferrari, creó la empresa para poder “realizar los movimientos de fondos entre distintos países, mediante la utilización de mecanismos de transferencia de dinero”.
La Operación Goldpharma se realizó en el contexto de una crisis de opiodes que golpea a Estados Unidos desde hace años y que genera pérdidas millonarias y de vidas.
La investigación duró un año y medio, hasta descubrir una triangulación entre Argentina, Rumanía y Estados Unidos, este último el principal receptor de las drogas ilegales traficadas por la banda.
Los medicamentos ilegales se vendían a través de páginas web con nombres como goldpharma.com y se distribuían en todo el mundo.
El Oficial de Información Pública de la DEA, Kenneth B. Gales, explicó a OnCuba que Ferrari fue apresado en Argentina y como es un caso activo no puede ofrecer mucha información al respecto.
Gales facilitó a OnCuba el documento oficial con los cargos a los otros cinco acusados de manejar la operación de tráfico de drogas desde Argentina, y que deberán ser juzgados en Estados Unidos una vez que sean extraditados. Dos de ellos se dieron a la fuga y no han sido localizados aún.
redacted-18cr175-superseding-indictment-certifiedLa plataforma usada para lavar el dinero de esas operaciones, SmileWallet, recomendaba acumular pagos para reducir el impuesto total de la transferencia final hacia la cuenta bancaria del cliente. Esto significa que muchas personas acumularon meses de ganancias para poder recibir la mayor cantidad de dinero.
Todo este proceso coincidió además con la baja del turismo en Cuba, por lo que más personas hicieron todo lo posible por publicar sus propiedades en todas las formas posibles.
Sin embargo, no existe un protocolo claro de qué hacer en estos casos desde el punto de vista de las víctimas, sobre todo cuando involucra varios países en el proceso.
Un afectado que prefirió permanecer anónimo facilitó a OnCuba un correo enviado por Smilewallet, apenas un día después de que se conociera el escándalo.
En el mensaje parecen indiciar que una vez “solucionado” el problema procederían a reanudar los pagos. Sin embargo, la plataforma sigue activa y más personas podrían caer en la trampa de crear nuevas cuentas. Recién este jueves 28 de marzo todavía se podía crear y activar una nueva cuenta en el sitio web.
Booking.com ¿ama a Cuba?
Booking.com, una empresa con sede en Holanda y sucursales en más de 70 países, comenzó sus operaciones con Cuba en marzo de 2016, más de un año después de su principal competidor, el sitio de reservas Airbnb.
En aquel entonces el primer artículo dedicado a la isla desde Booking recomendaba una lista de lugares para hospedarse, todos hoteles de propiedad mixta o estatal, y apuntaba directamente al mercado estadounidense en creciente apogeo.
“La decisión de la compañía sigue el reciente relajamiento de las restricciones para los viajeros estadounidenses a Cuba. El anuncio significa que Cuba pronto se podrá reservar de manera instantánea para los viajeros de los EE.UU. que cumplan con los criterios actualmente aprobados por el gobierno de los EE.UU. para viajar a Cuba”, apuntó la compañía en su web.
La oportunidad para los emprendedores cubanos llegó después y bajo condiciones difíciles por la carencia de Internet, y sobre todo, por los problemas adicionales que suponen las restricciones causadas por el bloqueo, por ejemplo, en cuanto a la forma de tramitar los pagos.
Cuando un propietario recibe una reservación por Booking, el sitio genera una tarjeta virtual en la cual deposita los fondos que antes fueron pagados por el cliente. Esos fondos solo pueden ser recibidos por el propietario del alojamiento a través de una terminal de pago virtual que deposita los fondos en una cuenta bancaria fuera de Cuba.
Pero muchas de estas terminales como SumUp o Stripe, no trabajan con Cuba debido a las restricciones del embargo estadounidense. Por esta razón varios sitios han surgido como alternativa, aunque cobran comisiones altas por captar los fondos de la tarjeta virtual y enviarlos a las cuenta bancarias de los propietarios de hostales. Una de ellas era precisamente SmileWallet.
A diferencia de Booking, su competidor Airbnb puede depositar las ganancias directamente si se incluye una cuenta en el extranjero, lo cual varios arrendatarios usan como alternativa a través de familiares, amigos o ellos mismos si tienen una segunda residencia en otro país.
Otra forma sencilla de pago que Airbnb implementa es el envío directo de dinero (ya convertido a CUC) a través de la agencia VaCuba, que trabaja con una red de personas que distribuyen el cash casa por casa en la Isla.
Booking y otras plataformas como Expedia funcionan diferente y se limitan a ser intermediarios entre el anfitrión y el cliente, pero dejan la carga de los pagos a los propietarios, gestionado a través de las mencionadas tarjetas virtuales.
“Luego son los propietarios los que tienen que arreglárselas para cobrar el dinero, en un límite de dos meses”, explica Denisse.
En el caso de Denisse como en el de otros cubanos, fue Booking quien recomendó unirse a SmileWallet. Luego de facilitar a esa plataforma varios documentos personales y referencias del negocio, se podía abrir la cuenta, se llenaba un formulario con las coordenadas de la tarjeta de crédito y el dinero podría entrar en unas dos semanas, restándole una comisión de 15 por ciento.
Dennise comenta que el pago fue efectivo en un inicio, “aunque extremadamente lento y con altas comisiones”.
“Al principio escribías y te respondían, incluso los fines de semana. Fue hace poco más de 15 días que empezaron los problemas”, dijo.
Alfonso Guía, otro de los afectados, explica que existe una segunda forma de pago que SmileWallet utilizaba, a través de UnionPay, una subsidiaria china que emite tarjetas de crédito y débito que pueden ser usadas en cualquier lugar del mundo, incluida Cuba.
Desde que comenzaron las irregularidades y hasta que se descubrió la estafa, varios dueños de hostales han intentado comunicarse tanto con SmileWallet como con Booking.com, sin resultados.
“Booking, que cobra porcentajes elevadísimos por cada reserva realizada desde su sitio, se lava las manos con el tema de Smilewallet. Recorrí el mundo al teléfono con su servicio de Atención al Cliente, pues me fueron pasando por oficinas en México, en España, en Francia y en Estados Unidos. La respuesta es simple e impersonal y la he recibido cuatro veces ya”, dijo Dennise.
OnCuba intentó por varios días contactar con Booking.com a través del correo electrónico y llamadas telefónicas, infructuosamente. Hasta el momento de publicación de este artículo no hemos recibido ninguna respuesta de sus representantes y directivos de relaciones públicas en Estados Unidos.
Jugar en la selva con reglas de zoológico
En Cuba el sistema de reservas en casas particulares funciona bajo una norma de pago de impuestos mensuales, así como la declaración de cada habitación ocupada durante el mes. Los dueños deben reportar con nombres, apellidos y documentación y país de origen a los inquilinos que reciben en sus habitaciones y la cantidad de días ocupados.
En este caso, las víctimas de la estafa de SmileWallet debieron reportar los clientes, pero la pregunta que todavía queda en el aire y que los emprendedores deberán consultar con las autoridades locales es si deberán pagar impuestos por un dinero que en realidad nunca llegó a sus manos.
Dispuestos a publicitar sus negocios en la mayor cantidad de formas disponibles, los dueños de hostales usualmente entran en redes informales de publicidad y “agencias de viaje” a los cuales les otorgan una pequeña comisión por cada habitación alquilada.
Unido al difícil acceso a Internet, muchos dueños de alquileres contratan además los servicios de otros intermediarios que les prometen gestionar sus cuentas en Airbnb, Booking.com y otros sitios de reservas.
Esto impide tener un control real sobre los precios de las habitaciones e incluye una cadena de intermediarios que aleja al cliente del propietario en la transacción.
Por ejemplo, un turista reserva a través de Booking, que a su vez remite a una plataforma de pagos virtual, que deposita el dinero en la cuenta del hostal administrada por un tercer intermediario que llevará una parte final al dueño de la propiedad. En el camino puede quedar hasta la mitad del precio original, lo cual aumenta los costos para el cliente y limita los ingresos para el propietario.
Por otra parte, hay cubanos que viven en el exterior y cuentan con propiedades en la isla que alquilan a turistas. En este caso tendrían otras oportunidades de manejar las cuentas, pero en Booking esta no es una opción, ni en la mayoría de las plataformas de pago estadounidenses.
Mencionar la palabra “Cuba” es casi siempre un sinónimo de “prohibida la transacción”.
“Aquí los cubanos pagamos las consecuencias de ese aislamiento, de ese desamparo tecnológico, de querer jugar en la selva con las mismas reglas del zoológico”, dijo Dennise.
¿Qué puede pasar finalmente con los afectados en este caso particular? ¿Cuáles son los protocolos a seguir cuando existen estafas desde otros países a un número considerable de cubanos?
“No sé en qué va a parar todo esto o qué hacer. ¿Quejarnos en nuestra oficina de la ONAT? ¿En el Ministerio del Trabajo de Cuba? ¿Haciendo una denuncia en la policía por estafa? ¿Yendo a la embajada de Argentina y denunciando la situación?”, comentó frustrada Denisse.
Mientras tanto, las autoridades estadounidenses encargadas del caso declinaron comentar sobre las posibles acciones que las víctimas de lavado de dinero pueden tomar. La condición de extraterritorialidad del asunto complica aún más las cosas.
El caso que maneja la DEA se remite exclusivamente al tráfico de drogas y no al lavado de dinero en sí.
Varios dueños de casas particulares han comentados en foros abiertos como el de TripAdvisor que eliminarán su perfil de la plataforma de reservas Booking, aunque otros sencillamente preguntan por otras alternativas de pagos virtuales e insisten en mantener esa opción abierta.
En 2017 un usuario que firma Alberto S. se quejó desde España por las limitaciones para cobrar las reservas: “Tenemos que hacer fuerza todos juntos ante Booking”.
Ese post se retomó a raíz de lo sucedido con SmileWallet y los usuarios se alertan unos a otros.
“Si Booking no pueden garantizarnos un pago seguro y directo, entonces declino su propuesta. No somos nosotros los que tenemos que adaptarnos a Booking, sino al revés”, dijo Denisse.
“Nosotros no trabajamos para Booking, es más bien a la inversa como funciona el contrato”, concluyó.
“Aquí los cubanos pagamos las consecuencias de ese aislamiento, …” Bloqueo? R/ Seguramente; no logro llamarlo de otro modo.
Excelente artículo. Muchísimas gracias !!
no se quejen tanto…cuantas de esas viviendas alquiladas no son sino fruto del despojo a los cubanos que emigraron ?? Mi casa ahora esta en venta por los nuevos “duenos” a los que la revolucion generosa se las regalo cuando sali del pais…..
Cuando te fuistes sabías que la perdias , despues de ….. 60 años que llevan esos cubanos manteniéndola ahora tu dices que eres despojado y dueño!!!.
Creo que esa historia está fuera de tiempo ya y olvida lo que tu llamas tu casa que no tienes . Si estás afuera como muchos otros seguro tienes casa porque tuvistes esa posibilidad. Ahora reclamala y…… siéntate a esperar para que te la devuelvan. Ah en estados unidos porque aqui en cuba estamos los que de verdad hemos aguantado 60 años con todo y mas.
Una estafa total porque el propio sitio de booking le proponía a los cubanos gestionar el pago por aquella plataforma. Otro detalle, no menor, es que no solo no se podía extraer el dinero, sino que tampoco se podía hacer uso de él tratando de hacer alguna compra por internet desde el extranjero, con esa supuesta tarjeta de crédito virtual.
La solucion es facil. Booking o las agencias cobran su comision (así quedan ante el cliente descubiertos del % que cobran) y pagan en efectivo al llegar a la casa de los particulares en cuba.
Antes de llegar booking te envía un mensaje, en ese mismo mensaje le dices al cliente que solo aceptas pagos en efectivo sino, no se aloja y punto. Claro que estamos al revés, pero es…… obligados!!!. No somos parte del comercio mundial, somos discriminados y más vale vivir pobre pero con dignidad y vergüenza. Los privados en cuba somos vistos adentro nada bien y afuera como estado socialista. Es ridiculo, inverosimil y anacronico , pero es asi.
No hay que llorar hay que levantarse y lograr que paguen como queremos no como ellos quieren, sino, no tendrán negocios en cuba con los privados y si con el estado.
Me llama la atencion la insistencia de la articulista al referirse a las “dificultades” de la Internet para los cuentapropistas, cuando en todos estos hostales hay posibilidades de conexion. Ademas todos tienen la Internet en su telefono.
Por que tanta insistencia?
Hay una emprsa chilena que está ayudando. Se llama Sinbad Pay y te paga en efectivo en 2 días. El dinero lo envían a domicilio, correos, ais o tarjeta bandec. De momento lo pude ocupar y ha funcionado bien. Acá yo cobro https://sinbad.travel/cobra-tarjetas-virtuales/
si alguien le puede servir. Saludos y bendiciones desde La Habana. Yariennis