El nombramiento del español Josep Borrell como Alto Representante de Política Exterior de la Unión Europea (UE) abriría una oportunidad para las relaciones entre Europa y América Latina, aunque habrá desafíos dentro y fuera de la región, expresaron expertos consultados por Efe.
Especialistas de relaciones internacionales coincidieron en que el perfil personal y la experiencia de Borrell frente al Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España sugieren que habrá un acercamiento entre la UE y Latinoamérica para afrontar desafíos globales como la desigualdad, la pobreza y la migración.
El director del Instituto Universitario de Investigación en Estudios Latinoamericanos (IELAT) de la Universidad de Alcalá, Pedro Pérez Herrero, consideró que Borrell hará una labor “importante” en las relaciones con América porque su visión de la diplomacia va más allá de concretar pactos comerciales, como el reciente acuerdo entre la UE y el Mercosur.
“Las relaciones internacionales no se conceptualizan, para Josep Borrell, únicamente como relaciones económicas, relaciones mercantiles, relaciones de inversiones, sino que las relaciones internacionales además de tener una faceta económica, tienen una faceta política y social”, expuso Pérez Herrero.
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El investigador señaló que el funcionario español, que asumirá el cargo europeo el 1 de noviembre próximo, promoverá acciones para fomentar la transparencia, el fortalecimiento de las instituciones, el combate a la corrupción y la reducción de la desigualdad.
“Evidentemente todo eso se tiene que hacer sin ningún tipo de injerencia política, para construir marcos de colaboración y cooperación para que entre todos seamos capaces de construir ese mundo de dignidad”, comentó.
El director del Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación (IUDC) de la Universidad Complutense de Madrid, José Ángel Sotillo, advirtió, por su parte, que existen retos “numerosos e importantes” en Latinoamérica con los que lidiará Borrell, quien también ocupará de forma simultánea una vicepresidencia de la Comisión Europea.
Entre los desafíos, el académico citó la polarización política de distintos países, como Brasil y Cuba, el empeoramiento de la situación socioeconómica de varias naciones y la “competencia” con otros actores internacionales que han ganado peso en la región, como China.
“Un factor crucial (es) conseguir que América Latina, con todas sus heterogeneidades, recupere la confianza en la UE, con todas sus crisis, como socio y aliado en el plano bilateral y a escala global”, mencionó.
Sotillo advirtió que Latinoamérica ha perdido parte del peso que tenía en las relaciones exteriores de la UE por los intereses geoestratégicos y de seguridad del bloque europeo, como la presencia de Rusia, la inmigración y los problemas en África Subsahariana.
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Por otro lado, la relación con Estados Unidos, gobernado por el presidente Donald Trump, será un reto para Borrell, apuntó Carlos Fernández Liesa, director del Departamento de Derecho internacional, eclesiástico y filosofía del Derecho en la Universidad Carlos III de Madrid.
“En cuanto a Estados Unidos lo tiene bien claro, la necesidad de una identidad propia europea, sin romper lazos con EE.UU., pero viendo el peligro de las políticas norteamericanas y los retos que supone para la posición de Europa en el mundo, que debe reafirmarse y hacer de la necesidad virtud”.
En eso coincidió Pérez Herrero, quien argumentó que la actual política exterior estadounidense complica una solución para las crisis políticas de la región.
“Venezuela y Nicaragua no son retadoras, el problema es que Estados Unidos considera que América Latina sigue siendo un patio trasero. Y Venezuela tiene un problema que, todos conocemos, que hay que resolver y se necesita de ayuda, se necesita de cooperación, para generar un verdadero Estado de derecho”, enfatizó.
Más allá de la pertenencia de la UE al Grupo de Lima, añadió Sotillo, el rol de Borrell será “determinante” en las relaciones con Estados Unidos, “que no verá con buenos ojos a un socialdemócrata español”.